sábado, 13 de noviembre de 2010

TEMA 23. LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS

EXPOSICIÓN:

DISCURSO DE PEDRO después de Pentecostés (Ha 2, 22-35)

"Hombres de Israel, escuchad estas palabras: Jesús, el Nazareno, fue acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y señales realizados por Dios por medio de él entre vosotros, como ya sabéis. Éste, por la voluntad preestablecida y por la previsión de Dios, fue entregado, y lo matasteis haciéndolo crucificar por manos de gente impía, y Dios lo resucitó liberándolo de la angustia de la muerte, ya que no era posible que fuera dominado por ella.

A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos. La derecha de Dios lo ha ensalzado, y él ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y ahora lo ha dado con abundancia: eso es lo que estáis viendo y oyendo ... por lo tanto, sepa del cierto toda la casa de Israel que Dios ha hecho Señor y Cristo a este mismo Jesús a quien vosotros crucificasteis. "



LOS PRIMEROS CONVERTIDOS (Ha 2, 37-41)

Los que escuchaban, al oír esto quedaron con el corazón tan compungido por estas palabras que dijeron a Pedro ya los demás apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?" Pedro les dijo: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesús, el Mesías, para obtener el perdón de los pecados, y así recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y vuestros hijos y también para todos los que están lejos, tantos como llamará el Señor Dios nuestro ". Los que aceptaron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se incorporaron unas tres mil personas.

VIDA DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES (Ha 2, 42-47)

Se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles y en la comunión fraternal, en el reparto del pan y en las oraciones. Toda la gente sentía un gran respeto por las muchas maravillas y prodigios que hacían los apóstoles. Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo al servicio de todos; vendían las propiedades y bienes y repartían el dinero de la venta según la necesidad de cada uno. Eran constantes en asistir cada día al templo todos juntos. En casa, partían el pan y tomaban juntos el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios, y eran bien vistos de todo el pueblo. Y el Señor cada día añadía al grupo a los que se iban salvando.

PEDRO Y JUAN ANTE EL SANEDRIN(Ha 4, 1-23)

Después de curar a un paralítico Pedro y Juan hablan al pueblo en el pórtico de Salomón dando testimonio de Jesús ... Mientras ellos hablaban al pueblo, se les presentaron los sacerdotes, el oficial de guardia del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y proclamaran en la persona de Jesús la resurrección de los muertos.

Entonces los cogieron y los metieron en la cárcel ... al día siguiente los dirigentes, los notables y los maestros de la Ley los interrogaron sobre el milagro de la curación del paralítico y se pusieron a deliberar entre ellos: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque es evidente que se ha producido un milagro por medio de ellos; todos los habitantes de Jerusalén lo saben, y no lo podemos negar, pero, para impedir que se extienda aún más entre el pueblo, les prohibiremos severamente que vuelvan a hablar nunca más a nadie en este nombre. "... Cada día, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar la buena nueva de que Jesús es el Mesías.


ESTEBAN EL PRIMER MÁRTIR (Ha, 7)

Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía prodigios y grandes señales entre el pueblo. Pero se levantaron unos de la sinagoga que no resistían la sabiduría y el espíritu con que él hablaba. Entonces sobornaron a unos hombres que testificaran: "Le hemos oído pronunciar blasfemias contra Moisés y contra Dios." Y así amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los letrados, le atraparon de improviso y lo llevaron al Sanedrín.

Esteban lleno del Espíritu Santo daba testimonio de Jesús: "Tercos y cerrados de corazón y oído! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo hicieron vuestros padres. ¿Cuál de los profetas no han perseguido vuestros padres? Mataron a los que profetizaban sobre la venida del Justo, de quien vosotros os habéis hecho traidores y asesinos. Vosotros, que recibisteis la Ley por ministerio de ángeles, y no la habéis guardado "...

Entonces ellos se pusieron a gritar escandalosamente, se taparon los oídos y todos a una, se lanzaron contra él, lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los testigos dejaban los mantos a los pies de un joven llamado Saulo. Y mientras lo apedreaban, Esteban oraba diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu."


CONVERSIÓN DE SAULO (SAN PABLO) (Ha 9)

Saulo respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, y fue a encontrar al sumo sacerdote y le pidió que le concediera credenciales para las sinagogas de Damasco, a fin de que si encontraba a algún seguidor del Camino del Señor, tanto si era hombre como mujer, pudiera llevarlo prisionero a Jerusalén.

Cuando Saulo llegaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz fulgurante que venía del cielo. Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Él respondió: "¿Quién eres, Señor?" Le dijo: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, ves a la ciudad, y allí te dirán lo que has de hacer." .. Saulo se levantó del suelo y, aunque teniendo los ojos bien abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco. Allí permaneció tres días sin ver, y sin comer ni beber ....

Ananías, discípulo que vivía en Damasco, instruido en una visión por el Señor fue a buscar a Saulo .... entró en la casa e, imponiéndole las manos, dijo: "Hermano Saulo, Jesús, el Señor, el que se te ha aparecido cuando venías por el camino, me envía para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo. " Al instante le cayeron de los ojos como escamas y recobró la vista. Entonces se levantó y fue bautizado.




PEDRO PREDICA EN CASA DEL CENTURIÓN CORNELIO Y EL ESPÍRITU SANTO DESCIENDE SOBRE LOS GENTILES (Ha 10) ....

Todavía Pedro hablaba cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje. Todos los creyentes judíos que habían venido con Pedro quedaron extrañados de ver que incluso sobre los gentiles era derramado el don del Espíritu Santo, porque los oían hablar lenguas extrañas y ensalzar a Dios. Entonces Pedro dijo: "¿Puede alguien negar el agua, impidiendo que sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?" Y dispuso que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo.

LA PALABRA SE DIFUNDE POR TODA PALESTINA, SIRIA Y ASIA MENOR (Hch 8,4)

Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la buena nueva de la Palabra .....

PABLO APOSTOL DE LOS GENTILES (1 Co 9, 16-20)

... pobre de mí si no evangelizare! .. de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como pueda. Con los judíos me he hecho como judío, para ganar a los judíos .... con los que no tienen ninguna ley, me he hecho como si no tuviera ninguna ley, para ganar a los que no tienen ninguna ley ..., con los indecisos me he hecho indeciso, para ganar a los indecisos; me he hecho todo para todos para salvar a algunos de la manera que sea. Y todo esto lo hago por el Evangelio, para tener parte.

LOS VIAJES MISIONEROS DE PABLO (Pablo, Apóstol de nuestro Pueblo. Los obispos de Cataluña. Claret.)

El primer viaje del apóstol cubrió la Isla de Chipre y el sur de la provincia romana de Galacia, la actual Turquía. Haría dos viajes más. El segundo viaje aportó la gran novedad misionera: el salto de Pablo hacia Europa (Filipos, Tesalónica y Corinto, donde permaneció dos años). En el tercer viaje, Pablo consolidó las comunidades ya fundadas y residió unos tres años en Éfeso. Estos tres viajes apostólicos duraron entre 10 y 12 años.

Pablo sólo se detuvo cuando, con los preparativos ya avanzados de su viaje misionero a Hispania fue detenido en Jerusalén. Pablo mantendrá su condición de prisionero -en regímenes distintos- hasta el final de su vida. Su muerte martirial tendrá lugar en Roma, donde será decapitado como consecuencia de una condena a muerte de un tribunal imperial.

PARA REFLEXIONAR:

ENVIADOS POR EL ESPÍRITU a evangelizar (Obispo Lluis Martínez Sistach. Hoja dominical 31 de mayo 2009)

Jesús prometió a sus discípulos que les entregaría el Espíritu Santo y el día de Pentecostés se cumplió esta promesa. En efecto, los apóstoles, reunidos con María, recibieron el Espíritu Santo y como dice el texto bíblico, «todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se expresaban según el Espíritu les concedía de hablar».

En la historia de la salvación, la venida del Espíritu Santo significa la transferencia que hace Jesús de su misión -recibida del Padre- a la Iglesia que nace y que empieza a expandirse aquel día de Pentecostés. Resuenan fuertemente estas palabras de Jesús resucitado dirigidas a sus discípulos: «Como el Padre me envió, también yo os envío yo. Entonces sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo." »

En realidad, sólo después de la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés, los apóstoles salen hacia todos los horizontes del mundo para comenzar la gran obra evangelizadora de la Iglesia. Pedro recibe en plenitud el Espíritu Santo que le lleva hablar al pueblo sobre Jesús Hijo de Dios, muerto y resucitado.

Pablo también recibe en plenitud el Espíritu Santo antes de entregarse a su ministerio apostólico, en el que enseñará que «sólo movido por el Espíritu Santo el cristiano puede decir: Jesús es el Señor», es decir, confesar la fe en Cristo no sólo con los labios sino también con el corazón.

Sin embargo, el Espíritu desciende también «sobre los que escuchan la palabra de Dios», en la Iglesia naciente y en la de todos los tiempos. Esteban, lleno del Espíritu Santo, es elegido para la diaconía y más tarde dará testimonio de Cristo con su martirio. Uno de los testigos será el mismo san Pablo, y San Agustín dijo en una homilía, estas palabras: «Sin la oración de Esteban, la Iglesia no habría tenido a Pablo».

Gracias al sostenimiento del Espíritu Santo la Iglesia crece y se expande desde el Oriente a Occidente. Él es quien explica a los fieles el sentido profundo de la enseñanza de Jesús y su misterio. Es él quien hoy, como en el inicio de la Iglesia, actúa en cada cristiano que es dócil a sus inspiraciones, ya que por el bautismo somos templos del Espíritu Santo y miembros activos de la Iglesia.

¿Cómo vivimos nuestra fe? …

¿Constantes en la oración, en el reparto del pan y en escuchar la palabra de Dios? …

¿Tenemos una vivencia comunitaria? ...

¿Compartimos la fe con los demás cristianos ?.... ¿y los bienes ?.....

¿Comunicamos a los demás la Buena Noticia? ... ¿nos sentimos interpelados a evangelizar?

1 comentario:

  1. Es admirable la valentía y la fortaleza con la que San Pedro comienza el ministerio que Jesús le ha encomendado.
    No cabe duda de que es la acción del Espíritu Santo recibido en Pentecostés, quien lo impulsa.
    Antes lleno de tristeza y miedo;
    ahora decidido y valiente.
    La constatación de Jesús resucitado y el don del Espíritu Santo le animan. ¡Que maravilla!

    El mismo lo confirma cuando dice: “él (Jesús) ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y ahora lo ha dado con abundancia: eso es lo que estáis viendo y oyendo ...”

    Con esta afirmación deja claro que es el Espíritu Santo quien lo mueve a hablar y actuar.
    Así hará en cada miembro de la comunidad cristiana que viva la comunión y la caridad dada a la Iglesia por Cristo y sostenida sin cesar por el Espíritu Santo.

    Así lo muestra el presente tema en distintos momentos de las primeras comunidades y en distintas personas santas: deseo de ser bautizados para recibir el E.Santo, vivir fraternalmene compartiéndolo todo como miembros de una gran familia, el testimonio de Esteban, la acción evangelizdora de los primeros cristianos, la conversión y misión de San Pablo: sus viajes y la gigantesca acción evangelizadora que el Espíritu Santo hizo por medio de él.

    Buena ocasión es esta, para agradecer la ación discreta pero eficaz del Espíritu Santo en nuestras vidas. Recibido en el seno de la Iglesia, el día de nuestro bautismo y más tarde más plenamente en la confirmación.

    Hoy puedo decir que soy cristiano gracias al Espíritu Santo y a la respuesta de tantísimas personas fieles y dóciles a su acción, empezando por mis padres, mi familia, el movimiento y anteriormente un número incontable de santos y hermanos en la fe, que vivieron y viven una comprometida respuesta de amor a Dios.

    Que María, que animó a la Iglesia, desde antes de sus comiezos, interceda para que no se detenga nunca en nosotros, la humilde participación que el Espíritu Santo nos sugiere, en la inmensa tarea evangelizadora
    de la Iglesia.

    Que hagamos posible en muchos, lo que tantos otros hicieron posible en nosotros:

    EL ENCUENTRO CON CRISTO

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