lunes, 4 de noviembre de 2024

Tema 302 Plan General de Formación del movimiento CHL (2)

LA FORMACIÓN INTEGRAL DE LOS LAICOS CRITERIOS Y LÍNEAS DE ACCIÓN

Este documento se plantea como un referente general, un documento-marco, en cuyos planteamientos, criterios y contenidos pueden inspirarse los proyectos y programas para la formación de los miembros del Movimiento Christifideles Laici, Movimiento para la Nueva Evangelización.

 

(SEGUNDA PARTE)

 

III.- Etapas

No ignoramos la existencia en este proceso de otras instancias formativas en la Iglesia. En la practica habrán de coordinarse todas ellas: la Catequesis, en sus diferentes formas, la predicación ordinaria y cualesquiera otros recursos formativos poniendo siempre el acento sobre la dimensión laical y militante de cualquier actividad educativa para seglares.

 

Hay que reconocer, además, que muchos otros laicos entran en contacto con las asociaciones de apostolado seglar con un deficiente grado de iniciación cristiana y de catequización. Lo que obliga a prever en sus planes formativos la suplencia de tales lagunas.

 

Ambas situaciones reclaman un diálogo y colaboración frecuente y creativa, en el seno de las comunidades eclesiales, entre las iniciativas catequéticas y aquellas otras de carácter apostólico y misionero.

 

Las etapas corresponden a los diversos grados de madurez de la identidad y el camino que se va recorriendo. Podemos hablar de tres etapas: iniciación, consolidación y madurez permanente.

 

 

Primera etapa: la iniciación de la identidad cristiana.

 

Muchos bautizados, con una deficiente conciencia de su identidad como cristianos, mantienen ciertos vínculos con la vida eclesial. Convocados a distintas experiencias en nuestra Diócesis, entran en contacto con la Parroquias, otros movimientos y asociaciones de la Iglesia - adultos y jóvenes - determinadas personas que necesitan ser iniciadas en la fe y en la eclesialidad. A tal situación responde esta etapa, teniendo en cuenta que la iniciación a la identidad cristiana se realiza desde el comienzo dentro de las coordenadas de militancia, que constituyen el objetivo central de este proceso.

Tiene como objetivo: descubrir la identidad cristiana y dar los primeros pasos para asumirla. En este momento no puede faltar:

·     Encuentro consigo mismo.

·     El descubrimiento inicial de Jesucristo. Un encuentro que lleve al seguimiento.

·     Experiencia inicial del Dios de Jesucristo y de las implicaciones de la misma.

·     Opción por la militancia cristiana, superando las dificultades, prejuicios, etc.

·     Acceso al compromiso social y político, como expresión y testimonio de fe.

·     Cultivo y celebración de la fe y asimilación progresiva de una espiritualidad cristiana y seglar a través de la oración.

·     Interés por consolidar esta experiencia mediante la profundización de unos contenidos básicos de la fe de la Iglesia y de los valores del Evangelio.

 

En este contexto, el Cursillo de Evangelización es para nosotros una herramienta de inicio insustituible, pero aún insuficiente por su propia limitación espacio temporal y, aunque intensa, no cubre esta primera etapa.

 

 

Segunda etapa: la consolidación del ser y del obrar.

 

En este segundo momento el acento va a estar en el carácter sistemático de la formación.

 

El objetivo que nos proponemos es: desarrollar las dimensiones básicas de la identidad cristiana de un modo armónico y equilibrado hasta conseguir la unidad interna de la personalidad cristiana.

 

Abarca, de manera orgánica, las diferentes dimensiones de la fe: el conocimiento doctrinal, contrastado con la experiencia; la celebración enraizada en la vida; y la expansión de la fe en el compromiso misionero.

 

Para superar esta etapa se precisan unos planes concretos, a través de los cuales se ayuda a que los propios sujetos de la formación alcancen una visión sistemática sobre el universo de la fe y sobre las cuestiones que le afectan.

 

El resultado de todo este ejercicio se cifra en la consolidación de una conciencia y un carácter y en la formulación de un proyecto personal de vida cristiana.

 

 

IV.- Núcleos

Por el mismo carácter de la propuesta que hacemos, en el espíritu de ser guía-marco, sólo indicamos aquellos núcleos que no deben faltar en ningún plan de formación de laicos, si bien habrá que tener en cuenta el nivel, destinatarios, materias, etc. Las Materias que se citan a continuación son orientativas, pudiéndose ampliar en función de la base formativa que se vaya asumiendo.

 

1.- Núcleos de la etapa de iniciación.

 

1.1.- La fe cristiana como sentido de la vida

Opciones fundamentales.

Otra forma de vivir: la persona de Jesús. Jesús nos manifiesta al Padre.

Encuentro personal y seguimiento

 

1.2.- Implicaciones eclesiales de la fe cristiana

El seguimiento implica comunión eclesial

La misión de Jesús se continúa en la Iglesia.

La Iglesia realiza esta misión en la historia humana. Seguimiento y misión exigen conversión permanente.

 

1.3.- Repercusiones de la fe cristiana en la vida personal y familiar.

La dignidad de la persona.

La persona se desarrolla en la familia. Sentido crítico para discernir la cultura.

Seguimiento se expresa en proyecto personal de vida.

 

1.4.- Implicaciones de fe cristiana en la vida pública.

La persona es un ser en relación

"Todos destinatarios y protagonistas de la política". Implicación política de la fe cristiana.

Presencia en la vida pública como creyentes y militantes del Reino de Dios.

 

 

2.- Núcleos de la etapa de consolidación.

 

No olvidando que todo el proceso tiene una dimensión profundamente existencial y activa, en esta etapa el acento se pone en el carácter sistemático de la formación.

 

2.1.- Formación teológica

 

Primer Bloque :

-           Área Bíblica.

-           Sagradas Escrituras, Antiguo y Nuevo Testamento. Evangelios.

-           Visión Histórica (Historia de la Salvación) y Contexto

-           Área sistemática :

-           Cristología. Antropología teológica

-           Eclesiología.

-           Teología y Liturgia.

-           Ética y Moral.

-           Catecismo:

-           Sacramentos

-           Dogmas

-                              

 

Segundo Bloque :

-           Espiritualidad del Laico

-           El laico, vocación y misión en la Iglesia y en el mundo, Fundamentos y evolución de la teología del laicado.

-           El laico en una eclesiología de comunión.

-           El laico en el mundo, presencia y fermento.

 

Tercer Bloque :

-           Doctrina Social de la Iglesia, Fundamentos históricos.

-           Cosmovisión teológica de la realidad temporal.

-           Historia de la Iglesia.

-           Los Derechos humanos como responsabilidad fundamental.

-           Otras Religiones. Apologética de la Religión Católica.

-           Liturgia.

-                  

 

 

2.2.- Formación cívico y social.

 

La persona es un ser en relación "Todos destinatarios y protagonistas de la política"(CFL, 42)

-           Implicación política de la fe cristiana.

-           Presencia en la vida pública como creyentes y militantes del reino de Dios.

Para ir logrando una síntesis viva y fundamentada de:

Las dimensiones socio - políticas de la fe.

-           La manera coherente de vivir las relaciones entre fe y dimensión pública de la vida humana.

-           Los criterios para la actuación socio - política implicados en la fe cristiana.

-                  

 

 

3.- Núcleo de la etapa de Maduración permanente de la experiencia cristiana

 

Primer bloque: Crecimiento en la oración. Profundización de la espiritualidad cristiana

-           Vocación. Descubrimiento de la voluntad de Dios

-           Bienaventuranzas

-           Patrística, Santos Padres.

-                  

 

Segundo Bloque: Actualización de Conocimientos. Desarrollo de la Conciencia Eclesial

-           Magisterio de la Iglesia

-           Documentos Pontificios

-           Autores cristianos: filosofía, narrativa,..

-                  

 

Tercer Bloque: Compromiso e Identidad. Comunidad Cercana

-           Chistifideles Laici

-           Otros movimientos eclesiales

-                   ….

 

Cuarto Bloque: Somos Iglesia: Comunidad Diocesana, Iglesia Universal

-           Corrientes eclesiales: Carismas y tendencias

-           Pastoral Familiar

-           Pastoral Juvenil

-                   ….

 

Quinto Bloque: Formación de Formadores

-           La formación del dirigente

-           Catequistas para la nueva evangelización: catequesis Infantil, juvenil, adultos

-

 

 

V.- Pedagogía.

No podemos nosotros obviar este punto. La pedagogía por la que se opta y nosotros recogemos y queremos impulsar como forma de trabajo en nuestro Movimiento es la Pedagogía de la acción.

 

Se trata de poner en relación lo que vivimos y hacemos con la fe y ésta con la vida, de modo que se interroguen mutuamente. El resultado que se pretende es dar forma cristiana a nuestra conciencia y existencia humanas y lograr un proyecto de personas libres y solidarias. La lectura creyente de la realidad, creemos, es un cauce adecuado para ello.

 

Distinguimos entre pedagogía y método. Este incluye técnicas y materiales a utilizar para poner en práctica una determinada orientación pedagógica. Para una adecuada formación de laicos, el método ha de favorecer:

 

·     Que el sujeto del proceso formativo sea realmente su protagonista, por tanto el método activo, y no un protagonismo cualquiera sino en grupo, en comunidad.

·     El descubrimiento de la propia experiencia humana y existencia. El método debe ayudar a que experimente en sí mismo qué significa ser cristiano.

 

 

VI.- Formación y Espiritualidad

La formación por la que optamos aspira a lograr una auténtica espiritualidad laical. Entendemos por Espiritualidad: "vivir según el Espíritu", es decir, la forma de vida que se deja guiar por el Espíritu de Cristo en la comunidad. Así la espiritualidad abarca la vida entera de la persona.

 

La espiritualidad laical es la espiritualidad cristiana como tal, es lo común a todos, sin ninguna ulterior especificación. Son los sacerdotes y religiosos los que en razón de su ministerio o consagración tienen unos rasgos específicos.

 

Descubrir la espiritualidad que nace del evangelio, de donde se puede hablar de una específica espiritualidad del laicado, distinta de la que puede caracterizar a los presbíteros o a quienes han optado por la vida religiosa en sus diferentes formas.

 

Una espiritualidad del seguimiento real a Jesús, común a todo bautizado. Los seglares están llamados a seguir a Jesús y a acoger las exigencias del Evangelio con los rasgos propios de su condición laical, para alcanzar en ella la plenitud de la vida cristiana y la perfección del amor, que es vocación de todo bautizado.

 

La formación debe desarrollar una espiritualidad evangélica, que abarca toda la vida y todas las situaciones y problemas de la vida. Porque ser cristiano no es para determinados momentos o circunstancias o en determinada proporción, sino optar por serlo, con seriedad, las veinticuatro horas del día de nuestra vida; es decir, en todas las situaciones y problemas -personales, familiares, afectivos, profesionales, educacionales, políticos ...- que se nos presenten en nuestro existir y que hemos de afrontar.

 

Hay que dejar atrás tanto los espiritualismos desencarnados, con un seguimiento fundamentalista de la religión, como los temporalismos unilaterales, con una espiritualidad únicamente sensiblera y emotiva, en los que, de un modo u otro, se falsea la identidad cristiana.

 

Una formación que unifique la fe y la vida, que evite los dualismos, que integre armónicamente en la conciencia, presidida por la fe, la condición secular y la condición cristiana.

 

Rasgos de esta espiritualidad:

 

-           Escucha atenta de la Palabra y de la vida

-           Fe que se

-           Radicalidad evangélica.

-           Solidaridad efectiva con los hermanos que sufren de uno u otro modo.

-           Asumir el conflicto de la Cruz

-           Testimonio de Cristo resucitado.

-           Espíritu y vivencia comunitaria.

-           Espíritu de las Bienaventuranzas.

-           Contemplación - acción

-           Apostolado por contagio.

-           Secularidad.

-           Santidad y cultivo de las virtudes

-           La búsqueda de la Verdad

-                   …..

 

 

VII.- Propuestas operativas

1.- Los Organos Funcionales (Escuelas y grupos de estudio)

 

La coordinación de los planes de formación se realizará, fundamentándose en estas orientaciones y criterios, a través de las Escuelas de Profesores y Dirigentes.

 

En el Secretariado de cada Sección, en contacto con el Secretariado General, se estudiará cómo realizar prácticamente la coordinación de los planes de formación, que ha de ser fiel tanto a estas orientaciones como al plan de actividades y calendario de cada Sección. Será El Secretariado de Sección quien planifique y coordine la formación común de cualquier proceso formativo llevado a cabo por las diferentes escuelas y en especial la Escuela de Formación. En el Secretariado General, se estudiará cómo desarrollar la formación de los laicos que participan activamente en el servicio de la acción caritativo-social.

 

El Consiliario General, según los propios estatutos del Movimiento, velará sobre la calidad formativa permanente de los sacerdotes que actúen como consiliarios en las secciones, y de los religiosos que se relacionen con el movimiento para que puedan acompañar a los laicos en estos procesos; y el Secretariado de General revisará sus planes de formación a fin de que se adecuen a estas líneas y criterios.

 

El Secretariado General, directamente o por acción delegada en hermanos responsables de impartir u organizar la formación, velará para que éstos contrasten, actualicen y tengan como referencia estas líneas orientadoras para sus propios planes de formación.

-           Revisar sus contenidos y metodología.

-           Evaluar trienalmente la globalidad de los planes formativos, a fin de discernir si están en consonancia con estas líneas orientadoras y con las necesidades y llamadas de la Iglesia particular.

 

 

2.- Formación concreta.

 

Se crearán, si se estima oportuno, algunos cauces formativos, v.g. la escuela de catequistas, grupos de formación de prematrimoniales, grupos de formación de adolescentes, etc. para situaciones especiales. En cualquier caso habrá que cuidar que esta formación especial no dificulte los programas de formación general, que son los que darán una base sólida.

 

El punto de partida será el nivel formativo actual de los hermanos y fomentar la importancia de la autoformación. Teniendo en cuenta la diferenciación en el nivel formativo, se intentaran agrupar las necesidades, preferencias y puntos de interés de los hermanos para que en pequeños grupos realicen su estudio que será preparado de forma alterna por cada uno de los miembros del grupo.

 

Periódicamente se expondrán temas de interés general relacionados con este programa para completar, amenizar y canalizar la formación de forma que a su vez sirva de canal para invitar a otros cristianos no pertenecientes al Movimiento y que tengan interés por progresar en su camino de conocimiento de la verdad.


 

 

 

 

3.- La Parroquia.

 

Los hermanos que realicen acción apostólica en parroquias, revisaran y se planificará el plan de formación de la comunidad parroquial, que ha de estar en comunión con los planes y orientaciones de la Iglesia diocesana, y en consonancia con el nivel formativo de los hermanos. En este plan, no debe faltar:

 

-                               El proceso catequético de maduración y crecimiento en la fe, haciendo especial hincapié en la Catequesis de Jóvenes y Adultos.

-                               La formación básica de los agentes de pastoral en sus diversos sectores (Catequesis, Liturgia, Cáritas, etc.), la planificará en coordinación con los Secretariados correspondientes. En estos casos hay que aprovechar las diversas escuelas existentes a nivel diocesano, de magisterio probado, que por su especialidad y experiencia puedan ofrecer una formación completa y efectiva.

-                               La formación en el ámbito familiar se estructurará en coordinación con los hermanos que están especialmente capacitados, por haber cursado estudios específicos en el Master de las Familias, a fin de que las familias puedan ser evangelizadas como un proceso continuo a lo largo de la vida y no como un simple trámite con motivo de algún sacramento.

 

 

CONCLUSIÓN

 

Con este documento, El Movimiento Christifideles Laici quiere unirse al sentir de la Iglesia universal que descubre la necesidad de una mayor y mejor formación del laico, en consonancia con su índole más específica: lo secular.

 

Por tanto, este documento ha de servir para orientar, guiar y revisar los distintos procesos formativos del Movimiento, así como los que ofrecen las distintas Secciones y Escuelas.