lunes, 3 de octubre de 2022

TEMA 261. CURSO 2022-2023. EXHORTACIÓN APOSTÓLICA CHRISTIFIDELES LAICI. "FIELES LAICOS". INTRODUCCIÓN (1)

 

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA
POST-SINODAL
CHRISTIFIDELES LAICI
DE SU SANTIDAD
JUAN PABLO II
SOBRE VOCACIÓN Y MISIÓN DE LOS LAICOS
EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO

A los Obispos, a los sacerdotes y diáconos, a los religiosos y religiosas; a todos los fieles laicos

Tema 261. Introducción (1)

Id también vosotros a mi viña (2)

Las actuales cuestiones urgentes del mundo: ¿Porqué estáis aquí ociosos todo el día? (3)

INTRODUCCIÓN

1. Los fieles laicos (Christifideles laici), cuya «vocación y misión en la Iglesia y en el mundo a los veinte años del Concilio Vaticano II» ha sido el tema del Sínodo de los Obispos de 1987, pertenecen a aquel Pueblo de Dios representado en los obreros de la viña, de los que habla el Evangelio de Mateo: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario, que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña» (Mt 20, 1-2).

La parábola evangélica despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamadas por Él y enviadas para que tengan trabajo en ella. La viña es el mundo entero (cf. Mt 13, 38), que debe ser transformado según el designio divino en vista de la venida definitiva del Reino de Dios.

Id también vosotros a mi viña

2. «Salió luego hacia las nueve de la mañana, vio otros que estaban en la plaza desocupados y les dijo: "Id también vosotros a mi viña"» (Mt 20, 3-4).

El llamamiento del Señor Jesús «Id también vosotros a mi viña» no cesa de resonar en el curso de la historia desde aquel lejano día: se dirige a cada hombre que viene a este mundo.

En nuestro tiempo, en la renovada efusión del Espíritu de Pentecostés que tuvo lugar con el Concilio Vaticano II, la Iglesia ha madurado una conciencia más viva de su naturaleza misionera y ha escuchado de nuevo la voz de su Señor que la envía al mundo como «sacramento universal de salvación»[1].

Id también vosotros. La llamada no se dirige sólo a los Pastores, a los sacerdotes, a los religiosos y religiosas, sino que se extiende a todos: también los fieles laicos son llamados personalmente por el Señor, de quien reciben una misión en favor de la Iglesia y del mundo. Lo recuerda San Gregorio Magno quien, predicando al pueblo, comenta de este modo la parábola de los obreros de la viña: «Fijaos en vuestro modo de vivir, queridísimos hermanos, y comprobad si ya sois obreros del Señor. Examine cada uno lo que hace y considere si trabaja en la viña del Señor»[2].

De modo particular, el Concilio, con su riquísimo patrimonio doctrinal, espiritual y pastoral, ha reservado páginas verdaderamente espléndidas sobre la naturaleza, dignidad, espiritualidad, misión y responsabilidad de los fieles laicos. Y los Padres conciliares, haciendo eco al llamamiento de Cristo, han convocado a todos los fieles laicos, hombres y mujeres, a trabajar en la viña: «Este Sacrosanto Concilio ruega en el Señor a todos los laicos que respondan con ánimo generoso y prontitud de corazón a la voz de Cristo, que en esta hora invita a todos con mayor insistencia, y a los impulsos del Espíritu Santo. Sientan los jóvenes que esta llamada va dirigida a ellos de manera especialísima; recíbanla con entusiasmo y magnanimidad. El mismo Señor, en efecto, invita de nuevo a todos los laicos, por medio de este santo Concilio, a que se le unan cada día más íntimamente y a que, haciendo propio todo lo suyo (cf. Flp 2, 5), se asocien a su misión salvadora; de nuevo los envía a todas las ciudades y lugares adonde Él está por venir (cf. Lc 10, 1»[3].

Id también vosotros a mi viña. Estas palabras han resonado espiritualmente, una vez más, durante la celebración del Sínodo de los Obispos, que ha tenido lugar en Roma entre el 1º y el 30 de octubre de 1987. Colocándose en los senderos del Concilio y abriéndose a la luz de las experiencias personales y comunitarias de toda la Iglesia, los Padres, enriquecidos por los Sínodos precedentes, han afrontado de modo específico y amplio el tema de la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo.

En esta Asamblea episcopal no ha faltado una cualificada representación de fieles laicos, hombres y mujeres, que han aportado una valiosa contribución a los trabajos del Sínodo, como ha sido públicamente reconocido en la homilía conclusiva: «Damos gracias por el hecho de que en el curso del Sínodo hemos podido contar con la participación de los laicos (auditores y auditrices), pero más aún porque el desarrollo de las discusiones sinodales nos ha permitido escuchar la voz de los invitados, los representantes del laicado provenientes de todas las partes del mundo, de los diversos Países, y nos ha dado ocasión de aprovechar sus experiencias, sus consejos, las sugerencias que proceden de su amor a la causa común»[4].

Dirigiendo la mirada al posconcilio, los Padres sinodales han podido comprobar cómo el Espíritu Santo ha seguido rejuveneciendo la Iglesia, suscitando nuevas energías de santidad y de participación en tantos fieles laicos. Ello queda testificado, entre otras cosas, por el nuevo estilo de colaboración entre sacerdotes, religiosos y fieles laicos; por la participación activa en la liturgia, en el anuncio de la Palabra de Dios y en la catequesis; por los múltiples servicios y tareas confiados a los fieles laicos y asumidos por ellos; por el lozano florecer de grupos, asociaciones y movimientos de espiritualidad y de compromiso laicales; por la participación más amplia y significativa de la mujer en la vida de la Iglesia y en el desarrollo de la sociedad.

Al mismo tiempo, el Sínodo ha notado que el camino posconciliar de los fieles laicos no ha estado exento de dificultades y de peligros. En particular, se pueden recordar dos tentaciones a las que no siempre han sabido sustraerse: la tentación de reservar un interés tan marcado por los servicios y las tareas eclesiales, de tal modo que frecuentemente se ha llegado a una práctica dejación de sus responsabilidades específicas en el mundo profesional, social, económico, cultural y político; y la tentación de legitimar la indebida separación entre fe y vida, entre la acogida del Evangelio y la acción concreta en las más diversas realidades temporales y terrenas.

En el curso de sus trabajos, el Sínodo ha hecho referencia constantemente al Concilio Vaticano II, cuyo magisterio sobre el laicado, a veinte años de distancia, se ha manifestado de sorprendente actualidad y tal vez de alcance profético: tal magisterio es capaz de iluminar y de guiar las respuestas que se deben dar hoy a los nuevos problemas. En realidad, el desafío que los Padres sinodales han afrontado ha sido el de individuar las vías concretas para lograr que la espléndida «teoría» sobre el laicado expresada por el Concilio llegue a ser una auténtica «praxis» eclesial. Además, algunos problemas se imponen por una cierta «novedad» suya, tanto que se los puede llamar posconciliares, al menos en sentido cronológico: a ellos los Padres sinodales han reservado con razón una particular atención en el curso de sus discusiones y reflexiones. Entre estos problemas se deben recordar los relativos a los ministerios y servicios eclesiales confiados o por confiar a los fieles laicos, la difusión y el desarrollo de nuevos «movimientos» junto a otras formas de agregación de los laicos, el puesto y el papel de la mujer tanto en la Iglesia como en la sociedad.

Los Padres sinodales, al término de sus trabajos, llevados a cabo con gran empeño, competencia y generosidad, me han manifestado su deseo y me han pedido que, a su debido tiempo, ofreciese a la Iglesia universal un documento conclusivo sobre los fieles laicos[5].

Esta Exhortación Apostólica post-sinodal quiere dar todo su valor a la entera riqueza de los trabajos sinodales: desde los Lineamenta hasta el Instrumentum laboris; desde la relación introductoria hasta las intervenciones de cada uno de los obispos y de los laicos y la relación de síntesis al final de las sesiones en el aula; desde los trabajos y relaciones de los «círculos menores» hasta las «proposiciones» finales y el Mensaje final. Por eso el presente documento no es paralelo al Sínodo, sino que constituye su fiel y coherente expresión; es fruto de un trabajo colegial, a cuyo resultado final el Consejo de la Secretaría General del Sínodo y la misma Secretaría han sumado su propia aportación.

El objetivo que la Exhortación quiere alcanzar es suscitar y alimentar una más decidida toma de conciencia del don y de la responsabilidad que todos los fieles laicos —y cada uno de ellos en particular— tienen en la comunión y en la misión de la Iglesia.

Las actuales cuestiones urgentes del mundo: ¿Porqué estáis aquí ociosos todo el día?

3. El significado fundamental de este Sínodo, y por tanto el fruto más valioso deseado por él, es la acogida por parte de los fieles laicos del llamamiento de Cristo a trabajar en su viña, a tomar parte activa, consciente y responsable en la misión de la Iglesia en esta magnífica y dramática hora de la historia, ante la llegada inminente del tercer milenio.

Nuevas situaciones, tanto eclesiales como sociales, económicas, políticas y culturales, reclaman hoy, con fuerza muy particular, la acción de los fieles laicos. Si el no comprometerse ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más culpable. A nadie le es lícito permanecer ocioso.

Reemprendamos la lectura de la parábola evangélica: «Todavía salió a eso de las cinco de la tarde, vió otros que estaban allí, y les dijo: "¿Por qué estáis aquí todo el día parados?" Le respondieron: "Es que nadie nos ha contratado". Y él les dijo: "Id también vosotros a mi viña"» (Mt 20, 6-7).

No hay lugar para el ocio: tanto es el trabajo que a todos espera en la viña del Señor. El «dueño de casa» repite con más fuerza su invitación: «Id vosotros también a mi viña».

La voz del Señor resuena ciertamente en lo más íntimo del ser mismo de cada cristiano que, mediante la fe y los sacramentos de la iniciación cristiana, ha sido configurado con Cristo, ha sido injertado como miembro vivo en la Iglesia y es sujeto activo de su misión de salvación. Pero la voz del Señor también pasa a través de las vicisitudes históricas de la Iglesia y de la humanidad, como nos lo recuerda el Concilio: «El Pueblo de Dios, movido por la fe que le impulsa a creer que quien le conduce es el Espíritu del Señor que llena el universo, procura discernir en los acontecimientos, exigencias y deseos, de los cuales participa juntamente con sus contemporáneos, los signos verdaderos de la presencia o del designio de Dios. En efecto, la fe todo lo ilumina con nueva luz, y manifiesta el plan divino sobre la entera vocación del hombre. Por ello orienta la mente hacia soluciones plenamente humanas»[6].

Es necesario entonces mirar cara a cara este mundo nuestro con sus valores y problemas, sus inquietudes y esperanzas, sus conquistas y derrotas: un mundo cuyas situaciones económicas, sociales, políticas y culturales presentan problemas y dificultades más graves respecto a aquél que describía el Concilio en la Constitución pastoral Gaudium et spes[7]. De todas formas, es ésta la viña, y es éste el campo en que los fieles laicos están llamados a vivir su misión. Jesús les quiere, como a todos sus discípulos, sal de la tierra y luz del mundo (cf. Mt 5, 13-14). Pero ¿cuál es el rostro actual de la «tierra» y del «mundo» en el que los cristianos han de ser «sal» y «luz»?

Es muy grande la diversidad de situaciones y problemas que hoy existen en el mundo, y que además están caracterizadas por la creciente aceleración del cambio. Por esto es absolutamente necesario guardarse de las generalizaciones y simplificaciones indebidas. Sin embargo, es posible advertir algunas líneas de tendencia que sobresalen en la sociedad actual. Así como en el campo evangélico crecen juntamente la cizaña y el buen grano, también en la historia, teatro cotidiano de un ejercicio a menudo contradictorio de la libertad humana, se encuentran, arrimados el uno al otro y a veces profundamente entrelazados, el mal y el bien, la injusticia y la justicia, la angustia y la esperanza.


Notas a pie de página:

[1] Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. sobre la Iglesia Lumen gentium, 48.

[2] San Gregorio Magno, Hom. in Evang. I, XIX, 2: PL 76, 1155.

[3] Conc. Ecum. Vat. II, Dec. sobre el apostolado de los laicos Apostolicam actuositatem, 33.

[4] Juan Pablo II, Homilía en la solemne Concelebración Eucarística de clausura de la VII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (30 Octubre 1987): AAS 80 (1988) 598.

[5] Cf. Propositio 1.

[6] Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et spes, 11.

[7] Los Padres del Sínodo extraordinario de 1985, después de haber afirmado "la gran importancia y la gran actualidad de la Constitución pastoral Gaudium et spes", agregan: "Al mismo tiempo percibimos, sin embargo, que los signos de nuestro tiempo son en parte diversos de aquellos otros del tiempo del Concilio, con mayores angustias y problemas. En efecto, en el mundo hoy crecen por todas partes el hambre, la opresión, la injusticia y la guerra, los sufrimientos, el terrorismo y otras formas de violencia de todo género" (Ecclesia sub Verbo Dei mysteria Christi celebrans pro salute mundi. Relatio finalis, II, D, 1).


TEMA 260. CURSO 2022-2023. EXHORTACIÓN APOSTÓLICA "FIELES LAICOS". CHRISTIFIDELES LAICI. PRESENTACIÓN Y CALENDARIO DEL CURSO

 ESCUELA DE E-FORMACIÓN DEL MOVIMIENTO “CHRISTIFIDELES LAICI”       

TEMA 260. CURSO 2022-2023 EXHORTACIÓN APOSTÓLICA CHRISTIFIDELES LAICI

Queridos hermanos del Movimiento Christifideles Laici y amigos que leéis este blog.

Iniciamos, a Dios gracias, el nuevo  curso de la escuela de e-formación.

Este curso, 2022-2023,  lleva como nombre “Fieles laicos” y como núcleo tratará la Exhortación Apostólica  “Christifideles Laici” del Papa Juan Pablo II, de 1988, que trata sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo

Esta exhortación Apostólica da nombre a nuestro movimiento “Chrisitifideles Laici” que ha procurado seguir sus enseñanzas incorporándolas a su carisma.

 

Los fieles laicos (Christifideles laici), cuya «vocación y misión en la Iglesia y en el mundo a los veinte años del Concilio Vaticano II» ha sido el tema del Sínodo de los Obispos de 1987, pertenecen a aquel Pueblo de Dios representado en los obreros de la viña, de los que habla el Evangelio de Mateo: «El Reino de los Cielos es semejante a un propietario, que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña» (Mt 20, 1-2).

La parábola evangélica despliega ante nuestra mirada la inmensidad de la viña del Señor y la multitud de personas, hombres y mujeres, que son llamadas por Él y enviadas para que tengan trabajo en ella. La viña es el mundo entero (cf. Mt 13, 38), que debe ser transformado según el designio divino en vista de la venida definitiva del Reino de Dios.

 

 CURSOS ANTERIORES

 En el primer curso, 2009-2010, titulado “la Buena Noticia” los temas trataban sobre la naturaleza de Dios Padre y su designio para la humanidad redimida por Cristo Jesús.

Los temas del segundo curso, 2010-2011, bajo el título “El Espíritu Santo y la Iglesia” trataban sobre el Espíritu Santo, las primeras comunidades cristianas, la transmisión de la fe,  los sacramentos y la misión.

El tercer curso, 2011-2012, llevaba por nombre “Tú eres Pedro” ya que los temas que se trataron son discursos y textos escritos por los Santos Padres de la Iglesia. Discursos de Benedicto XVI en la JMJ de Madrid 2011, la Carta apostólica DIES DOMINI de Juan Pablo II y la exhortación apostólica EVANGELI NUNTIANDI de Pablo VI.

El cuarto curso, 2012-2013, trataba sobre dos temas vitales para nuestro mundo de hoy sumido en una crisis de valores y económica:  LA FAMILIA y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Se trataron los discursos de Benedicto XVI en el encuentro de las familias de Milán 2012 i los textos de la encíclica “Cáritas in veritati” publicada en junio de 2009.

El quinto curso, 2013-2014, trató sobre los jóvenes y la fe.  Recogiendo los textos de la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 celebrada en Rio de Janeiro, y los textos de los Papas Benedicto XVI y del Papa Francisco que hacen referencia a la fe:  la Carta Apostólica “Porta Fidei” publicada en  octubre de 2011 i la Carta Encíclica “Lumen Fidei” publicada en junio de 2013.

El sexto curso, 2014-2015, trató el tema de la evangelización recogiendo los textos de los escritos por el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica “Evangelium Gaudium” publicada en 2014.

El séptimo curso, 2015-2016, llevaba como nombre “Alabado seas” y como núcleo se estudiaba la Carta Encíclica  “Laudato si” del Santo Padre Francisco, que trata de la relación del hombre con la creación, dispuesta por el Señor para que el hombre disponga de ella para su supervivencia y desarrollo ordenado.

El octavo curso, 2016-2017, trató el tema del amor en la familia titulándose “La alegría del amor” y tiene como núcleo la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia” del Santo Padre Francisco.

El noveno curso, 2017-2018,  llevaba como nombre “El evangelio de la vida” y como núcleo trató la Carta Encíclica “Evangelium Vitae” del Santo Padre Juan Pablo II sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana

El décimo curso, 2018-2019, trató sobre la llamada a la santidad en el mundo actual  titulándose “Alegraos y regozijaos” y tiene como núcleo la Exhortación apostólica “Gaudete et Exsultate” del Papa Francisco.

El undécimo curso, 2019-2020,  llevaba como nombre “Cristo vive!” y como núcleo trató la Exhortación apostólica “Christus Vivit” del Papa Francisco dirigida a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios.

El duodécimo curso, 2020-2021,  llevaba como nombre “Hermanos todos” y como núcleo trató la Encíclica “Fratelli Tuttii” del Papa Francisco, de 3 de octubre de 2020, sobre la fraternidad y la amistad social.

El treceavo curso 2021-2022 trató sobre la esperanza cristiana y llevaba como nombre “Salvados por la Esperanza” estudiando la Carta Apostólica de Benedicto XVI “Spes Salvi” promulgada el 2007.

 

Todos los temas de los cursos anteriores están recogidos en el mismo blog en el que se irán incorporando los temas de este curso.

 

 

CALENDARIO DEL CURSO 2022-2023 “CHRISTIFIDELES LAICI”

4/octubre/2022.

Tema 260 Presentación

Exhortación Apostólica  “Christifideles Laici” del Papa Juan Pablo II, de 1988, que trata sobre la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo.


4/octubre/2022.

Tema 261. Introducción (1)

Id también vosotros a mi viña (2)

Las actuales cuestiones urgentes del mundo: ¿Porqué estáis aquí ociosos todo el día? (3)

 

18/octubre/2022.

Tema 262 Introducción (2)

Secularismo y necesidad de lo religioso (4)

La persona humana: una dignidad despreciada y exaltada (5)

Conflictividad y paz (6)

 

 

1/noviembre/2022.

Tema 263. CAPÍTULO I (1) . YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS
La dignidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misterio

El misterio de la viña (8)

Quiénes son los fieles laicos (9)

El Bautismo y la novedad cristiana (10)

Hijos en el Hijo (11)

 

 

15/noviembre/2022.

Tema 264 .CAPÍTULO I (2). YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS
La dignidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misterio

Un solo cuerpo en Cristo (12)

Templos vivos y santos del Espíritu (13)

Partícipes del oficio sacerdotal, profético y real de Jesucristo (14)

 

 

29/noviembre/2022.

Tema 265. .CAPÍTULO I (3). YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS
La dignidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misterio

Los fieles laicos y la índole secular (15)

Llamados a la santidad (16)

Santificarse en el mundo (17)

 

 

 

 

13/diciembre/2022

Tema 266. CAPÍTULO II (1) . SARMIENTOS TODOS DE LA ÚNICA VID
La participación de los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunión

El misterio de la Iglesia-Comunión (18)

El Concilio y la eclesiología de comunión (19)

Una comunión orgánica: diversidad y complementariedad (20)

Los ministerios y los carismas, dones del Espíritu a la Iglesia (21)

 

 

10/enero/2023.

Tema 267. CAPÍTULO II (2). SARMIENTOS TODOS DE LA ÚNICA VID
La participación de los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunión

Los ministerios que derivan del Orden (22)

Los ministerios que derivan del Orden (23)

Los carismes (24)

 

 

24/enero/2023.

Tema 268. CAPÍTULO II (3). SARMIENTOS TODOS DE LA ÚNICA VID
La participación de los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunión

La participación de los fieles laicos en la vida de la Iglesia (25)

La parroquia (26)

El compromiso apostólico en la parroquia (27)

Formas de participación en la vida de la Iglesia (28)

 

 

7/febrero/2023.

Tema 269. . CAPÍTULO II (4). SARMIENTOS TODOS DE LA ÚNICA VID
La participación de los fieles laicos en la vida de la Iglesia-Comunión

Formas agregativas de participación (29)

Criterios de eclesialidad para las asociaciones laicales (30)

El servicio de los Pastores a la comunión (31)

 

 

 

21/febero/2023.

Tema 270. CAPÍTULO III (1). OS HE DESTINADO PARA QUE VAYÁIS Y DEIS FRUTO. La corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misión

Comunión missionera (32)

Anunciar el Evangelio (33)

Ha llegado la hora de emprender una nueva evangelización (34)

Id por todo el mundo (35)

 

 

7/marzo/2023.

Tema 271. CAPÍTULO III (2). OS HE DESTINADO PARA QUE VAYÁIS Y DEIS FRUTO. La corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misión

Vivir el Evangelio sirviendo a la persona y a la Sociedad (36)

Promover la dignidad de la persona (37)

Venerar el inviolable derecho a la vida (38)

Libres para invocar el Nombre del Señor (39)

 

 

14/marzo/2023.

Tema 272. CAPÍTULO III (3). OS HE DESTINADO PARA QUE VAYÁIS Y DEIS FRUTO. La corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misión

La caridad, alma y apoyo de la solidaridad (41)

Todos destinatarios y protagonistas de la política (42)

 

 

28/marzo/2023.

Tema 273. CAPÍTULO III (4). OS HE DESTINADO PARA QUE VAYÁIS Y DEIS FRUTO. La corresponsabilidad de los fieles laicos en la Iglesia-Misión

Situar al hombre en el centro de la vida económico-social (43)

Evangelizar la cultura y las culturas del hombre (44)

 

11/abril/2023.

Tema 274. CAPÍTULO IV (1). LOS OBREROS DE LA VIÑA DEL SEÑOR
Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios

La variedad de las vocaciones (45)

Jóvenes, niños, ancianos (46)

Los niños y el Reino de los cielos (47)

Los ancianos y el don de la sabiduría(48)

 

 

25/abril/2023.

Tema 275. CAPÍTULO IV (2). LOS OBREROS DE LA VIÑA DEL SEÑOR
Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios

Fundamentos antropológicos y teológicos (50)

Misión en la Iglesia y en el mundo (51)

Copresencia y colaboración de los hombres y de las mujeres (52)

Los enfermos y los que sufren (53)

 

 

9/mayo/2023.

Tema 276. . CAPÍTULO IV (3). LOS OBREROS DE LA VIÑA DEL SEÑOR
Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios

Acción pastoral renovada (54)

Estados de vida y vocaciones (55)

Las diversas vocaciones laicales (56)

 

 

23/mayo/2023.

Tema 277. CAPÍTULO V (1). PARA QUE DÉIS MÁS FRUTO.La formación de los fieles laicos

Madurar continuamente (57)

Descubrir y vivir la propia vocación y misión (58)

Una formación integral para vivir en la unidad (59)

Aspectos de la formación (60)

 

6/junio/2023.

 

Tema 278. CAPÍTULO V (2). PARA QUE DÉIS MÁS FRUTO.La formación de los fieles laicos

Colaboradores de Dios educador (61)

Otros ambientes educatives (62)

La formación recibida y dada recíprocamente por todos (63)

Llamamiento y oración (64)