LA FORMACIÓN INTEGRAL DE LOS LAICOS CRITERIOS Y LÍNEAS DE ACCIÓN
Este
documento se plantea como un referente general, un documento-marco, en cuyos
planteamientos, criterios y
contenidos pueden inspirarse los proyectos y programas para la formación de los
miembros del Movimiento
Christifideles Laici, Movimiento para la
Nueva Evangelización.
(SEGUNDA PARTE)
III.- Etapas
No
ignoramos la existencia en este proceso de otras instancias formativas en la
Iglesia. En la practica habrán de
coordinarse todas ellas: la Catequesis, en sus diferentes formas, la
predicación ordinaria y cualesquiera
otros recursos formativos poniendo siempre el acento sobre la dimensión laical
y militante de cualquier actividad educativa
para seglares.
Hay que reconocer, además,
que muchos otros laicos entran en contacto
con las asociaciones de apostolado seglar con un deficiente grado
de iniciación cristiana y de catequización. Lo que obliga a prever en sus
planes formativos la suplencia de
tales lagunas.
Ambas situaciones reclaman un diálogo y colaboración frecuente y
creativa, en el seno de las comunidades eclesiales,
entre las iniciativas catequéticas y
aquellas otras de carácter apostólico y misionero.
Las etapas corresponden a los diversos
grados de madurez
de la identidad y el camino que se va recorriendo. Podemos
hablar de tres etapas: iniciación, consolidación y madurez permanente.
Primera etapa: la iniciación de la identidad cristiana.
Muchos bautizados, con una deficiente conciencia de su identidad como
cristianos, mantienen ciertos vínculos
con la vida eclesial. Convocados a distintas experiencias en nuestra Diócesis,
entran en contacto con la Parroquias,
otros movimientos y asociaciones de la Iglesia - adultos y jóvenes -
determinadas personas que necesitan
ser iniciadas en la fe y en la eclesialidad. A tal situación responde esta etapa, teniendo en cuenta que la iniciación a la
identidad cristiana se realiza desde el comienzo dentro de las coordenadas de militancia, que
constituyen el objetivo central de este proceso.
Tiene como objetivo: descubrir la identidad cristiana y dar los primeros pasos para
asumirla. En este momento no puede faltar:
· Encuentro consigo
mismo.
· El descubrimiento inicial de Jesucristo. Un encuentro que lleve al seguimiento.
· Experiencia inicial
del Dios de Jesucristo y de las implicaciones de la misma.
· Opción por la militancia cristiana, superando las dificultades, prejuicios, etc.
· Acceso al compromiso social y político,
como expresión y testimonio de fe.
· Cultivo y celebración de la fe y asimilación progresiva de una espiritualidad cristiana
y seglar a través de la oración.
· Interés por consolidar esta experiencia mediante
la profundización de unos contenidos básicos de la fe de la Iglesia
y de los valores del Evangelio.
En este contexto,
el Cursillo de Evangelización es para nosotros
una herramienta de inicio insustituible, pero aún insuficiente por su propia limitación espacio
temporal y, aunque intensa, no cubre esta primera etapa.
Segunda etapa: la consolidación del ser y del obrar.
En este segundo
momento el acento
va a estar en el carácter sistemático de la formación.
El objetivo
que nos proponemos es: desarrollar las dimensiones
básicas de la identidad cristiana de un modo
armónico y equilibrado hasta conseguir la
unidad interna de la personalidad cristiana.
Abarca, de manera orgánica, las diferentes dimensiones de la fe: el
conocimiento doctrinal, contrastado con la experiencia; la celebración enraizada en la vida;
y la expansión de la fe en el compromiso misionero.
Para superar esta etapa se precisan unos
planes concretos, a través de los cuales se ayuda a que los propios sujetos de la formación alcancen
una visión sistemática sobre el universo de la fe y sobre las cuestiones que le afectan.
El resultado de todo este ejercicio se cifra en la consolidación de una conciencia y un carácter
y en la formulación de un proyecto personal de vida
cristiana.
IV.-
Núcleos
Por
el mismo carácter de la propuesta que hacemos, en el espíritu de ser
guía-marco, sólo indicamos aquellos
núcleos que no deben faltar en ningún plan de formación de laicos, si bien habrá
que tener en cuenta el nivel,
destinatarios, materias, etc. Las Materias que se citan a continuación son
orientativas, pudiéndose ampliar en función de la base
formativa que se vaya asumiendo.
1.- Núcleos
de la etapa de iniciación.
1.1.-
La fe cristiana como sentido
de la vida
Opciones fundamentales.
Otra forma de
vivir: la persona de Jesús. Jesús nos manifiesta
al Padre.
Encuentro personal
y seguimiento
1.2.-
Implicaciones eclesiales de la fe cristiana
El seguimiento implica
comunión eclesial
La misión de Jesús se continúa en la Iglesia.
La Iglesia
realiza esta misión en la historia humana. Seguimiento y misión exigen
conversión permanente.
1.3.-
Repercusiones de la fe cristiana
en la vida personal y familiar.
La dignidad
de la persona.
La persona se
desarrolla en la familia. Sentido crítico
para discernir la cultura.
Seguimiento se expresa en proyecto personal
de vida.
1.4.-
Implicaciones de fe cristiana en la vida pública.
La persona es un ser en relación
"Todos destinatarios y protagonistas de la política". Implicación política de la fe cristiana.
Presencia en la vida pública
como creyentes y militantes del Reino de Dios.
2.- Núcleos
de la etapa de consolidación.
No
olvidando que todo el proceso tiene una dimensión profundamente existencial y
activa, en esta etapa el acento se pone en el carácter sistemático de la formación.
2.1.-
Formación teológica
Primer Bloque :
-
Área Bíblica.
-
Sagradas Escrituras, Antiguo
y Nuevo Testamento. Evangelios.
-
Visión Histórica (Historia
de la Salvación) y Contexto
-
Área sistemática :
-
Cristología. Antropología teológica
-
Eclesiología.
-
Teología y Liturgia.
-
Ética y Moral.
-
Catecismo:
-
Sacramentos
-
Dogmas
- …
Segundo Bloque :
-
Espiritualidad del Laico
-
El laico, vocación
y misión en la Iglesia
y en el mundo, Fundamentos y evolución de la teología del laicado.
-
El laico en una eclesiología de comunión.
-
El laico en el mundo,
presencia y fermento.
Tercer Bloque :
-
Doctrina Social de la Iglesia,
Fundamentos históricos.
-
Cosmovisión teológica de la realidad
temporal.
-
Historia de la Iglesia.
-
Los Derechos humanos
como responsabilidad fundamental.
-
Otras Religiones. Apologética de la Religión
Católica.
-
Liturgia.
- …
2.2.-
Formación cívico y social.
La persona es un ser en relación
"Todos destinatarios y protagonistas de la política"(CFL, 42)
-
Implicación política de la fe cristiana.
-
Presencia en la vida pública
como creyentes y militantes del reino de Dios.
Para ir logrando
una síntesis viva y fundamentada de:
Las dimensiones socio - políticas de la fe.
-
La manera coherente
de vivir las relaciones entre fe y dimensión pública
de la vida humana.
-
Los criterios para la actuación
socio - política implicados en la fe cristiana.
- …
3.-
Núcleo de la etapa de Maduración permanente de la experiencia cristiana
Primer bloque:
Crecimiento en la oración. Profundización de la espiritualidad cristiana
-
Vocación. Descubrimiento de la voluntad
de Dios
-
Bienaventuranzas
-
Patrística, Santos Padres.
- …
Segundo Bloque:
Actualización de Conocimientos. Desarrollo de la Conciencia Eclesial
-
Magisterio de la Iglesia
-
Documentos Pontificios
-
Autores cristianos: filosofía, narrativa,..
- …
Tercer Bloque:
Compromiso e Identidad. Comunidad Cercana
-
Chistifideles Laici
-
Otros movimientos eclesiales
- ….
Cuarto Bloque:
Somos Iglesia: Comunidad
Diocesana, Iglesia Universal
-
Corrientes eclesiales: Carismas
y tendencias
-
Pastoral Familiar
-
Pastoral Juvenil
- ….
Quinto Bloque:
Formación de Formadores
-
La formación del dirigente
-
Catequistas para la nueva evangelización: catequesis Infantil, juvenil,
adultos
-
V.- Pedagogía.
No podemos
nosotros obviar este punto. La pedagogía por la que se opta y nosotros
recogemos y queremos
impulsar como forma
de trabajo en nuestro Movimiento es la Pedagogía de la acción.
Se trata de poner en relación lo que vivimos y hacemos con la fe y ésta
con la vida, de modo que se interroguen
mutuamente. El resultado que se pretende es dar forma cristiana a nuestra
conciencia y existencia humanas y
lograr un proyecto de personas libres y solidarias. La lectura creyente de la
realidad, creemos, es un cauce adecuado para ello.
Distinguimos entre pedagogía y método. Este incluye técnicas y
materiales a utilizar para poner en práctica
una determinada orientación pedagógica. Para una adecuada formación
de laicos, el método ha de favorecer:
· Que el sujeto del proceso formativo
sea realmente su protagonista, por tanto el método activo, y no un protagonismo cualquiera sino en grupo, en
comunidad.
· El descubrimiento de la propia experiencia humana y existencia. El método debe ayudar a que experimente en sí mismo qué significa ser
cristiano.
VI.- Formación y Espiritualidad
La
formación por la que optamos aspira a lograr una auténtica espiritualidad
laical. Entendemos por Espiritualidad:
"vivir según el
Espíritu", es decir, la forma de vida que se deja
guiar por el Espíritu de Cristo en la comunidad. Así la espiritualidad abarca
la vida entera de la persona.
La espiritualidad laical es la espiritualidad cristiana como tal, es lo
común a todos, sin ninguna ulterior especificación. Son los sacerdotes y religiosos los que en razón de su ministerio o consagración tienen
unos rasgos específicos.
Descubrir la espiritualidad que nace del evangelio, de donde se puede hablar de una específica espiritualidad del laicado, distinta de la
que puede caracterizar a los presbíteros o a quienes han optado por la vida
religiosa en sus diferentes formas.
Una espiritualidad del seguimiento real a Jesús, común a todo
bautizado. Los seglares están llamados a seguir
a Jesús y a acoger las exigencias del Evangelio con los rasgos propios de su
condición laical, para alcanzar en ella la plenitud de la vida cristiana y la perfección del amor, que es vocación
de todo bautizado.
La formación debe desarrollar una espiritualidad evangélica, que abarca
toda la vida y todas las situaciones y
problemas de la vida. Porque ser cristiano no es para determinados momentos o
circunstancias o en determinada proporción, sino optar por serlo, con seriedad, las veinticuatro horas del día de nuestra vida; es decir, en todas las situaciones y problemas -personales, familiares, afectivos, profesionales, educacionales, políticos ...- que se nos
presenten en nuestro
existir y que hemos
de afrontar.
Hay que dejar atrás tanto los espiritualismos desencarnados, con un
seguimiento fundamentalista de la religión,
como los temporalismos unilaterales, con una espiritualidad únicamente
sensiblera y emotiva, en los que, de un modo u otro, se falsea la identidad
cristiana.
Una formación que unifique la fe y la vida, que evite los dualismos,
que integre armónicamente en la conciencia, presidida por la fe, la condición
secular y la condición cristiana.
Rasgos de esta espiritualidad:
-
Escucha atenta de la Palabra
y de la vida
-
Fe que se
-
Radicalidad evangélica.
-
Solidaridad efectiva con los hermanos
que sufren de uno u otro modo.
-
Asumir el conflicto
de la Cruz
-
Testimonio de Cristo
resucitado.
-
Espíritu y vivencia
comunitaria.
-
Espíritu de las Bienaventuranzas.
-
Contemplación - acción
-
Apostolado por contagio.
-
Secularidad.
-
Santidad y cultivo
de las virtudes
-
La búsqueda de la Verdad
- …..
VII.-
Propuestas operativas
1.-
Los Organos Funcionales (Escuelas y grupos
de estudio)
La coordinación de los planes
de formación se realizará, fundamentándose en estas orientaciones y criterios, a través de las Escuelas de Profesores y Dirigentes.
En el Secretariado de cada Sección, en contacto con el Secretariado
General, se estudiará cómo realizar prácticamente
la coordinación de los planes de formación, que ha de ser fiel tanto a estas
orientaciones como al plan de actividades y calendario de cada Sección.
Será El Secretariado de Sección
quien planifique y coordine la
formación común de cualquier proceso formativo llevado a cabo por las
diferentes escuelas y en especial la
Escuela de Formación. En el Secretariado General, se estudiará cómo desarrollar la formación de los laicos
que participan activamente en el servicio
de la acción caritativo-social.
El Consiliario General, según los propios estatutos del Movimiento,
velará sobre la calidad formativa permanente de los sacerdotes que actúen
como consiliarios en las secciones, y de los religiosos que se relacionen con el movimiento para que
puedan acompañar a los laicos en estos procesos; y el Secretariado de General revisará
sus planes de formación a fin de que
se adecuen a estas líneas y
criterios.
El Secretariado General, directamente o por acción delegada en hermanos
responsables de impartir u organizar
la formación, velará para que éstos contrasten, actualicen y tengan como
referencia estas líneas orientadoras para sus propios planes de formación.
-
Revisar sus contenidos y metodología.
-
Evaluar trienalmente la globalidad de los planes formativos, a fin de discernir si están en consonancia con estas líneas orientadoras y con las necesidades y llamadas de la Iglesia
particular.
2.- Formación
concreta.
Se crearán, si se estima oportuno, algunos cauces formativos, v.g. la
escuela de catequistas, grupos de formación
de prematrimoniales, grupos de
formación de adolescentes, etc. para situaciones especiales. En cualquier caso habrá que cuidar que esta
formación especial no dificulte los programas de formación general,
que son los que darán una base
sólida.
El punto de partida será el nivel formativo actual de los hermanos y fomentar la importancia de la autoformación. Teniendo en cuenta la diferenciación en el nivel formativo, se intentaran agrupar
las necesidades, preferencias
y puntos de interés de los hermanos para que en pequeños grupos realicen su estudio
que será preparado de forma
alterna por cada uno de
los miembros del grupo.
Periódicamente se expondrán temas de interés general relacionados con
este programa para completar, amenizar
y canalizar la formación de forma que a su vez sirva de canal para invitar a
otros cristianos no pertenecientes al
Movimiento y que tengan interés por progresar en su camino de conocimiento de
la verdad.
3.-
La Parroquia.
Los hermanos que realicen acción apostólica en parroquias, revisaran y
se planificará el plan de formación de
la comunidad parroquial, que ha de estar en comunión con los planes y
orientaciones de la Iglesia diocesana, y en consonancia con el nivel
formativo de los hermanos. En este plan,
no debe faltar:
-
El proceso catequético de maduración y crecimiento
en la fe, haciendo especial hincapié en la Catequesis
de Jóvenes y Adultos.
-
La formación básica de los agentes de pastoral en
sus diversos sectores (Catequesis, Liturgia,
Cáritas, etc.), la planificará en coordinación con los Secretariados
correspondientes. En estos casos hay
que aprovechar las diversas escuelas existentes a nivel diocesano, de magisterio
probado, que por su especialidad y experiencia
puedan ofrecer una formación completa y efectiva.
-
La formación en el ámbito familiar se estructurará
en coordinación con los hermanos que están especialmente
capacitados, por haber cursado estudios específicos en el Master de las
Familias, a fin de que las familias puedan ser evangelizadas como un proceso
continuo a lo largo de la vida y no como
un simple trámite con motivo de algún sacramento.
CONCLUSIÓN
Con
este documento, El Movimiento Christifideles Laici quiere unirse al sentir de
la Iglesia universal que descubre la
necesidad de una mayor y mejor formación del laico, en consonancia con su
índole más específica: lo secular.
Por tanto, este documento ha de servir para orientar, guiar y revisar
los distintos procesos formativos del Movimiento, así como
los que ofrecen las distintas Secciones y Escuelas.