viernes, 21 de enero de 2011

TEMA 27. LA GRACIA Y LAS VIRTUDES (2). LA CARIDAD

EXPOSICIÓN (Del Catecismo 1822-1829)

LA CARIDAD

Es la virtud teologal por la que amamos a Dios por él mismo sobre todas las cosas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por el amor de Dios: "Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?" Él le dijo: "¿Qué hay escrito en la Ley?" "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente y al prójimo como a ti mismo”. Él le dijo:"Has respondido bien; haz esto y vivirás".(L. 10, 25-37)

UN MANDAMIENTO NUEVO

Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo, amando a los suyos "hasta el extremo" manifiesta el amor que ha recibido del Padre: "Como el Padre me amó, así os he amado yo, perseverad en mi amor (Jn 15 , 9) "" Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado "(Jn 15,12)

HIMNO DEL AMOR (San Pablo 1 ª Corintios 13, 1-13)

Si yo tuviera el don de hablar lenguas ..... Y si tuviera el don de profecía ..... Y si distribuyera todos mis bienes en alimentos para los pobres .... si no tengo amor, no me sirve de nada. El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es pretencioso ni orgulloso; no es insolente ni egoísta, no se irrita ni es vengativo; no se alegra de la injusticia, sino que se complace en la verdad; todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca decae.

Nuestro conocimiento es imperfecto .... por ahora subsisten estas tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande es el amor.

LA CARIDAD IMPULSA EL EJERCICIO DE TODAS LAS VIRTUDES

El ejercicio de todas las virtudes está animado e inspirado por la Caridad. La caridad asegura y purifica nuestra potencia humana de amar. La eleva a la perfección natural del amor divino: "Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de sentimientos tiernos, de benignidad, de humildad, de serenidad, de paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguien tiene alguna queja contra otro, como el Señor os perdonó, haced así también vosotros. Y, como culminación de todo esto, ceñíos del amor, que es el vínculo de la perfección. "(San Pablo. Colosenses 3, 12-14)

FRUTOS DE LA CARIDAD

La práctica de la vida moral animada por la caridad da al cristiano la libertad espiritual de los hijos de Dios. Por los méritos de Jesucristo el cristiano ya no se encuentra ante Dios como un esclavo, con miedo servil, sino como un hijo que corresponde al amor "de aquel que ha amado primero" (1Jn 4,19). Los frutos de la caridad son el gozo, la paz y la misericordia, exige la práctica del bien y la corrección fraterna, es benevolente; desvela la reciprocidad y se mantiene desinteresada y liberal, es amistad y comunión.

“DEUS CARITAS EST”. DIOS ES CARIDAD.
(Los siguiente párrafos son un extracto de la encíclica de Benedicto XVI "Deus caritas est")

LA NATURALEZA DEL AMOR: EROS Y AGAPE

Por EROS se entiende aquel amor que nace entre el hombre y la mujer, que no nace del pensamiento o de la voluntad, sino que en cierto sentido se impone al ser humano. Es atracción, un estado de arrebato, que ansía estar con el amado, deseo de poseerlo en cuerpo y alma. Estoy con el amado porque me hace feliz.

Por AGAPÉ se entiende aquella experiencia de amor que llega al descubrimiento del otro, superando el carácter más egoísta del EROS. Ahora el amor se entiende como ocuparse del otro y preocuparse del otro. Ya no se busca a uno mismo, sumergirse en la embriaguez de la felicidad, sino que quiere el bien del amado. Es capaz de renunciar al propio egoísmo y está dispuesto al sacrificio por la persona amada. La justa unidad entre EROS y AGAPÉ es la realidad del amor.

Así el momento del AGAPÉ se inserta en el del EROS inicial. El amor no puede dar únicamente y siempre, también debe ser correspondido, es necesario recibir amor. Quien quiere dar amor, también lo debe recibir como un don.

DIOS ES EROS Y AGAPE

Dios se revela al hombre por medio del pueblo de Israel y le indica que es él el único Dios, creador de todo lo que existe y creador del hombre. Todo lo ha hecho por amor y ha creado al hombre por que le ama.

El Dios revelado al pueblo de Israel es un Dios que ama personalmente. Y nos ama con esta dualidad de Eros y Agapé. Dios ama apasionadamente al hombre, le ama con un amor gratuito que a la vez también es un amor que perdona y está dispuesto al sacrificio. Dios que escoge y ama al pueblo de Israel sufre su desamor y su infidelidad.

JESUCRISTO, EL AMOR DE DIOS ENCARNADO

La novedad del Nuevo Testamento es la actuación imprevisible y, en cierto sentido inaudita de Dios. Jesucristo es el amor de Dios encarnado. En Jesucristo el propio Dios sale a buscar a la oveja perdida: la humanidad doliente y extraviada. Por la pasión de Jesucristo Dios se pone contra sí mismo, le entrega para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amor en su forma más radical.

AMAR A DIOS Y EL PRÓJIMO

El Señor nos ha amado primero, por su amor se ha revelado en Jesucristo y nos ha dejado su Espíritu y su Iglesia. Dios sigue viniendo al encuentro del hombre a través de la Palabra, los sacramentos y especialmente de la Eucaristía. El hombre puede corresponder a ese amor de Dios a través de estos medios y especialmente amando al prójimo. La historia de amor entre Dios y el hombre consiste en la comunión entre pensamiento y sentimiento. Desde el sentimiento de que Dios está dentro de mí, mi pensamiento y mi voluntad tienden a coincidir cada vez más con la voluntad de Dios.

El amor es un proceso que siempre está en camino, nunca se da por completado, se transforma en el curso de la vida y va madurando. Conforme va creciendo, nos "abandonamos" en Dios que es la causa de nuestra alegría. En esta comunión con Dios es posible el amor al prójimo en el sentido que Jesucristo explica en la parábola del buen samaritano.

Desde el encuentro íntimo con Dios aprendo a mirar a otro no con mis ojos y mis sentimientos, sino desde la perspectiva de Jesucristo. Sólo mi disponibilidad para ayudar al prójimo, para manifestarle amor, me hace sensible ante Dios. El servicio al prójimo abre mis ojos a lo que Dios hace por mí y al amor inmenso con que me quiere.

PARA REFLEXIONAR:

¿En nuestras relaciones de amor, vivimos el amor también como agapé?

¿Vivimos esta intimidad con Dios?. ¿Le amamos?

¿Amo al prójimo? ¿a mi familia? ... ¿a los amigos?.... ¿a los compañeros de trabajo ?..... ¿a los vecinos?.... ¿a los hermanos en la fe?....

¿Busco una caridad "anónima" o quiero implicarme?......