viernes, 10 de diciembre de 2010

TEMA 25. LOS SACRAMENTOS DE LA INICIACIÓN CRISTIANA. BAUTISMO Y CONFIRMACIÓN.

EXPOSICIÓN:

BAUTISMO DE JESÚS (Mt 3, 1-17) (Mc 1, 7-8)

Por aquellos días se presentó Juan Bautista, que predicaba en el desierto de Judea. Decía: "Convertíos, que el Reino de los Cielos está cerca."

Acudían a él gentes de Jerusalén, de toda la Judea y de todo el valle del Jordán, y los bautizaba en el río Jordán mientras confesaban sus pecados.

Y predicaba así: "Viene detrás de mí el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatarle la correa de las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con el Espíritu Santo”.

Entonces Jesús fue de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan se oponía diciendo: "Soy yo que necesito ser bautizado por ti, y tú ¿vienes a mí?".

Jesús le respondió: "Deja que ahora sea así, conviene que cumplamos todo lo que Dios quiere".

Entonces le dejó. Y Jesús, una vez bautizado, salió del agua enseguida, el cielo se abrió y vio cómo el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y venía sobre él. Y se oyó una voz del cielo que decía: "Éste es mi Hijo amado, en quien me complazco."


QUIEN CREA Y SEA BAUTIZADO, SE SALVARÁ (Mc 16, 15-16)

Finalmente se manifestó a los once cuando estaban en la mesa, y los reprendió por su incredulidad y su empeño en no creer a quienes lo habían visto resucitado, y les dijo: "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, será salvo, pero el que no crea, será condenado”.

DIÁLOGO DE JESÚS CON NICODEMO (Jn 3, 5)

"Te lo aseguro: si uno no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios".

LOS SACRAMENTOS (Libro de la fe. Obispos de Bélgica. Pags.74)

La palabra latina "sacramentum" significa "juramento solemne de fidelidad por medio de un signo auténtico".

Por eso decimos que Jesucristo es el sacramento por excelencia que realiza el encuentro entre Dios y los hombres. Por su parte, la Iglesia es el sacramento de la presencia de Cristo entre los hombres. En la Iglesia, cada sacramento es una palabra y un gesto de salvación.

El Señor nos hace renacer a la vida, por el bautismo, nos confirma y nos perdona los pecados, nos reconcilia; une a los esposos, reúne a su pueblo en la misma mesa y se nos da en alimento; hace revivir a los enfermos y da pastores a su pueblo.

Los sacramentos son la obra del Espíritu Santo: gracias a él podemos encontrar al Señor a través de las palabras y los gestos sacramentales por los cuales él mismo realiza la salvación y nos da una nueva existencia.

PARA REFLEXIONAR:

EL BAUTISMO

Recibir el bautismo es un acto de humildad y de verdad. Los que iban al Jordán para que Juan los bautizara, se reconocían hombres pecadores y reconocían que la justicia no les podía venir de sus propios méritos.

Juan bautizaba con agua en vistas a un cambio profundo de las mentalidades. ¿Qué debemos hacer? .. el que tenga dos túnicas que reparta con el que no tiene ....

Jesús se hace bautizar para hacerse solidario con toda la humanidad. Así confiesa que es un hombre verdadero. De este acto de humildad nace la verdad de Cristo.

El Espíritu Santo baja sobre Jesús, y es proclamando por el Padre como el Hijo amado, el Ungido con el Espíritu, profeta y siervo de Dios. "El que viene detrás de mí os bautizará con el fuego del Espíritu Santo" dice Juan (Mt 3,11).

Por el bautismo, Jesús nos da su Espíritu que nos hace hijos adoptivos del Padre. El fuego del espíritu "quema" el mal en nosotros y nos libra del pecado original. Del bautismo nace un hombre nuevo, un hombre salvado. Convertido en hijo adoptivo del Padre por el bautismo, el cristiano entra en la Iglesia, recibe la dignidad de laico, es decir, se convierte en miembro del Pueblo de Dios, miembro del Cuerpo de Cristo, piedra viva de la Iglesia y templo del Espíritu Santo.

El hombre "viejo" herido por el pecado vivía solo. El hombre "nuevo", liberado del pecado, forma un cuerpo con sus hermanos dentro de la comunidad cristiana.

El bautismo se llama "baño de regeneración", porque la inmersión en el agua nos hace tener parte en la muerte de Cristo y la salida del agua nos hace participar en su resurrección. El agua purifica y simboliza la vida. El bautismo es la Pascua del Cristiano.

LA CONFIRMACIÓN

Desde el bautismo, el cristiano recibe el Espíritu Santo que es origen de su vida nueva. Pero hay un progreso en la manifestación de Dios y en la comunicación de su Espíritu.

La mañana de Pentecostés el Espíritu Santo llena de coraje y de dinamismo misionero a la Iglesia apostólica, para que lleve su testimonio de fe por toda la tierra y más allá de todos los tiempos.

Así se puede decir que si la Pascua del Señor es de alguna manera el bautismo de la Iglesia, Pentecostés es la confirmación. La Pascua del cristiano es su bautismo y la confirmación le renueva el don de Pentecostés.

Este don del Espíritu inserta plenamente al bautizado en la Iglesia misionera y le impulsa a participar de la misión de proclamar la buena nueva.

El bautismo y la confirmación, junto con el sacramento del orden, son cada uno de ellos un "rito de consagración" que confiere la misión de Cristo. Para poder cumplirla, Dios confiere una "fuerza permanente". Es por ello que estos sacramentos dejan una "huella". Sólo se pueden recibir una sola vez.



EL RITO DEL BAUTISMO Y DE LA CONFIRMACIÓN

Del rito del bautismo forman parte la palabra, el agua y la luz. Antes de recibir el bautismo, junto con la asamblea, el catecúmen o los padres del niño proclaman la renuncia al mal y hacen la profesión de fe.

El ministro del sacramento, normalmente sacerdote, hace la efusión del agua en la cabeza del bautizado y pronuncia las palabras del bautizo. Se unge con el aceite, que simboliza el Espíritu, se lleva una prenda blanca, que simboliza la vida nueva, se enciende una vela que simboliza la luz de Cristo que el Señor nos da.

En el caso de un niño, padres y padrinos toman la responsabilidad de educar en la fe al nuevo cristiano.

En el sacramento de la confirmación, reservada su administración al obispo, se vuelve a proclamar la renuncia al mal y se hace la profesión de fe. El obispo impone las manos sobre la cabeza del confirmado, lo que significa en conjunto “toma de posesión, investidura y bendición”. Y finalmente, se hace la unción con aceite que simboliza el Espíritu Santo. Con la unción y la palabra que le acompaña el confirmado recibe el "sello" del Espíritu.

La confirmación sella la alianza del bautismo que nos hace hijos de Dios, por los méritos de Jesucristo.

¿Soy consciente de la dignidad que me confieren el bautismo y la confirmación ?....

liberado del mal, regenerado como hijo de Dios, miembro de Cristo, incorporado en su Iglesia y partícipe de su misión ..

(Los párrafos anteriores están recogidos del "libro de la fe" de los obispos belgas, y también del Catecismo de la Iglesia puntos 1210 a 1300).

viernes, 26 de noviembre de 2010

TEMA 24. CAMINAMOS JUNTOS EN LA IGLESIA

EXPOSICIÓN:

LOS APÓSTOLES (Catecismo 858 y siguientes)

Jesús elige a los apóstoles para que estén con él y para enviarlos a predicar. En ellos continúa su propia misión: "Como el padre me ha enviado, así yo os envío a vosotros" (Ju 20,21). Los apóstoles se saben "servidores de Cristo y administradores del Misterio de Dios" (1 Co 4,1).

Elección de los doce (Mc 3 -13-19; Mt 10,1-4 Lc 6,12-16)
Después subió a la montaña y llamó a los que quiso, y se reunieron con él. Entonces designó a doce para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar: Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro, Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que lo traicionó.

Misión del doce (Lc 9,1-6)

Jesús reunió a los Doce y les dio poder y autoridad para sacar todos los demonios y para curar enfermedades. Y los envió a predicar el Reino de Dios y a curar a los enfermos. Les dijo: "No toméis nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni os llevéis dos túnicas.

Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que salgáis de aquel lugar. Y si no os acogen, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, como testimonio contra ellos. " Ellos se pusieron en camino y recorrían uno por uno los pueblos predicando el evangelio y sanando por todas partes.

Pedro cabeza de la Iglesia (Ju 21, 15-19)

Después de almorzar, Jesús dice a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" Pedro le responde: "Sí, Señor. Tú sabes que te quiero." Jesús le dice: "Apacienta mis corderos." Por segunda vez le pregunta: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Le contesta: "Sí, Señor. Tú sabes que te quiero." Le dice: "Apacienta mis ovejas." Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?"

Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería, y le respondió: "Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero" Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. De verdad te digo:

Cuando eras joven te ceñías tú mismo e ibas donde querías, pero cuando seas viejo extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará donde no quieres ir." Esto lo dijo para indicar con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y añadió: "Sígueme."



LOS OBISPOS SUCESORES DE LOS APÓSTOLES (Catecismo 860 y siguientes)

Los apóstoles serán los testigos elegidos de la Resurrección del Señor y el fundamento de la Iglesia. Cristo les promete que estará con ellos hasta el fin del tiempo. Esta misión divina de predicar el evangelio debe durar hasta el fin de los siglos. Por eso los apóstoles se preocuparon de instituir a sus sucesores.

Los apóstoles se procuraron colaboradores en la misión de atender el rebaño en medio del cual el Espíritu Santo les había puesto para pastorear la Iglesia de Dios. Y les dieron la orden de que cuando se murieran, otros hombres probados se encargaran de su ministerio.

El orden sagrado de los Obispos asegura el relieve y la perennidad de este ministerio. Jesús envía a los obispos como guías en medio de su pueblo para que sean con los sacerdotes ejemplos de amor y anunciadores del Evangelio. Jesús les manda que bauticen, que perdonen los pecados y que celebren la Eucaristía con los hermanos.

Cristo instituyó a los Doce, los constituyó en forma de colegio apostólico o grupo permanente, al frente del cual puso a Pedro, elegido de entre ellos mismos. Igualmente, el Romano Pontífice, el Papa, sucesor de Pedro y los obispos, sucesores de los apóstoles, se encuentran unidos entre sí.

El orden es el sacramento del ministerio apostólico y comporta tres grados: el episcopado, el presbiterado y el diaconado (obispos, sacerdotes y diáconos).

La ordenación es una consagración, una investidura de Cristo mismo para la misión. La imposición de las manos del obispo, con la oración consacratoria, constituye el signo visible de esta consagración.
LOS RELIGIOSOS (Catecismo 925 y siguientes)

La vida religiosa es un don que la Iglesia recibe del Señor y que ella ofrece como un estado de vida estable al fiel llamado por Dios en la profesión de los votos (pobreza, obediencia y castidad).

Todos los religiosos están llamados a colaborar en la implantación y la expansión misionera de la Iglesia y a poner de manifiesto, bajo formas diversas, la caridad misma de Dios en el tiempo actual.

LOS LAICOS (Catecismo 897 y siguientes)


Con el nombre de laicos se entiende todos los cristianos con la excepción de los ordenados y los religiosos. Son los cristianos incorporados a Cristo por el bautismo y constituidos en pueblo de Dios que participan de la función sacerdotal, profética y real de Cristo y de la misión por él encomendada a la Iglesia.

Los fieles laicos se encuentran en la línea más avanzada de la Iglesia y su iniciativa es necesaria para impregnar las realidades sociales, políticas y económicas con los valores cristianos. Participan en virtud del bautismo y la confirmación de la misión de anunciar el mensaje divino de salvación a fin de que sea conocido y recibido por todos los hombres y por toda la tierra.

PARA REFLEXIONAR:

¿PODÉIS BEBER LA COPA QUE YO HE DE BEBER? (Mt 20,20-28)

Subiendo a Jerusalén, la madre de los hijos de Zebedeo pidió a Jesús que sus hijos se sentaran a derecha e izquierda de Jesús en su Reino .... Jesús respondió: "No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el cáliz que yo voy a beber?". Le dijeron: "Sí que podemos." Jesús les dijo: "Mi cáliz sí que lo beberéis ..." Jesús se refería al cáliz del martirio.

Así Santiago "el mayor" fue el primer apóstol mártir en el año 43, le seguirían al martirio el resto de apóstoles a excepción de Juan. Pedro y Pablo murieron mártires en Roma sobre el año 67. Los sucesores de Pedro siguieron la misma suerte en los siglos I y II bajo el Imperio Romano (San Linus, San Anacleto, Clemente, San Evaristo, San Alejandro, San Sixto ....).

LA TRADICIÓN APOSTÓLICA (Catecismo puntos 75 y siguientes)

Cristo el Señor, en quien se consuma toda la revelación del Dios supremo, mandó a los apóstoles que predicaran el Evangelio a todos los hombres y les comunicaran los dones divinos. Esta predicación se ha hecho de dos maneras: oralmente, transmitiendo de palabra todo lo que habían recibido de Cristo o que habían aprendido bajo la guía del Espíritu Santo, y por los escritos de aquellos apóstoles y hombres que dejaron "en pergamino" el mensaje de salvación, inspirados por el mismo Espíritu Santo.

Para que el Evangelio se mantuviera íntegro y vivo para siempre en la Iglesia, los apóstoles dejaron como sucesores a los obispos "incluso dejándoles su mismo lugar en el magisterio", de tal manera que la predicación apostólica recogida en los libros inspirados, debía ser conservada hasta el fin del tiempo por una sucesión ininterrumpida.

Esta transmisión viva, cumplida en el Espíritu Santo, se llama “Tradición”.

LOS LAICOS

Enviados por el Espíritu a evangelizar (Obispo Lluis Martínez Sistach. Hoja dominical 31 de mayo 2009)

Ayer y hoy, es el Espíritu Santo el que mueve los corazones de los laicos y laicas cristianos para que tomen mayor conciencia de su compromiso bautismal y colaboren activamente en la misión de la Iglesia. El Espíritu Santo ocupa un lugar eminente en toda la vida de la Iglesia, y de una manera muy especial en la misión evangelizadora.

Los laicos cristianos, movidos por el Espíritu, están llamados a ser testigos de Cristo en el apostolado, tanto de forma individual como asociada, y de esta manera participan en la misión misma de la Iglesia, según diversas modalidades de asociación y diversas formas de espiritualidad.

También hoy, la Iglesia, el Espíritu Santo manifiesta la gran riqueza de sus dones e inspira a los laicos las mejores maneras de hacer presentes las semillas del Evangelio en las estructuras de nuestro mundo de hoy.

sábado, 13 de noviembre de 2010

TEMA 23. LAS PRIMERAS COMUNIDADES CRISTIANAS

EXPOSICIÓN:

DISCURSO DE PEDRO después de Pentecostés (Ha 2, 22-35)

"Hombres de Israel, escuchad estas palabras: Jesús, el Nazareno, fue acreditado por Dios ante vosotros con milagros, prodigios y señales realizados por Dios por medio de él entre vosotros, como ya sabéis. Éste, por la voluntad preestablecida y por la previsión de Dios, fue entregado, y lo matasteis haciéndolo crucificar por manos de gente impía, y Dios lo resucitó liberándolo de la angustia de la muerte, ya que no era posible que fuera dominado por ella.

A este Jesús, Dios lo resucitó, y todos nosotros somos testigos. La derecha de Dios lo ha ensalzado, y él ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, y ahora lo ha dado con abundancia: eso es lo que estáis viendo y oyendo ... por lo tanto, sepa del cierto toda la casa de Israel que Dios ha hecho Señor y Cristo a este mismo Jesús a quien vosotros crucificasteis. "



LOS PRIMEROS CONVERTIDOS (Ha 2, 37-41)

Los que escuchaban, al oír esto quedaron con el corazón tan compungido por estas palabras que dijeron a Pedro ya los demás apóstoles: "Hermanos, ¿qué debemos hacer?" Pedro les dijo: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesús, el Mesías, para obtener el perdón de los pecados, y así recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y vuestros hijos y también para todos los que están lejos, tantos como llamará el Señor Dios nuestro ". Los que aceptaron su mensaje fueron bautizados, y aquel día se incorporaron unas tres mil personas.

VIDA DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES (Ha 2, 42-47)

Se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles y en la comunión fraternal, en el reparto del pan y en las oraciones. Toda la gente sentía un gran respeto por las muchas maravillas y prodigios que hacían los apóstoles. Todos los creyentes vivían unidos y lo tenían todo al servicio de todos; vendían las propiedades y bienes y repartían el dinero de la venta según la necesidad de cada uno. Eran constantes en asistir cada día al templo todos juntos. En casa, partían el pan y tomaban juntos el alimento con alegría y sencillez de corazón. Alababan a Dios, y eran bien vistos de todo el pueblo. Y el Señor cada día añadía al grupo a los que se iban salvando.

PEDRO Y JUAN ANTE EL SANEDRIN(Ha 4, 1-23)

Después de curar a un paralítico Pedro y Juan hablan al pueblo en el pórtico de Salomón dando testimonio de Jesús ... Mientras ellos hablaban al pueblo, se les presentaron los sacerdotes, el oficial de guardia del templo y los saduceos, indignados de que enseñaran al pueblo y proclamaran en la persona de Jesús la resurrección de los muertos.

Entonces los cogieron y los metieron en la cárcel ... al día siguiente los dirigentes, los notables y los maestros de la Ley los interrogaron sobre el milagro de la curación del paralítico y se pusieron a deliberar entre ellos: "¿Qué haremos con estos hombres? Porque es evidente que se ha producido un milagro por medio de ellos; todos los habitantes de Jerusalén lo saben, y no lo podemos negar, pero, para impedir que se extienda aún más entre el pueblo, les prohibiremos severamente que vuelvan a hablar nunca más a nadie en este nombre. "... Cada día, en el templo y por las casas, no cesaban de enseñar y de anunciar la buena nueva de que Jesús es el Mesías.


ESTEBAN EL PRIMER MÁRTIR (Ha, 7)

Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía prodigios y grandes señales entre el pueblo. Pero se levantaron unos de la sinagoga que no resistían la sabiduría y el espíritu con que él hablaba. Entonces sobornaron a unos hombres que testificaran: "Le hemos oído pronunciar blasfemias contra Moisés y contra Dios." Y así amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los letrados, le atraparon de improviso y lo llevaron al Sanedrín.

Esteban lleno del Espíritu Santo daba testimonio de Jesús: "Tercos y cerrados de corazón y oído! Vosotros siempre resistís al Espíritu Santo, lo mismo hicieron vuestros padres. ¿Cuál de los profetas no han perseguido vuestros padres? Mataron a los que profetizaban sobre la venida del Justo, de quien vosotros os habéis hecho traidores y asesinos. Vosotros, que recibisteis la Ley por ministerio de ángeles, y no la habéis guardado "...

Entonces ellos se pusieron a gritar escandalosamente, se taparon los oídos y todos a una, se lanzaron contra él, lo sacaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los testigos dejaban los mantos a los pies de un joven llamado Saulo. Y mientras lo apedreaban, Esteban oraba diciendo: "Señor Jesús, recibe mi espíritu."


CONVERSIÓN DE SAULO (SAN PABLO) (Ha 9)

Saulo respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, y fue a encontrar al sumo sacerdote y le pidió que le concediera credenciales para las sinagogas de Damasco, a fin de que si encontraba a algún seguidor del Camino del Señor, tanto si era hombre como mujer, pudiera llevarlo prisionero a Jerusalén.

Cuando Saulo llegaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz fulgurante que venía del cielo. Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" Él respondió: "¿Quién eres, Señor?" Le dijo: "Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Levántate, ves a la ciudad, y allí te dirán lo que has de hacer." .. Saulo se levantó del suelo y, aunque teniendo los ojos bien abiertos, no veía nada. Lo llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco. Allí permaneció tres días sin ver, y sin comer ni beber ....

Ananías, discípulo que vivía en Damasco, instruido en una visión por el Señor fue a buscar a Saulo .... entró en la casa e, imponiéndole las manos, dijo: "Hermano Saulo, Jesús, el Señor, el que se te ha aparecido cuando venías por el camino, me envía para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo. " Al instante le cayeron de los ojos como escamas y recobró la vista. Entonces se levantó y fue bautizado.




PEDRO PREDICA EN CASA DEL CENTURIÓN CORNELIO Y EL ESPÍRITU SANTO DESCIENDE SOBRE LOS GENTILES (Ha 10) ....

Todavía Pedro hablaba cuando el Espíritu Santo descendió sobre todos los que escuchaban el mensaje. Todos los creyentes judíos que habían venido con Pedro quedaron extrañados de ver que incluso sobre los gentiles era derramado el don del Espíritu Santo, porque los oían hablar lenguas extrañas y ensalzar a Dios. Entonces Pedro dijo: "¿Puede alguien negar el agua, impidiendo que sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo como nosotros?" Y dispuso que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo.

LA PALABRA SE DIFUNDE POR TODA PALESTINA, SIRIA Y ASIA MENOR (Hch 8,4)

Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la buena nueva de la Palabra .....

PABLO APOSTOL DE LOS GENTILES (1 Co 9, 16-20)

... pobre de mí si no evangelizare! .. de todos me he hecho esclavo para ganar a tantos como pueda. Con los judíos me he hecho como judío, para ganar a los judíos .... con los que no tienen ninguna ley, me he hecho como si no tuviera ninguna ley, para ganar a los que no tienen ninguna ley ..., con los indecisos me he hecho indeciso, para ganar a los indecisos; me he hecho todo para todos para salvar a algunos de la manera que sea. Y todo esto lo hago por el Evangelio, para tener parte.

LOS VIAJES MISIONEROS DE PABLO (Pablo, Apóstol de nuestro Pueblo. Los obispos de Cataluña. Claret.)

El primer viaje del apóstol cubrió la Isla de Chipre y el sur de la provincia romana de Galacia, la actual Turquía. Haría dos viajes más. El segundo viaje aportó la gran novedad misionera: el salto de Pablo hacia Europa (Filipos, Tesalónica y Corinto, donde permaneció dos años). En el tercer viaje, Pablo consolidó las comunidades ya fundadas y residió unos tres años en Éfeso. Estos tres viajes apostólicos duraron entre 10 y 12 años.

Pablo sólo se detuvo cuando, con los preparativos ya avanzados de su viaje misionero a Hispania fue detenido en Jerusalén. Pablo mantendrá su condición de prisionero -en regímenes distintos- hasta el final de su vida. Su muerte martirial tendrá lugar en Roma, donde será decapitado como consecuencia de una condena a muerte de un tribunal imperial.

PARA REFLEXIONAR:

ENVIADOS POR EL ESPÍRITU a evangelizar (Obispo Lluis Martínez Sistach. Hoja dominical 31 de mayo 2009)

Jesús prometió a sus discípulos que les entregaría el Espíritu Santo y el día de Pentecostés se cumplió esta promesa. En efecto, los apóstoles, reunidos con María, recibieron el Espíritu Santo y como dice el texto bíblico, «todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se expresaban según el Espíritu les concedía de hablar».

En la historia de la salvación, la venida del Espíritu Santo significa la transferencia que hace Jesús de su misión -recibida del Padre- a la Iglesia que nace y que empieza a expandirse aquel día de Pentecostés. Resuenan fuertemente estas palabras de Jesús resucitado dirigidas a sus discípulos: «Como el Padre me envió, también yo os envío yo. Entonces sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo." »

En realidad, sólo después de la venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés, los apóstoles salen hacia todos los horizontes del mundo para comenzar la gran obra evangelizadora de la Iglesia. Pedro recibe en plenitud el Espíritu Santo que le lleva hablar al pueblo sobre Jesús Hijo de Dios, muerto y resucitado.

Pablo también recibe en plenitud el Espíritu Santo antes de entregarse a su ministerio apostólico, en el que enseñará que «sólo movido por el Espíritu Santo el cristiano puede decir: Jesús es el Señor», es decir, confesar la fe en Cristo no sólo con los labios sino también con el corazón.

Sin embargo, el Espíritu desciende también «sobre los que escuchan la palabra de Dios», en la Iglesia naciente y en la de todos los tiempos. Esteban, lleno del Espíritu Santo, es elegido para la diaconía y más tarde dará testimonio de Cristo con su martirio. Uno de los testigos será el mismo san Pablo, y San Agustín dijo en una homilía, estas palabras: «Sin la oración de Esteban, la Iglesia no habría tenido a Pablo».

Gracias al sostenimiento del Espíritu Santo la Iglesia crece y se expande desde el Oriente a Occidente. Él es quien explica a los fieles el sentido profundo de la enseñanza de Jesús y su misterio. Es él quien hoy, como en el inicio de la Iglesia, actúa en cada cristiano que es dócil a sus inspiraciones, ya que por el bautismo somos templos del Espíritu Santo y miembros activos de la Iglesia.

¿Cómo vivimos nuestra fe? …

¿Constantes en la oración, en el reparto del pan y en escuchar la palabra de Dios? …

¿Tenemos una vivencia comunitaria? ...

¿Compartimos la fe con los demás cristianos ?.... ¿y los bienes ?.....

¿Comunicamos a los demás la Buena Noticia? ... ¿nos sentimos interpelados a evangelizar?

miércoles, 27 de octubre de 2010

TEMA 22. LOS DONES DEL ESPIRITU SANTO

EXPOSICIÓN:

LOS DONES DEL ESPÍRITU (San Pablo. 1Co 12, 3-7)

Hermanos nadie puede decir: "Jesús es el Señor", si no es guiado por el Espíritu Santo. Tenemos diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo, y aunque los servicios están repartidos, el Señor es el mismo, las funciones son variadas, pero es el mismo Dios quien opera todas las cosas en todos nosotros.

La manifestación del Espíritu se distribuye a cada uno para provecho de todos. A uno le es dada palabra de sabiduría, por medio del Espíritu; a otro, palabra de ciencia, según el mismo Espíritu; a otro, fe, por obra del mismo Espíritu; a otro, el don de curaciones, por este único Espíritu; a otro, el don de hacer milagros; a otro, el don de profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, el hablar en lenguas desconocidas; a otro, el don de traducirlas.

Pero todas estas cosas son operadas por un solo y mismo Espíritu, que reparte como le parece bien a cada uno particularmente. El cuerpo humano, que es uno, aunque está formado por muchos miembros, todos ellos constituyen un solo cuerpo, así es también Cristo. Porque también todos nosotros, tanto si somos judíos como si somos griegos, como esclavos o libres, hemos sido bautizados con un solo Espíritu, para formar un solo cuerpo, y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

(San Pablo. Gálatas 5,1 6-26)

Yo, pues, os aviso: camina en el Espíritu y no satisfagas los deseos de la carne ... Son dos principios que luchan contra sí para no dejaros hacer lo que deseáis. En cambio, si os dejáis guiar por el Espíritu, no estáis bajo la ley .... los frutos del Espíritu son: amor, gozo, paz, tolerancia, afabilidad, bondad, fidelidad, sencillez y autodominio. Contra estas cosas no hay ley. Los que son de Cristo Jesús han clavado en la cruz los deseos de la carne junto con sus pasiones y sus codicias. Ya que vivimos por el Espíritu, actuamos conforme al Espíritu.

TEMPLOS DEL ESPÍRITU (San Pablo.1 ª Corintios 6 19-20)

¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que habéis recibido de Dios y habita en vosotros, y que no sois vuestros? Ya que habéis sido adquiridos por un costo tan alto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo.

EL AMOR VÍNCULO DE LA PERFECCIÓN (San Pablo. Colosenses 3, 12-14)

Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de sentimientos tiernos, de benignidad, de humildad, de serenidad, de paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente. Si alguien tiene alguna queja contra otro, como el Señor os perdonó, haced así también vosotros. Y, como culminación de todo esto, ceñíos de amor, que es el vínculo de la perfección.

PARA REFLEXIONAR:

LAS VIRTUDES Y LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO (Catecismo 1808-1832)

Venido a la existencia por voluntad de Dios y creado a imagen de Él, el hombre recibe del Creador virtudes y dones que respetando su libertad le inclinan a hacer el bien.

Las virtudes humanas son disposiciones del entendimiento y de la voluntad, que regulan nuestros actos y guían nuestra conducta según la razón y la fe. No ahorran al hombre ni la reflexión ni los esfuerzos que exige la decisión de aceptar la acción divina en la voluntad humana.

Se pueden agrupar entorno a cuatro virtudes cardinales: prudencia (dispone la razón práctica para discernir nuestro bien verdadero y elegir los medios justos para llevarlo a cabo), justicia (voluntad firme y constante de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido), fortaleza (asegura ante las dificultades la firmeza y la constancia en practicar el bien) y templanza (modera el atractivo de los placeres sensibles y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados).


Las virtudes teologales disponen al hombre a la participación de la vida divina. Fundamentan, animan y caracterizan la acción moral del cristiano, haciéndolo capaz de actuar como hijo de Dios: la fe (por la que creemos en Dios y en todo lo que nos ha revelado), la esperanza (por la que deseamos el Reino del cielo, poniendo la confianza en las promesas de Cristo) y la caridad (que nos hace amar a Dios por él mismo sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos).


LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
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Son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil a los impulsos del Espíritu Santo. Conceden al hombre felicidad y alegría para aceptar la influencia divina en el obrar humano. Son siete y se pueden dividir en dones del entendimiento y dones de la voluntad:
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Dones del entendimiento:

• El don de la Sabiduría, capacita al hombre para entender y valorar todas las cosas desde Dios y para amar la realidad como Dios la ama.
• El don del Entendimiento, por el que la inteligencia iluminada por el Espíritu se hace apta para entender las verdades reveladas. Nos lleva al camino de la contemplación y nos acerca a Dios.
• El don del Consejo permite juzgar, bajo la inspiración del Espíritu, lo que conviene hacer, saber decidir con acierto y aconsejar a los demás.
• El don de Ciencia, por el que la inteligencia iluminada por el Espíritu juzga rectamente las cosas creadas en orden al fin sobrenatural.
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Dones de la voluntad:
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• El don de la Fortaleza forja la voluntad para que no desista en la consecución del bien y ayuda al fiel en la perseverancia.
• El don de la Piedad, nos inclina a amar a Dios y a no ser ni fríos ni indiferentes con el prójimo, dándole el honor y el servicio debidos.
• El don del santo Temor de Dios que salva del orgullo sabiendo que todo se debe a la misericordia divina. No debe entenderse "miedo" de Dios, sino el respeto debido a la divinidad y santidad de Dios.

LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU (comentario del texto de San Pablo. Fragmentos de las páginas 260-262 del libro "Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo". Mn. Jose M ª Rovira Belloso):
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• Amor o sentimientos de compasión: por el imperativo del sermón de la montaña, hay que ser misericordiosos como el Padre del cielo, de modo que el caído en la miseria sea levantado por el amor.
• Alegría: el gozo, como la justicia y la paz, provienen del Espíritu. Corazón alegre ante las dificultades y agradecido.


• Paz: paz interior con uno mismo y paz exterior con los hermanos.
• Tolerancia, también paciencia o alma generosa: ante el prójimo y lo que pueda venir en el futuro.
• Amabilidad o benevolencia: de manera que la forma de expresarse no viene dominada por los nervios, el genio o los gritos que imponen, sino por un talante amable.
• Bondad: Impregnados del bien que edifica y ayuda.
• Fe o fidelidad: para hacer el camino siguiendo las mociones del mismo Espíritu.
• Mansedumbre, también ternura: para darla aunque no se nos pida.
• Dominio de sí mismo: equilibrio en la actuación, que lleva a la santidad.

viernes, 15 de octubre de 2010

TEMA 21. EL ESPIRITU SANTO

EXPOSICIÓN:

RÍOS DE AGUA VIVA (Juan 7, 37-39)

El último día de las fiestas, el más solemne, Jesús se puso en pie y dijo en voz alta: "Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. Quien cree en mí, como dice la Escritura, de su interior brotarán ríos de agua viva. " Jesús decía esto refiriéndose al Espíritu que los creyentes en él debían recibir, porque el Espíritu aún no había venido, ya que Jesús no había sido glorificado.



LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO (Juan 14,15-17 y 26-27)
"Si me amáis, guardaréis mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y os enviará el Consolador para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de la Verdad. Este, el mundo no lo puede recibir, porque no lo distingue ni lo conoce. Pero vosotros sí lo conocéis, porque está presente entre vosotros y está dentro de vosotros ...

Os he dicho esto estando aún con vosotros, pero el Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, él os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. Mi paz os dejo, mi paz os doy ... "



JESÚS GLORIFICADO ENVÍA EL ESPÍRITU SANTO (Juan 20, 19-23)

Cuando ya era el atardecer de aquel mismo domingo, mientras los discípulos estaban dentro de la casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos, Jesús se presentó, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros!" Dicho esto, les enseñó las manos y el costado.
Los discípulos tuvieron una gran alegría de ver al Señor.
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Jesús repitió: "Paz a vosotros. Así como el Padre me envió, también yo os envío." Habiendo dicho estas palabras sopló sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes los retengáis, les serán retenidos. "
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PENTECOSTÉS. Hechos de los Apóstoles (HA 2, 1-11)
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"Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar, y de repente sobrevino del cielo un ruido como si un viento se precipitara violentamente, tanto que retumbó por toda la casa donde estaban congregados, y vieron unas lenguas como de fuego que se repartían y se ponía una sobre cada uno de ellos y todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en distintos lenguajes, según el Espíritu les concedía expresarse.
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En Jerusalén residían judíos piadosos de todas las nacionalidades de la tierra. Cuando se produjo ese ruido, se concentró la gente y se quedaron desconcertados, ya que cada uno los oía hablar en su propia lengua.
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Entre confundidos y admirados decían: "Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?. Pues, ¿cómo es que cada uno de nosotros los oye hablar en la propia lengua nativa?. Partos, medos y elamitas, y los residentes de Mesopotamia, Judea , Capadocia, y también del Ponto, de Asia, de Frigia, de Panfilia, de Egipto y de las regiones de la frontera de Libia con Cirene, y los visitantes romanos, tanto judíos como prosélitos, los cretenses y árabes, los oimos explicar la grandeza de Dios en nuestras propias lenguas."
EL ESPÍRITU NOS HACE HIJOS DE DIOS (San Pablo. Romanos 8, 14-17)
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"Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. No recibisteis un espíritu de esclavitud para recaer en el temor, sino que recibisteis un Espíritu de adopción filial que nos permite gritar: Abba, Padre!. El mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para asegurarnos de que somos hijos de Dios. Y, si somos hijos, también somos herederos, herederos sí, de Dios y coherederos con Cristo, ya que si compartimos sus sufrimientos también compartiremos su gloria."
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PARA REFLEXIONAR:
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El Espíritu Santo, Señor y vivificador
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En la cena de despedida Jesús califica el Espíritu Santo como "Espíritu de la verdad". El Espíritu que comunica la sabiduría a los "peregrinos" -toda la humanidad- que se encaminan hacia la verdad, e ilumina el entendimiento para poder conocer la verdad completa.
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Es también "Espíritu de amor" porque su fruto, que madura en nosotros y para nosotros, es el amor y la misericordia. Al darnos el Espíritu Santo, Dios derrama su amor en nuestros corazones.
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El Espíritu Santo es el Dios que se comunica como gracia y verdad al hombre. Le enseña a orar, le enseña todo lo que se refiere a la comprensión de Jesús -la verdad completa -, la enseña el camino de la fe viva para poder llegar al Reino de Dios que consiste en la justicia, la paz y la alegría que proceden del Espíritu Santo. Se entiende así que el Espíritu Santo es el don por excelencia que Dios comunica a los humanos. En el misterio de la Trinidad, Jesús nos muestra el Padre y nos da el Espíritu Santo. Por la muerte y resurrección de Jesús, Dios se reconcilia con el hombre y da paso a una nueva humanidad que es una vida según el Espíritu de la verdad y del amor.
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El Espíritu Santo "que habita en nosotros" nos hace hijos de Dios, lo que nos permite con Jesús gritar “Padre" y participar de su herencia, nos hace libres -del pecado -, nos da la salvación y la esperanza de una vida nueva, nos enseña a orar. En una palabra, Dios está con nosotros, dando sentido pleno a nuestra vida.
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(Fragmentos de las páginas 253-260 del libro "Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo". Mn. Jose M ª Rovira Belloso)
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Creo en el Espíritu Santo (Catecismo 687-747)
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Cuando el Padre envía su Verbo, Jesús, envía también su Aliento, el Espíritu. Cristo es la imagen visible del Dios invisible, pero el Espíritu Santo es quien lo revela. Cuando Cristo es glorificado, envia el Espíritu desde el Padre a quienes creen en él: les comunica su Gloria, es decir, el Espíritu Santo que lo glorifica. El Espíritu de Dios actúa desde el comienzo hasta la plenitud de los tiempos. Por el Verbo y por Él todo ha venido a la existencia, la Palabra de Dios y su Aliento están en el origen del ser y de la vida de toda criatura.
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El Espíritu de Dios prepara el tiempo del Mesías. Dios busca al hombre "caído" y escoge un pueblo ... promesa a Abraham, la Ley, la alianza ... "Que habló por los profetas" ... En la plenitud de los tiempos el Verbo se hace carne y habitó entre los hombres. Sólo cuando le llega la hora de ser glorificado promete la venida del Espíritu Santo. El día de Pentecostés se revela plenamente la Santísima Trinidad. Desde aquel día, el reino anunciado por Cristo se abre a los que creen en él: en la humildad de la carne y en la fe, ya participan en la comunión de la Santísima Trinidad.
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Los símbolos del Espíritu Santo (Catecismo 694-696)
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El agua que lava, purifica y calma la sed. Símbolo utilizado en el sacramento del bautismo por el que entramos a formar parte de la Iglesia. Por el agua del bautismo recibimos el Espíritu Santo que hace brotar en nosotros fuentes de agua viva que llevan a la vida eterna.
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La unción con aceite que impregna y deja señal. Empleado en el sacramento de la confirmación por el que recibimos en su plenitud el Espíritu Santo.
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El fuego que purifica, ilumina y transforma los corazones. En la noche de Pascua encendemos el cirio pascual. Fuego y luz que representan a Jesús y su Espíritu. "Fuego he venido a traer a la tierra. Y como deseo que ya sea encendido ". El fuego como símbolo del amor.




miércoles, 13 de octubre de 2010

CALENDARIO DEL CURSO 2010-2011

Chl-eformacion - EL ESPIRITU SANTO Y LA IGLESIA

18/10/2010 Tema 21. Pentecostés. La venida del Espíritu Santo

01/11/2010 Tema 22. Los dones del Espíritu Santo

15/11/2010 Tema 23. Las primeras comunidades cristianas

29/11/2010 Tema 24. Caminamos juntos en la Iglesia

13/12/2010 Tema 25. Los sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo y la
confirmación

10/01/2011 Tema 26. La gracia y las virtudes: fe y esperanza

24/01/2011 Tema 27. La gracia y las virtudes: la caridad

07/02/2011 Tema 28. Los sacramentos de la iniciación cristiana: eucaristía.

21/02/2011 Tema 29. El pecado

07/03/2011 Tema 30. El perdón y el sacramento de la penitencia

21/03/2011 Tema 31. El dolor

04/04/2011 Tema 32. El dolor y la unción de los enfermos

semana santa 18-23

25/04/2011 Tema 33. La vocación. Orden sacerdotal y vida religiosa

09/05/2011 Tema 34. La vocación. Vida matrimonial

23/05/2011 Tema 35. Fieles laicos. La nueva evangelización (I)

06/06/2011 Tema 36. Fieles laicos. La nueva evangelización (II)

13/06/2011 Fin de curso

domingo, 5 de septiembre de 2010

PRESENTACIÓN CURSO 2010-2011

EL ESPÍRITU SANTO Y LA IGLESIA”

Un saludo para todos los hermanos y hermanas del movimiento Christifideles Laici y para aquellas personas que hayáis seguido los temas de formación religiosa tratados en el blog de formación.

El curso pasado se trataron en el blog una serie de temas sobre la fe cristiana recogidos bajo el título "La Buena Noticia". Los temas guardaban un paralelismo con los temas que se tratan en el primer curso de la catequesis de iniciación cristiana y que intentan desvelar el contenido y el sentido de esa “buena noticia”:

Dios creador del universo y de todo lo que habita en el, ama al hombre. Busca reconciliarse con la humanidad que por el pecado se había alejado del plan de Dios eligiendo al pueblo de Israel para hacer con el una alianza. En la plenitud de los tiempos, Dios se hace hombre -Jesucristo- para revelarnos su naturaleza: Dios es amor.

Por ese amor a la humanidad, Cristo carga con el pecado de los hombres; por su pasión y cruz nos redime de nuestros pecados y nos reconcilia con el Padre; a través de su Espíritu Santo, que habita en lo más íntimo de nuestro corazón, nos da vida y vida en abundancia en esta vida terrenal; y por su resurrección nos revela que más allá de la muerte física nos tiene reservada una morada para vivir con Él por toda la eternidad.


Este curso siguiendo también el guión de los temas que se tratan en el segundo curso de catequesis, se irán presentando un conjunto de temas que tienen como título "el Espíritu Santo y la Iglesia". Los temas tratan sobre la Iglesia, que asistida por el Espíritu Santo, lleva a cabo su misión en el mundo: dar a conocer la buena noticia; y describen las primeras comunidades cristianas, los miembros que forman la Iglesia, los sacramentos, la vida de la gracia y la misión.

Para desarrollar los temas se han seleccionado textos de la Biblia y se han extractado puntos del Catecismo de la Iglesia Católica, de encíclicas y cartas apostólicas de los Santos Padres y de textos escritos por los Obispos y otros autores cristianos relacionados con la temática desarrollada.

La finalidad de la formación religiosa, y de la escuela de formación, es la de ayudar a interiorizar y comprender mejor el mensaje de Jesús y de su Iglesia, conocer más para amar más. También debiera ayudar, siempre unido a la oración, a la evangelización: comunicar con plenitud el mensaje del evangelio dando razón de nuestra esperanza a aquellas personas que el Señor nos pone en el camino.

La publicación de los temas en el blog será quincenal, y, como el curso pasado, las personas que estéis inscritas en la escuela de e-formación recibiréis un email indicando que ya podéis acceder al blog para ver el tema publicado.

La escuela de e-formación del movimiento Christifideles Laici está abierta a todos los hermanos/as del movimiento y también a aquellas personas que sean invitadas a participar por algún hermano/a y que quieran seguir el curso.

Si queréis inscribiros en la escuela de e-formación y recibir un email informativo cada vez que se incorpore un nuevo tema en el blog, enviad un email a la siguiente dirección: “jaumesol2@gmail”, indicando vuestro nombre, fecha de nacimiento y, si sois miembros de ChL, la sección a la que pertenecéis.

El primer tema del curso se publicará en el blog el 18 de octubre de 2010. Periodo de inscripción abierto todo el curso, pero mejor si os inscribís antes del 15 de octubre. En el blog se mantendrán los temas del curso pasado, para que estén a disposición de todos.

Un abrazo y paz
Jaume Soler

domingo, 6 de junio de 2010

TEMA 16. LA RESURRECCIÓN

LA PASCUA

En la festividad de la pascua los judíos celebran la liberación de la esclavitud de Egipto, el paso de la esclavitud a la libertad del pueblo de Israel.

En la festividad de la pascua los cristianos celebramos la liberación del pecado y de la muerte, el paso de la muerte a la vida por la resurrección de Jesucristo.

EXPOSICIÓN:

El sepulcro vacío (Juan 20, 1-10)

El domingo, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena se fue al sepulcro y vió la losa retirada. Se fue corriendo a encontrar a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel que Jesús amaba, y les dice: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Pedro y el otro discípulo salieron, y cuando llegaban al sepulcro los dos corrían al mismo tiempo, pero el otro discípulo se avanzó porque corria más rápido y llegó el primero al sepulcro. Se agachó para mirar y vio las fajas extendidas, pero no entró. Seguidamente llegó también Simón Pedro y entró en el sepulcro, y vio las fajas extendidas y, además, el sudario que había estado sobre su cabeza, pero no estaba extendido junto con las fajas, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, lo vio y creyó. Porque hasta entonces no habían entendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos. Después, los discípulos se volvieron a casa.


Con los discípulos de Emaús (Lucas 24, 13-35)

Ese mismo día, dos de los discípulos iban de camino hacia un pueblo llamado Emaús, distante once kilómetros de Jerusalén. y hablaban entre ellos de todo lo que había pasado.

Mientras hablaban y discutían, el mismo Jesús se les acercó y se puso a caminar con ellos, pero sus ojos eran incapaces de reconocerlo. Y les preguntó: "¿Qué conversación lleváis en el camino?" Entonces se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le dijo: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que desconoce lo que ha pasado estos días?" Les dijo: "¿Qué?"

Ellos le contestaron: "El caso de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso de hechos y palabras ante Dios y ante todo el pueblo; como los principales sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y le crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, pero a todo esto, ya estamos en el tercer día desde que han ocurrido estos hechos.Por cierto, que algunas mujeres de nuestro grupo nos han dejado asombrados; han ido de madrugada al sepulcro, y, no encontrando en el su cuerpo, han vuelto diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que él está vivo. También algunos de los nuestros han ido al sepulcro y lo han encontrado todo tal y como las mujeres habían dicho, pero a él no lo han visto".

Él les dijo: "Oh, necios y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿Acaso no debía sufrir todo esto, Cristo, antes de entrar en su gloria?" Entonces, empezando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les fue interpretando lo que se refería a él en toda la Escritura.

Cuando ya estaban cerca del pueblo donde iban, él hizo ver que iba más lejos, pero ellos le insistieron diciéndole: "quédate con nosotros, que se hace tarde y el día ya ha comenzado a declinar." Y entró para quedarse con ellos.

Puesto en la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dió. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su lado. Y se decían el uno al otro: "¿No es verdad que nuestro corazón ardía mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba el sentido de las Escrituras?". En aquel mismo momento se levantaron y se volvieron a Jerusalén ...





Jesús se aparece a los discípulos (Lucas 24,36-49)

Mientras hablaban de esto, Jesús se plantó en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con vosotros!". Se asustaron, y en su turbación creían ver un espíritu. Él les dijo: "¿Por qué os turbáis? ¿Por qué os vienen esas dudas en vuestros corazones?. Mirad mis manos y mis pies, que soy yo en persona; tocadme y ved que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. " Diciendo esto les enseñaba las manos y los pies ...

Después les dijo: "Cuando todavía estaba con vosotros, ya os dije que era necesario que se cumpliese todo lo que hay escrito referente a mí en la Ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos ."... y les dijo: "Así lo dice la Escritura, que Cristo tenia que sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se predique la penitencia y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén . Vosotros sois testigos de todo esto. Y yo haré venir sobre vosotros la promesa de mi Padre. Vosotros, pues, quedaos en la ciudad hasta que haya sido revestidos con la fuerza que viene de lo alto. "


La incredulidad de Tomás (Juan 20, 24-31)

Tomás, uno de los Doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús se presentó. Los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor!" Pero él les respondía: "Si no veo la señal de los clavos en sus manos, y no toco con mi dedo el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creeré."
Ocho días después los discípulos volvían a estar en casa, y Tomás estaba con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús se presentó, se plantó en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "mete tu dedo aquí y mira mis manos. Trae tu mano y métela en mi costado, y no seas más incrédulo, sé creyente." Tomás respondió: "Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto!"

Jesús se aparece de nuevo a orillas del Lago (Joan21, 1-14)

Después de esto, Jesús se manifestó a los discípulos en la orilla del lago de Tiberíades. Se encontraban juntos Simón Pedro, Tomás el llamado Dídimo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: "Me voy a pescar." Le dijeron: "Nosotros también venimos contigo."

Salieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no pescar nada. Cuando ya era de madrugada, Jesús se detuvo en la orilla, pero los discípulos no se daban cuenta que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, no tiene nada para comer?" Le contestaron: "No." Les dijo: "Echad la red a estribor y encontraréis." la echaron y no la podían levantar de tanto pescado como cogieron. Aquel discípulo que Jesús amaba, dijo a Pedro: "Es el Señor."

Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se cubrió con la túnica, porque estaba medio desnudo, y se lanzó al agua. Los otros discípulos llegaron con la barca, arrastrando la red con los peces ... Cuando saltaron a tierra, vieron unas brasas y un pescado encima, y un pan. Jesús les dijo: "Traed algunos peces que acabáis de pescar .... venid a desayunar."

A ninguno de los discípulos no se le ocurrió preguntarle: "¿Quién eres tú?", Porque ya sabían que era el Señor. Entonces Jesús tomó el pan y se lo dió, y con los peces hizo lo mismo. Esta ya era la tercera vez que Jesús se manifestaba a los discípulos, resucitado de entre los muertos.


La ascensión de Jesús (Lucas 24, 50-53)

Después los llevó hasta cerca de Betania, y alzando sus manos los bendijo. Y, mientras los bendecía, se alejaba de ellos e iba subiendo al cielo. Ellos se prosternaron para adorarle. Luego se volvieron a Jerusalén llenos de alegría. Y continuamente estaban en el templo alabando a Dios.

PARA REFLEXIONAR

PASCUA
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La fiesta de Pascua es cada año un estallido de vida nueva, un canto de alegría y un fortalecimiento de la esperanza. Lo es para la Iglesia entera que canta el Aleluya en todas las celebraciones pascuales. Lo es también para el pueblo fiel que se alegra con los cantos populares de estos días (caramellas).
El misterio central que celebramos es la resurrección de Jesús. Aquel que fue clavado en la cruz y murió condenado ha vuelto a la vida y ahora vive para siempre. Es el Resucitado. La resurrección culmina la encarnación y la vida mortal de Jesús.
Es el comienzo de la vida nueva y el inicio del mundo nuevo que esperamos, lo que Dios tiene preparado desde la creación. El triunfo de la vida sobre la muerte es causa de admiración y de alegría: la violencia y la muerte no son la última explicación de la historia de los hombres, porque Dios no deja abandonados a los que obran el bien. Jesús, el inocente, el justo por excelencia ha resucitado.
Esta es la alegría de quienes han puesto su confianza en Él. La Pascua nos recuerda el paso de Jesús de este mundo al Padre: fue muerto pero ahora vive. La vida gloriosa es el término feliz de la vida en este mundo. Contemplando Jesús resucitado, la esperanza de los creyentes se fortalece y se amplía.
Él es el primero que ha resucitado, pero después una multitud incontable sube con Él a la presencia de Dios. Esta certeza es el fundamento de nuestra esperanza y nuestra alegría. También nosotros pasaremos de este mundo al Padre, el día de nuestra Pascua, para no morir nunca más. Aleluya.
(Obispo de Solsona: Jaume Traserra a 8/4/2007)
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LA RESURRECCIÓN
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La resurrección de Cristo no es un hecho histórico evidente, porque la evidencia es clara por sí misma, para afirmar la Resurrección del Señor, su percepción ciertísima, es necesaria la mirada de la fe, se necesitan los signos indicadores que Jesús vive y hace falta la luz adecuada: "Nadie puede decir que Jesús es el Señor si no le mueve el Espíritu Santo".
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La resurrección de Cristo se hace evidente por la fe. La fe en la Resurrección de Jesús equivale a la afirmación que Cristo, crucificado con su corporalidad, ahora vive en el Padre, con una corporalidad gloriosa, aunque es la corporalidad que identifica al Señor. Su cuerpo glorioso conserva las señales de la crucifixión. El cuerpo de Cristo resucitado ahora tiene condición de cuerpo glorificado, ya que ha entrado en la gloria de Dios Padre, es decir, en su divinidad: se ha convertido en cuerpo celeste, incorruptible, glorificado y, en definitiva, cuerpo espiritual. No pertenece a la esfera física o química de este mundo, ni tampoco a su espacio y tiempo.
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¿CUÁLES SON LOS SIGNOS DE QUE CRISTO VIVE PARA LOS APÓSTOLES Y LOS PRIMEROS DISCIPULOS?
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EL SEPULCRO VACÍO
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El sepulcro vacío es simplemente un signo prodigioso (un milagro) que nos indica que el lugar de Jesús no está entre los muertos. La falta de su cuerpo en el sepulcro sólo puede atribuirse al robo de personas interesadas, o a una intervención de arriba, un signo verdadero, que hace pasar al discípulo del "ver" al "creer".

LAS APARICIONES
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Los signos o señales por excelencia de la Resurrección del Señor son las apariciones. Las apariciones, que indican una presencia real y comunicativa de Cristo con los suyos, no es necesario que sean las evidencias sensibles de un cuerpo físico. En algunas apariciones "sus ojos eran incapaces de reconocerlo" (Lc 14,16).

Las apariciones no son ni espejismos ni alucinaciones. Que Cristo "se deja ver", quiere decir que la luz del Espíritu que abre los ojos de la fe permite ver y creer la nueva corporalidad de Cristo glorioso en signos elegidos de este mundo y a través de éste.
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¿CUÁLES SON LOS SIGNOS ACTUALES SEGÚN LOS CUALES CRISTO ESTÁ VIVO?:

* El anuncio de la comunidad apostólica. El impulso del Espíritu Santo hace anunciar la buena noticia. La palabra predicada es el signo que promueve la visión con los ojos de la fe y el germen del que brotan nuevas comunidades.
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* Las Escrituras. Es la palabra que procede de la fe apostólica y trata de despertar la fe de los oyentes.
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* La comunidad reunida en la oración, especialmente cuando celebra la eucaristía. Comunidad formada por creyentes visibles que siguen la fe pascual y rezan a Dios a través de Cristo.
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* Los signos que proceden de la vida cotidiana. Signos de vida que nos predisponen a admitir un sentido positivo de la existencia, signos de amor que señalan que Jesús está vivo. Hay que captarlos desde los ojos de la fe.
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* El testimonio interior. La gloria y el amor que han sido comunicados a nuestros corazones, son signos que organiza, ilumina y vivifica el Espíritu Santo, que nos hace comprender a Cristo y nos ayuda a seguirlo, camino del Padre y de su Reino.

(Los párrafos anteriores son un extracto del Libro "¿Quién es Jesús de Nazaret" de Mn.Rovira Belloso)
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Del catecismo de la Iglesia Católica (655):
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La Resurrección de Cristo es principio y fuente de nuestra resurrección futura. En la espera de este cumplimiento, Cristo resucitado vive en el corazón de los fieles. En él, los cristianos "prueban los prodigios del mundo futuro" y su vida es arrastrada por la de Cristo en el seno de la vida divina, "porque ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que ha muerto y resucitado para ellos”.
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CONSECUENCIAS DE LA RESURRECCIÓN
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La comunidad de los discípulos de Cristo, desorientada y atemorizada por la crucifixión de Jesús, intentaba comprender el sentido de los acontecimientos. La presencia de Jesús resucitado entre ellos, les da una inmensa alegría, les desvela el sentido de todo lo que habían escuchado del maestro, y les impulsa a proclamar la buena noticia a los no creyentes. La fuerza del Espíritu Santo les impulsará a dar testimonio de Jesús, incluso a dar la vida por la fe.
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¿Y yo ..... creo en la resurrección?
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¿Qué vida nos tiene preparada el Señor después de la muerte ?....
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¿Tiene alguna repercusión en mi vida el creer en la resurrección? ....
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¿Me lleva a vivir una vida gozosa y esperanzada ?....
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¿Me impulsa a proclamar la buena noticia ?.....


INVITACIÓN PARA HACER COMENTARIOS:
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Para enriquecernos todos ¿tienes algun pensamiento o vivencia que quieras compartir?

lunes, 24 de mayo de 2010

TEMA 15. PASIÓN Y MUERTE DE JESUCRISTO

EXPOSICIÓN:

Siguiendo los misterios de dolor de la oración del rosario:

La Oración en el huerto de Getsemaní. (Lucas 22, 39-53)

Entonces salió y se dirigió, como de costumbre, al monte de los olivos. Y le siguieron también los discípulos. Al llegar al lugar les dijo: "orad para que no entréis en tentación."

Entonces se distanció de ellos como un tiro de piedra, y, puesto de rodillas, oraba: "Padre, si quieres, aleja de mí esta cáliz; pero que no se haga mi voluntad sino la tuya." Entonces se le apareció un ángel del cielo que lo confortaba. Entró en agonía oraba más intensamente, y su sudor se le volvió como gotas de sangre que caían al suelo.

Cuando se levantó de la oración, fue hacia donde estaban los discípulos y los encontró dormidos, vencidos por la tristeza, y les dijo: "¿Qué hacéis durmiendo? Levantaos y orad para no entrar en tentación."

Todavía estaba hablando cuando se presentó un grupo de gente, y el llamado Judas, uno del grupo de los doce, iba delante y se acercó a Jesús para besarlo. Pero Jesús le dijo: "Judas, ¿con un beso traicionas al Hijo del Hombre?".....


La Flagelación de Jesús. (Juan 18, 28-40. Juan 19, 1)

Entonces trasladaron a Jesús desde casa de Caifás al Pretorio. Ya era de madrugada, y ellos no quisieron entrar en el Pretorio para no contaminarse, y así poder celebrar la Pascua. De modo que Pilato salió afuera y preguntó: "¿Qué acusación traéis contra este hombre?" Le contestaron: "Si este no fuera un malhechor no te lo habríamos traido."....

Pilato volvió a entrar en el Pretorio, hizo venir a Jesús y le preguntó: "¿Eres tú el rey de los judíos?" Jesús respondió: "¿Esto te sale de ti o viene de otros que te lo han dicho de mí?" Respondió Pilato: "¿Es que soy judío, yo? Tu pueblo y los principales sacerdotes te han entregado a mí, ¿qué has hecho?" Jesús respondió: "Mi reino no es de este mundo. Si fuera de este mundo, mis tropas habrían luchado para que no fuera entregado a los judíos. No, mi reino no es de aquí." Le dijo Pilato: "Así pues, ¿tú eres rey?" Jesús respondió: "Tú dices que yo soy rey. Por este motivo yo he nacido y he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz." Pilato le dice: "¿Y qué es la verdad?" ........ Entonces Pilato tomó a Jesús y mandó azotarlo.



La coronación de espinas. (Juan 19, 3-16)

Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vestieron con un manto de púrpura, y desfilando ante él le decían: "Salve, rey de los judíos!" Y le abofeteaban .... Jesús salió fuera llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Pilato dijo: "He aquí el hombre!" Cuando los principales sacerdotes y la guardia lo vieron se pusieron a gritar: "Crucificalo! Crucificalo!" ......

"Nosotros tenemos una Ley, y según nuestra ley debe morir, porque se ha hecho a sí mismo Hijo de Dios." Cuando Pilato oyó esto, se atemorizó más. Volvió a entrar en el Pretorio y preguntó a Jesús: "¿De dónde eres tú?" Pero Jesús no le devolvió respuesta ..... Entonces lo dejó en sus manos para que lo crucificasen.



Jesús lleva la cruz a cuestas. (Mateo 27, 31-33. Lucas 23, 27-28)

Terminada la burla, le quitaron el manto y, vistiéndolo con su ropa, se lo llevaron para crucificarlo. Cuando salían, encontraron un hombre de Cirene, llamado Simón, y la obligaron a llevar la cruz, hasta monte llamado Gólgota, es decir, monte de la Calavera.

Le seguía una multitud de gente del pueblo y de mujeres que se golpeaban el pecho y se lamentaban por Él ...... Jesús se volvió hacia ellas y dijo: "Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino más bien llorad por vosotras y por vuestros hijos ...."


La Crucifixión de Jesús en el Calvario. (Juan 19, 18-30. Lucas 23, 39-43)

Allí lo crucificaron junto con otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio. Uno de los malhechores crucificado, le insultaba diciendo: "¿No eres el Cristo? Sálvate a ti mismo y a nosotros." Pero el otro le reprendió diciendo: "¿Ni siquiera tienes temor de Dios, tú que estás en el mismo suplicio? En nosotros es muy justo, ya que recibimos lo que merecen nuestras acciones, pero este no ha hecho nada malo. " Y decía a Jesús: "Acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino." Jesús le contestó: "Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso." Pilato había hecho escribir un letrero que decía: "JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS", y lo pusieron sobre la cruz.

Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre y la hermana de su madre, María de Cleofás, y María Magdalena. Después de esto, sabiendo Jesús que ya se había consumado todo, para que se acabara de cumplir la Escritura, dijo: "Tengo sed." ... ataron una esponja a una rama de hisopo, y, mojándolo en vinagre, se la acercaron a la boca. Jesús, después de probar el vinagre, dijo: "Todo se ha cumplido." Y, declinando la cabeza, entregó el espíritu.

El centurión que estaba frente a él, al ver la manera como había expirado, dijo: "Verdaderamente, este hombre era hijo de Dios." (Mc 15,39 ).....



Sepultura de Jesús (Juan 19, 38-42)

Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús ... pidió permiso a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo concedió. Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo amortajaron con fajas impregnadas del perfume, tal y como es costumbre de sepultar entre los judíos.


En aquel lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo donde todavía no habían enterrado a nadie. Como era el día de los preparativos de la Pascua judía y el sepulcro estaba allí mismo, pusieron a Jesús.


VÍA CRUCIS

I. A muerte un juez cobarde te condena

II. tomas la cruz que yo te he preparado;

III. bajo su peso caes abrumado;

IV. viene tu Madre a compartir tu pena;

V. el Cirineo alivia tu condena;

VI. enjuga una mujer tu rostro amado;

VII. te ves de nuevo en tierra derribado:

VIII. y a las tristes con voz hablas serena;

IX. Rey del cielo, tercera vez caíste;

X. los vestidos te arranca el hombre impío;

XI. te clavan... ¡ay Jesús! ¡ay, Madre triste!,

XII. y mueres... ¡mueres Tú, que eres la Vida!;

XIII. en tu Madre te ponen, muerto, frío;

XIV. y en la tumba... ¡la muerte está vencida!


Señor mío y Dios mío, Te pido, por tu Cruz, que yo me abrace con la cruz que a tu amor darme le place.

PARA REFLEXIONAR:

El Mesías, el hijo de Dios, termina su vida con una muerte cruenta ..... ¿Qué significado tiene su sacrificio ?..... ¿Porque tenía que entregar su vida ?....

Jesús entrega su vida para disminuir el dolor del mundo que es absolutamente universal y afecta a todos los hombres que han nacido para vivir, pero - situados como están en la finitud y en la limitación física-son débiles y abocados a la muerte.

El hombre no es un ser para la muerte sino para la vida, pero ciertamente que hemos de morir todos. Aquí hay un desequilibrio antropológico cierto: nacemos para vivir y tocamos la vida con la punta de los dedos, pero no la poseemos. Cuanto más creativa y llena de posibilidades es la vida de la gente de hoy, se es más proclive a la fragilidad de la depresión, cuando estas posibilidades se frustran, por la limitación y la muerte.

La limitación, el error y la muerte

El dolor se extiende por todo el mundo. El dolor en el mundo es causado por la limitación física - la enfermedad-, por el error (pecado del hombre) - la injusticia, la violencia, la falta de amor- y por la muerte. Todos tenemos que morir, aunque el ser humano está hecho para la vida y al amor. El hombre está relativamente feliz cuando vive y ama (y es amado), pero nunca llega a la plenitud por el triple hecho de la limitación, del error y de la muerte.

Es bueno pensar, que el Padre, Dios silencioso y amante, entrega a su Hijo amado: te entregarás por amor hasta el fin. Él, Jesús, que tenía la plenitud de la vida divina, en un gesto de comprensión y solidaridad ha alcanzado la condición de limitación y de insuficiencia propia de todos los hombres y mujeres de este mundo, hasta llegar a la muerte.

Nos preguntamos sobre el sentido del sufrimiento y de la injusticia, y lo interpretamos muchas veces como si estuviéramos huérfanos en este mundo, o con un Dios sordo y mudo. El designio de Dios no está en erradicar el dolor, el mal y la muerte de la tierra -lo que hubiera convencido hasta al más incrédulo -, sino que envía a su Hijo por amor al hombre, para desvelar su naturaleza amorosa de una manera inusitada que busca respetar su libertad.

Jesús rechazado por las autoridades judias ...

¿Porque tenía que ser rechazado si Jesús conocía cómo era el verdadero Dios del pueblo judío ... si tenía un concepto adecuado de la Ley, del Templo y del descanso sabático ...

La actitud de las autoridades judías, "que tenían cegados los ojos de corazón" (Jn 12,40), es elevada a designio divino: El Padre se complace en su Hijo amado, que por amor, entrega totalmente su vida divina y humana.

La Cruz atraerá toda la humanidad, que sufre y muere, hacia Jesús que la levantará hasta convertirla en "nueva humanidad".


¿Cuáles son los argumentos de las autoridades judías para pedir la condena a muerte de Jesús?

Un motivo teológico: siendo un hombre "se hacía Hijo de Dios", se hacía "igual a Dios": Jesús perdona los pecados, da la salud a los enfermos, se hace Señor del sábado, hace obras prodigiosas. Jesús tiene un concepto de la Ley muy peculiar porque la Ley culmina y encuentra la perfección en el mismo Cristo. Tiene un concepto del sábado como regalo de Dios que nos da su reposo. Jesús busca a los más pobres, desvalidos y pecadores, difícil de entender para las mentalidades inclinadas a considerar a los pecadores culpables y de ninguna manera aspirantes a los dones de Dios.

Tres motivos políticos: Revoluciona al pueblo, prohíbe pagar tributos al César y quiere convertirse en Rey. Estos argumentos buscaban el visto bueno y la cobertura de la autoridad romana, pero no son los motivos principales de su condena. (El Gobernador Pilato no les encontraba suficientemente convincentes para condenar a Jesús).

Todo lo viejo debe cesar para que aparezca lo nuevo ....

El dolor, el pecado y la muerte eran el fruto amargo de la humanidad vieja constituida por el mundo del paganismo que vivía sin Dios y sin esperanza, y por otro lado el pueblo de Dios atrapado por una interpretación de la Ley privada de libertad y de sentido pleno.

La Cruz de Jesús es el último episodio de lo viejo, y el primer episodio de la "nueva humanidad". Por Cristo, Dios nos ha reconciliado con Él mismo. Los que viven en Cristo son una nueva creación. En su Cuerpo espiritual cabemos todos. Es la comunidad de la fe, la esperanza y el amor asistida por el Espíritu Santo.

(Los párrafos anteriores son un extracto del capítulo 11 del libro "Quién es Jesús de Nazaret" de Mn. Josep M. Rovira Belloso. Los siguientes párrafos son un extracto del Catecismo puntos 599-625)

La cruz, misterio de redención universal

Jesús, el Sirviente justo, entrega su vida en rescate de la humanidad, liberando a los hombres de la esclavitud del pecado, tal como habían anunciado los profetas en las escrituras.

"Habéis sido rescatados de vuestra manera inútil de vivir con una sangre preciosa, como la de un cordero inmaculado e inocente, Cristo, predestinado antes de la creación del mundo y manifestado al final del tiempo por vosotros" (1 Pe 1,18-20)

Entregando a su Hijo por nuestros pecados, Dios manifiesta que su designio sobre nosotros es un designio de amor benevolente: No somos nosotros quienes hemos amado Dios, sino que es Él quien nos ha amado y ha enviado a su Hijo. Este amor es sin exclusión, no quiere que se pierda nadie y Cristo sale a buscar la oveja perdida, su sacrificio abarca toda la humanidad: "no hay ni habrá ningún hombre por el que Cristo no haya sufrido".

Aceptando en su corazón humano el amor del Padre hacia los hombres, Jesús "los ama hasta el extremo", "porque nadie tiene amor más grande que aquel que da la propia vida por sus amigos". Así, en el sufrimiento y en la muerte, su humanidad se convirtió en el instrumento libre y perfecto de su amor divino que quiere la salud de los hombres. Aceptó libremente la pasión y la muerte por amor a su Padre y a los hombres que el Padre quiere salvar: "Nadie me toma la vida, soy Yo quien la doy de mí mismo" (Jn 10,18).

En la última cena Jesús anticipa la ofrenda de su vida

"Tomad y comed este pan que es mi cuerpo entregado por vosotros" ... "Esto es mi sangre, sangre de la alianza que será derramada por una multitud en remisión de los pecados". La Eucaristía que Jesucristo instituyó en ese momento, será el de su sacrificio ".

La muerte de Cristo es el sacrificio pascual que realiza la salvación definitiva de los hombres por "el Cordero que toma sobre sí el pecado del mundo" y es el sacrificio de la Nueva Alianza que vuelve a poner al hombre en la comunión con Dios reconciliarse con él.

La Cruz de Cristo invita a todos los discípulos a "tomar la cruz y seguirlo", porque "ha sufrido por nosotros, y nos ha marcado el camino para que sigamos sus huellas ".......

Queremos hacer de cirineos y ayudar a llevar la cruz a Cristo?..... Él que la llevó por todos nosotros ......

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