martes, 20 de octubre de 2020

TEMA 222. CURSO 2020-2021 "HERMANOS TODOS". Capítulo 1. Las sombras de un mundo cerrado (2)

 

Sin un proyecto para todos

15. La mejor manera de dominar y de avanzar sin límites es sembrar la desesperanza y suscitar la desconfianza constante, aun disfrazada detrás de la defensa de algunos valores. Hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos. No se recoge su parte de verdad, sus valores, y de este modo la sociedad se empobrece y se reduce a la prepotencia del más fuerte. 

La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino sólo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz. En este juego mezquino de las descalificaciones, el debate es manipulado hacia el estado permanente de cuestionamiento y confrontación.

16. En esta pugna de intereses que nos enfrenta a todos contra todos, donde vencer pasa a ser sinónimo de destruir, ¿cómo es posible levantar la cabeza para reconocer al vecino o para ponerse al lado del que está caído en el camino? Un proyecto con grandes objetivos para el desarrollo de toda la humanidad hoy suena a delirio. Aumentan las distancias entre nosotros, y la marcha dura y lenta hacia un mundo unido y más justo sufre un nuevo y drástico retroceso.

17. Cuidar el mundo que nos rodea y contiene es cuidarnos a nosotros mismos. Pero necesitamos constituirnos en un “nosotros” que habita la casa común. Ese cuidado no interesa a los poderes económicos que necesitan un rédito rápido. Frecuentemente las voces que se levantan para la defensa del medio ambiente son acalladas o ridiculizadas, disfrazando de racionalidad lo que son sólo intereses particulares. 

En esta cultura que estamos gestando, vacía, inmediatista y sin un proyecto común, «es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de nobles reivindicaciones»[12].

El descarte mundial

18. Partes de la humanidad parecen sacrificables en beneficio de una selección que favorece a un sector humano digno de vivir sin límites. En el fondo «no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si “todavía no son útiles” —como los no nacidos—, o si “ya no sirven” —como los ancianos—. Nos hemos hecho insensibles a cualquier forma de despilfarro, comenzando por el de los alimentos, que es uno de los más vergonzosos»[13].

19. La falta de hijos, que provoca un envejecimiento de las poblaciones, junto con el abandono de los ancianos a una dolorosa soledad, es un modo sutil de expresar que todo termina con nosotros, que sólo cuentan nuestros intereses individuales. Así, «objeto de descarte no es sólo el alimento o los bienes superfluos, sino con frecuencia los mismos seres humanos»[14]. Vimos lo que sucedió con las personas mayores en algunos lugares del mundo a causa del coronavirus. No tenían que morir así. Pero en realidad algo semejante ya había ocurrido a causa de olas de calor y en otras circunstancias: cruelmente descartados. 

No advertimos que aislar a los ancianos y abandonarlos a cargo de otros sin un adecuado y cercano acompañamiento de la familia, mutila y empobrece a la misma familia. Además, termina privando a los jóvenes de ese necesario contacto con sus raíces y con una sabiduría que la juventud por sí sola no puede alcanzar.

20. Este descarte se expresa de múltiples maneras, como en la obsesión por reducir los costos laborales, que no advierte las graves consecuencias que esto ocasiona, porque el desempleo que se produce tiene como efecto directo expandir las fronteras de la pobreza[15]. El descarte, además, asume formas miserables que creíamos superadas, como el racismo, que se esconde y reaparece una y otra vez. Las expresiones de racismo vuelven a avergonzarnos demostrando así que los supuestos avances de la sociedad no son tan reales ni están asegurados para siempre.

21. Hay reglas económicas que resultaron eficaces para el crecimiento, pero no así para el desarrollo humano integral[16]. Aumentó la riqueza, pero con inequidad, y así lo que ocurre es que «nacen nuevas pobrezas»[17]. Cuando dicen que el mundo moderno redujo la pobreza, lo hacen midiéndola con criterios de otras épocas no comparables con la realidad actual. Porque en otros tiempos, por ejemplo, no tener acceso a la energía eléctrica no era considerado un signo de pobreza ni generaba angustia. La pobreza siempre se analiza y se entiende en el contexto de las posibilidades reales de un momento histórico concreto.

Derechos humanos no suficientemente universales

22. Muchas veces se percibe que, de hecho, los derechos humanos no son iguales para todos. El respeto de estos derechos «es condición previa para el mismo desarrollo social y económico de un país. Cuando se respeta la dignidad del hombre, y sus derechos son reconocidos y tutelados, florece también la creatividad y el ingenio, y la personalidad humana puede desplegar sus múltiples iniciativas en favor del bien común»[18]. Pero «observando con atención nuestras sociedades contemporáneas, encontramos numerosas contradicciones que nos llevan a preguntarnos si verdaderamente la igual dignidad de todos los seres humanos, proclamada solemnemente hace 70 años, es reconocida, respetada, protegida y promovida en todas las circunstancias. 

En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre. Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados»[19]. ¿Qué dice esto acerca de la igualdad de derechos fundada en la misma dignidad humana?

23. De modo semejante, la organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones. Se afirma algo con las palabras, pero las decisiones y la realidad gritan otro mensaje. Es un hecho que «doblemente pobres son las mujeres que sufren situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque frecuentemente se encuentran con menores posibilidades de defender sus derechos»[20].

24. Reconozcamos igualmente que, «a pesar de que la comunidad internacional ha adoptado diversos acuerdos para poner fin a la esclavitud en todas sus formas, y ha dispuesto varias estrategias para combatir este fenómeno, todavía hay millones de personas —niños, hombres y mujeres de todas las edades— privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud. […] Hoy como ayer, en la raíz de la esclavitud se encuentra una concepción de la persona humana que admite que pueda ser tratada como un objeto. […] La persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, queda privada de la libertad, mercantilizada, reducida a ser propiedad de otro, con la fuerza, el engaño o la constricción física o psicológica; es tratada como un medio y no como un fin». 

Las redes criminales «utilizan hábilmente las modernas tecnologías informáticas para embaucar a jóvenes y niños en todas las partes del mundo»[21]. La aberración no tiene límites cuando se somete a mujeres, luego forzadas a abortar. Un acto abominable que llega incluso al secuestro con el fin de vender sus órganos. Esto convierte a la trata de personas y a otras formas actuales de esclavitud en un problema mundial que necesita ser tomado en serio por la humanidad en su conjunto, porque «como las organizaciones criminales utilizan redes globales para lograr sus objetivos, la acción para derrotar a este fenómeno requiere un esfuerzo conjunto y también global por parte de los diferentes agentes que conforman la sociedad»[22].

Conflicto y miedo

25. Guerras, atentados, persecuciones por motivos raciales o religiosos, y tantas afrentas contra la dignidad humana se juzgan de diversas maneras según convengan o no a determinados intereses, fundamentalmente económicos. Lo que es verdad cuando conviene a un poderoso deja de serlo cuando ya no le beneficia. Estas situaciones de violencia van «multiplicándose dolorosamente en muchas regiones del mundo, hasta asumir las formas de la que podría llamar una “tercera guerra mundial en etapas”»[23].

26. Esto no llama la atención si advertimos la ausencia de horizontes que nos congreguen, porque en toda guerra lo que aparece en ruinas es «el mismo proyecto de fraternidad, inscrito en la vocación de la familia humana», por lo que «cualquier situación de amenaza alimenta la desconfianza y el repliegue»[24]. Así, nuestro mundo avanza en una dicotomía sin sentido con la pretensión de «garantizar la estabilidad y la paz en base a una falsa seguridad sustentada por una mentalidad de miedo y desconfianza»[25].

27. Paradójicamente, hay miedos ancestrales que no han sido superados por el desarrollo tecnológico; es más, han sabido esconderse y potenciarse detrás de nuevas tecnologías. Aun hoy, detrás de la muralla de la antigua ciudad está el abismo, el territorio de lo desconocido, el desierto. Lo que proceda de allí no es confiable porque no es conocido, no es familiar, no pertenece a la aldea. Es el territorio de lo “bárbaro”, del cual hay que defenderse a costa de lo que sea. Por consiguiente, se crean nuevas barreras para la autopreservación, de manera que deja de existir el mundo y únicamente existe “mi” mundo, hasta el punto de que muchos dejan de ser considerados seres humanos con una dignidad inalienable y pasan a ser sólo “ellos”. 

Reaparece «la tentación de hacer una cultura de muros, de levantar muros, muros en el corazón, muros en la tierra para evitar este encuentro con otras culturas, con otras personas. Y cualquiera que levante un muro, quien construya un muro, terminará siendo un esclavo dentro de los muros que ha construido, sin horizontes. Porque le falta esta alteridad»[26].

28. La soledad, los miedos y la inseguridad de tantas personas que se sienten abandonadas por el sistema, hacen que se vaya creando un terreno fértil para las mafias. Porque ellas se afirman presentándose como “protectoras” de los olvidados, muchas veces a través de diversas ayudas, mientras persiguen sus intereses criminales. Hay una pedagogía típicamente mafiosa que, con una falsa mística comunitaria, crea lazos de dependencia y de subordinación de los que es muy difícil liberarse.

Globalización y progreso sin un rumbo común

29. Con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb no ignoramos los avances positivos que se dieron en la ciencia, la tecnología, la medicina, la industria y el bienestar, sobre todo en los países desarrollados. No obstante, «subrayamos que, junto a tales progresos históricos, grandes y valiosos, se constata un deterioro de la ética, que condiciona la acción internacional, y un debilitamiento de los valores espirituales y del sentido de responsabilidad. Todo eso contribuye a que se difunda una sensación general de frustración, de soledad y de desesperación. […] Nacen focos de tensión y se acumulan armas y municiones, en una situación mundial dominada por la incertidumbre, la desilusión y el miedo al futuro y controlada por intereses económicos miopes». 

También señalamos «las fuertes crisis políticas, la injusticia y la falta de una distribución equitativa de los recursos naturales. […] Con respecto a las crisis que llevan a la muerte a millones de niños, reducidos ya a esqueletos humanos —a causa de la pobreza y del hambre—, reina un silencio internacional inaceptable»[27]. Ante este panorama, si bien nos cautivan muchos avances, no advertimos un rumbo realmente humano.

30. En el mundo actual los sentimientos de pertenencia a una misma humanidad se debilitan, y el sueño de construir juntos la justicia y la paz parece una utopía de otras épocas. Vemos cómo impera una indiferencia cómoda, fría y globalizada, hija de una profunda desilusión que se esconde detrás del engaño de una ilusión: creer que podemos ser todopoderosos y olvidar que estamos todos en la misma barca. Este desengaño que deja atrás los grandes valores fraternos lleva «a una especie de cinismo. Esta es la tentación que nosotros tenemos delante, si vamos por este camino de la desilusión o de la decepción. […] El aislamiento y la cerrazón en uno mismo o en los propios intereses jamás son el camino para devolver esperanza y obrar una renovación, sino que es la cercanía, la cultura del encuentro. El aislamiento, no; cercanía, sí. Cultura del enfrentamiento, no; cultura del encuentro, sí»[28].

31. En este mundo que corre sin un rumbo común, se respira una atmósfera donde «la distancia entre la obsesión por el propio bienestar y la felicidad compartida de la humanidad se amplía hasta tal punto que da la impresión de que se está produciendo un verdadero cisma entre el individuo y la comunidad humana. […] Porque una cosa es sentirse obligados a vivir juntos, y otra muy diferente es apreciar la riqueza y la belleza de las semillas de la vida en común que hay que buscar y cultivar juntos»[29]. Avanza la tecnología sin pausa, pero «¡qué bonito sería si al crecimiento de las innovaciones científicas y tecnológicas correspondiera también una equidad y una inclusión social cada vez mayores! ¡Qué bonito sería que a medida que descubrimos nuevos planetas lejanos, volviéramos a descubrir las necesidades del hermano o de la hermana en órbita alrededor de mí!»[30].

Notas a pie de página:

[12] Carta enc. Laudato si’ (24 mayo 2015), 57: AAS 107 (2015), 869.

[13] Discurso al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede (11 enero 2016): AAS 108 (2016), 120; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (15 enero 2016), p. 7.

[14] Discurso al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede (13 enero 2014): AAS 106 (2014), 83-84; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (17 enero 2014), p. 7.

[15] Cf. Discurso a la Fundación Centesimus annus pro Pontifice (25 mayo 2013): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (31 mayo 2013), p. 4.

[16] Cf. S. Pablo VI, Carta enc. Populorum progressio (26 marzo 1967), 14: AAS 59 (1967), 264.

[17] Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 22: AAS 101 (2009), 657.

[18] Discurso a las autoridades, Tirana – Albania (21 septiembre 2014): AAS 106 (2014), 773; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (26 septiembre 2014), p. 7.

[19] Mensaje a los participantes en la Conferencia internacional “Los derechos humanos en el mundo contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones” (10 diciembre 2018): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (14 diciembre 2018), p. 11.

[20] Exhort. ap. Evangelii gaudium (24 noviembre 2013), 212: AAS 105 (2013), 1108.

[21] Mensaje para la 48.ª Jornada Mundial de la Paz 1 enero 2015 (8 diciembre 2014), 3-4: AAS 107 (2015), 69-71; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (12 diciembre 2014), p. 9.

[22] Ibíd., 5: AAS 107 (2015), 72; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (12 diciembre 2014), p. 9.

[23] Mensaje para la 49.ª Jornada Mundial de la Paz 1 enero 2016 (8 diciembre 2015), 2: AAS 108 (2016), 49; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (18-25 diciembre 2015), p. 8.

[24] Mensaje para la 53.ª Jornada Mundial de la Paz 1 enero 2020 (8 diciembre 2019), 1:L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (13 diciembre 2019), p. 6.

[25] Discurso sobre las armas nucleares, Nagasaki – Japón (24 noviembre 2019): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (29 noviembre 2019), p. 11.

[26] Discurso a los profesores y estudiantes del Colegio “San Carlos” de Milán (6 abril 2019): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (14 abril 2019), p. 7.

[27] Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, Abu Dabi (4 febrero 2019): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (8 febrero 2019), p. 7.

[28] Discurso al mundo de la culturaCagliari – Italia (22 septiembre 2013): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (27 septiembre 2013), p. 15.

[29] Humana communitas. Carta al Presidente de la Pontificia Academia para la Vida con ocasión del 25.º aniversario de su institución (6 enero 2019), 2. 6: L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (18 enero 2019), pp. 6-7.

[30] Videomensaje al TED2017 de Vancouver (26 abril 2017): L’Osservatore Romano (27 abril 2017), p. 7.





miércoles, 7 de octubre de 2020

TEMA 221. PRESENTACIÓN CURSO 2020-2021 "HERMANOS TODOS".Introducción. Capítulo 1. Las sombras de un mundo cerrado (1)

 

Introducción

1. «Fratelli tutti»[1], escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro «tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él»[2]. Con estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite.

2. Este santo del amor fraterno, de la sencillez y de la alegría, que me inspiró a escribir la encíclica Laudato si’, vuelve a motivarme para dedicar esta nueva encíclica a la fraternidad y a la amistad social. Porque san Francisco, que se sentía hermano del sol, del mar y del viento, se sabía todavía más unido a los que eran de su propia carne. Sembró paz por todas partes y caminó cerca de los pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos.

Sin fronteras

3. Hay un episodio de su vida que nos muestra su corazón sin confines, capaz de ir más allá de las distancias de procedencia, nacionalidad, color o religión. Es su visita al Sultán Malik-el-Kamil, en Egipto, que significó para él un gran esfuerzo debido a su pobreza, a los pocos recursos que tenía, a la distancia y a las diferencias de idioma, cultura y religión. Este viaje, en aquel momento histórico marcado por las cruzadas, mostraba aún más la grandeza del amor tan amplio que quería vivir, deseoso de abrazar a todos. La fidelidad a su Señor era proporcional a su amor a los hermanos y a las hermanas. 

Sin desconocer las dificultades y peligros, san Francisco fue al encuentro del Sultán con la misma actitud que pedía a sus discípulos: que sin negar su identidad, cuando fueran «entre sarracenos y otros infieles […] no promuevan disputas ni controversias, sino que estén sometidos a toda humana criatura por Dios»[3]. En aquel contexto era un pedido extraordinario. Nos impresiona que ochocientos años atrás Francisco invitara a evitar toda forma de agresión o contienda y también a vivir un humilde y fraterno “sometimiento”, incluso ante quienes no compartían su fe.

4. Él no hacía la guerra dialéctica imponiendo doctrinas, sino que comunicaba el amor de Dios. Había entendido que «Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios» (1 Jn 4,16). De ese modo fue un padre fecundo que despertó el sueño de una sociedad fraterna, porque «sólo el hombre que acepta acercarse a otros seres en su movimiento propio, no para retenerlos en el suyo, sino para ayudarles a ser más ellos mismos, se hace realmente padre»[4]. En aquel mundo plagado de torreones de vigilancia y de murallas protectoras, las ciudades vivían guerras sangrientas entre familias poderosas, al mismo tiempo que crecían las zonas miserables de las periferias excluidas. Allí Francisco acogió la verdadera paz en su interior, se liberó de todo deseo de dominio sobre los demás, se hizo uno de los últimos y buscó vivir en armonía con todos. Él ha motivado estas páginas.

5. Las cuestiones relacionadas con la fraternidad y la amistad social han estado siempre entre mis preocupaciones. Durante los últimos años me he referido a ellas reiteradas veces y en diversos lugares. Quise recoger en esta encíclica muchas de esas intervenciones situándolas en un contexto más amplio de reflexión. Además, si en la redacción de la Laudato si’ tuve una fuente de inspiración en mi hermano Bartolomé, el Patriarca ortodoxo que propuso con mucha fuerza el cuidado de la creación, en este caso me sentí especialmente estimulado por el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, con quien me encontré en Abu Dabi para recordar que Dios «ha creado todos los seres humanos iguales en los derechos, en los deberes y en la dignidad, y los ha llamado a convivir como hermanos entre ellos»[5]. No se trató de un mero acto diplomático sino de una reflexión hecha en diálogo y de un compromiso conjunto. Esta encíclica recoge y desarrolla grandes temas planteados en aquel documento que firmamos juntos. También acogí aquí, con mi propio lenguaje, numerosas cartas y documentos con reflexiones que recibí de tantas personas y grupos de todo el mundo.

6. Las siguientes páginas no pretenden resumir la doctrina sobre el amor fraterno, sino detenerse en su dimensión universal, en su apertura a todos. Entrego esta encíclica social como un humilde aporte a la reflexión para que, frente a diversas y actuales formas de eliminar o de ignorar a otros, seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras. Si bien la escribí desde mis convicciones cristianas, que me alientan y me nutren, he procurado hacerlo de tal manera que la reflexión se abra al diálogo con todas las personas de buena voluntad.

7. Asimismo, cuando estaba redactando esta carta, irrumpió de manera inesperada la pandemia de Covid-19 que dejó al descubierto nuestras falsas seguridades. Más allá de las diversas respuestas que dieron los distintos países, se evidenció la incapacidad de actuar conjuntamente. A pesar de estar hiperconectados, existía una fragmentación que volvía más difícil resolver los problemas que nos afectan a todos. Si alguien cree que sólo se trataba de hacer funcionar mejor lo que ya hacíamos, o que el único mensaje es que debemos mejorar los sistemas y las reglas ya existentes, está negando la realidad.

8. Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todos un deseo mundial de hermandad. Entre todos: «He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente. […] Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! […] Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos»[6]

Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos.

 

Capítulo primero

LAS SOMBRAS DE UN MUNDO CERRADO

9. Sin pretender realizar un análisis exhaustivo ni poner en consideración todos los aspectos de la realidad que vivimos, propongo sólo estar atentos ante algunas tendencias del mundo actual que desfavorecen el desarrollo de la fraternidad universal.

Sueños que se rompen en pedazos

10. Durante décadas parecía que el mundo había aprendido de tantas guerras y fracasos y se dirigía lentamente hacia diversas formas de integración. Por ejemplo, avanzó el sueño de una Europa unida, capaz de reconocer raíces comunes y de alegrarse con la diversidad que la habita. Recordemos «la firme convicción de los Padres fundadores de la Unión Europea, los cuales deseaban un futuro basado en la capacidad de trabajar juntos para superar las divisiones, favoreciendo la paz y la comunión entre todos los pueblos del continente»[7].También tomó fuerza el anhelo de una integración latinoamericana y comenzaron a darse algunos pasos. En otros países y regiones hubo intentos de pacificación y acercamientos que lograron frutos y otros que parecían promisorios.

11. Pero la historia da muestras de estar volviendo atrás. Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos. En varios países una idea de la unidad del pueblo y de la nación, penetrada por diversas ideologías, crea nuevas formas de egoísmo y de pérdida del sentido social enmascaradas bajo una supuesta defensa de los intereses nacionales. Lo que nos recuerda que «cada generación ha de hacer suyas las luchas y los logros de las generaciones pasadas y llevarlas a metas más altas aún. Es el camino. El bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día. No es posible conformarse con lo que ya se ha conseguido en el pasado e instalarse, y disfrutarlo como si esa situación nos llevara a desconocer que todavía muchos hermanos nuestros sufren situaciones de injusticia que nos reclaman a todos»[8].

12. “Abrirse al mundo” es una expresión que hoy ha sido cooptada por la economía y las finanzas. Se refiere exclusivamente a la apertura a los intereses extranjeros o a la libertad de los poderes económicos para invertir sin trabas ni complicaciones en todos los países. Los conflictos locales y el desinterés por el bien común son instrumentalizados por la economía global para imponer un modelo cultural único. Esta cultura unifica al mundo pero divide a las personas y a las naciones, porque «la sociedad cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos»[9]. Estamos más solos que nunca en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria de la existencia. Hay más bien mercados, donde las personas cumplen roles de consumidores o de espectadores. El avance de este globalismo favorece normalmente la identidad de los más fuertes que se protegen a sí mismos, pero procura licuar las identidades de las regiones más débiles y pobres, haciéndolas más vulnerables y dependientes. De este modo la política se vuelve cada vez más frágil frente a los poderes económicos transnacionales que aplican el “divide y reinarás”.

El fin de la conciencia histórica

13. Por eso mismo se alienta también una pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía más. Se advierte la penetración cultural de una especie de “deconstruccionismo”, donde la libertad humana pretende construirlo todo desde cero. Deja en pie únicamente la necesidad de consumir sin límites y la acentuación de muchas formas de individualismo sin contenidos. En esta línea se situaba un consejo que di a los jóvenes: «Si una persona les hace una propuesta y les dice que ignoren la historia, que no recojan la experiencia de los mayores, que desprecien todo lo pasado y que sólo miren el futuro que ella les ofrece, ¿no es una forma fácil de atraparlos con su propuesta para que solamente hagan lo que ella les dice? Esa persona los necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en sus promesas y se sometan a sus planes. Así funcionan las ideologías de distintos colores, que destruyen —o de-construyen— todo lo que sea diferente y de ese modo pueden reinar sin oposiciones. Para esto necesitan jóvenes que desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha precedido»[10].

14. Son las nuevas formas de colonización cultural. No nos olvidemos que «los pueblos que enajenan su tradición, y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y, finalmente, su independencia ideológica, económica y política»[11]. Un modo eficaz de licuar la conciencia histórica, el pensamiento crítico, la lucha por la justicia y los caminos de integración es vaciar de sentido o manipular las grandes palabras. ¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad? Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción.

Notas a pie de página:

[1] Admoniciones, 6, 1: Fonti Francescane (FF) 155; cf. Escritos. Biografías. Documentos de la época, ed. Bac, Madrid 2011, 94.

[2] Ibíd., 25: FF 175; cf. ibíd., p. 99.

[3] S. Francisco de Asís, Regla no bulada de los hermanos menores, 16, 3.6: FF 42-43; cf. ibíd., 120.

[4] Eloi Leclerc, O.F.M., Exilio y ternura, ed. Marova, Madrid 1987, 205.

[5] Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, Abu Dabi (4 febrero 2019): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (8 febrero 2019), p. 6.

[6] Discurso en el encuentro ecuménico e interreligioso con los jóvenes, Skopie – Macedonia del Norte (7 mayo 2019): L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (10 mayo 2019), p. 13.

[7] Discurso al Parlamento europeo, Estrasburgo (25 noviembre 2014): AAS 106 (2014), 996; L’Osservatore Romano, ed. semanal en lengua española (28 noviembre 2014), p. 3.

[8] Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo diplomático, Santiago – Chile (16 enero 2018): AAS 110 (2018), 256.

[9] Benedicto XVI, Carta enc. Caritas in veritate (29 junio 2009), 19: AAS 101 (2009), 655.

[10] Exhort. ap. postsin. Christus vivit (25 marzo 2019), 181.

[11] Card. Raúl Silva Henríquez, S.D.B., Homilía en el Tedeum en Santiago de Chile (18 septiembre 1974).




martes, 6 de octubre de 2020

TEMA 220. PRESENTACIÓN CURSO 2020-2021 "HERMANOS TODOS"

 Queridos hermanos del Movimiento Christifideles Laici y amigos que leéis este blog.

Iniciamos, a Dios gracias, el duodécimo curso de la escuela de e-formación.

Este curso, 2020-2021,  lleva como nombre “Hermanos todos” y como núcleo tratará la Encíclica “Fratelli Tuttii” del Papa Francisco, de 3 de octubre de 2020, sobre la fraternidad y la amistad social-

«Fratelli tutti»[1], escribía san Francisco de Asís para dirigirse a todos los hermanos y las hermanas, y proponerles una forma de vida con sabor a Evangelio. De esos consejos quiero destacar uno donde invita a un amor que va más allá de las barreras de la geografía y del espacio. Allí declara feliz a quien ame al otro «tanto a su hermano cuando está lejos de él como cuando está junto a él»[2]. Con estas pocas y sencillas palabras expresó lo esencial de una fraternidad abierta, que permite reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite.

 CURSOS ANTERIORES

 En el primer curso, 2009-2010, titulado “la Buena Noticia” los temas trataban sobre la naturaleza de Dios Padre y su designio para la humanidad redimida por Cristo Jesús.

Los temas del segundo curso, 2010-2011, bajo el título “El Espíritu Santo y la Iglesia” trataban sobre el Espíritu Santo, las primeras comunidades cristianas, la transmisión de la fe,  los sacramentos y la misión.

El tercer curso, 2011-2012, llevaba por nombre “Tú eres Pedro” ya que los temas que se trataron son discursos y textos escritos por los Santos Padres de la Iglesia. Discursos de Benedicto XVI en la JMJ de Madrid 2011, la Carta apostólica DIES DOMINI de Juan Pablo II y la exhortación apostólica EVANGELI NUNTIANDI de Pablo VI.

El cuarto curso, 2012-2013, trataba sobre dos temas vitales para nuestro mundo de hoy sumido en una crisis de valores y económica:  LA FAMILIA y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Se trataron los discursos de Benedicto XVI en el encuentro de las familias de Milán 2012 i los textos de la encíclica “Cáritas in veritati” publicada en junio de 2009.

El quinto curso, 2013-2014, trató sobre los jóvenes y la fe.  Recogiendo los textos de la Jornada Mundial de la Juventud de 2013 celebrada en Rio de Janeiro, y los textos de los Papas Benedicto XVI y del Papa Francisco que hacen referencia a la fe:  la Carta Apostólica “Porta Fidei” publicada en  octubre de 2011 i la Carta Encíclica “Lumen Fidei” publicada en junio de 2013.

El sexto curso, 2014-2015, trató el tema de la evangelización recogiendo los textos de los escritos por el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica “Evangelium Gaudium” publicada en 2014.

El séptimo curso, 2015-2016, llevaba como nombre “Alabado seas” y como núcleo se estudiaba la Carta Encíclica  “Laudato si” del Santo Padre Francisco, que trata de la relación del hombre con la creación, dispuesta por el Señor para que el hombre disponga de ella para su supervivencia y desarrollo ordenado.

El octavo curso, 2016-2017, trató el tema del amor en la familia titulándose “La alegría del amor” y tiene como núcleo la Exhortación Apostólica “Amoris Laetitia” del Santo Padre Francisco.

El noveno curso, 2017-2018,  llevaba como nombre “El evangelio de la vida” y como núcleo trató la Carta Encíclica “Evangelium Vitae” del Santo Padre Juan Pablo II sobre el valor y el carácter inviolable de la vida humana

El décimo curso, 2018-2019 trató sobre la llamada a la santidad en el mundo actual  titulándose “Alegraos y regozijaos” y tiene como núcleo la Exhortación apostólica “Gaudete et Exsultate” del Papa Francisco.

El undécimo curso, 2019-2020,  llevaba como nombre “Cristo vive!” y como núcleo trató la Exhortación apostólica “Christus Vivit” del Papa Francisco dirigida a los jóvenes y a todo el pueblo de Dios.

Todos los temas de los cursos anteriores están recogidos en el mismo blog en el que se irán incorporando los temas de este curso.

 CALENDARIO DEL CURSO

 

6/octubre/2020.

Tema 220 Presentación

“Hermanos todos”, la Encíclica “Fratelli Tuttii” del Papa Francisco, de 3 de octubre de 2020, sobre la fraternidad y la amistad social-


6/octubre/2020.

Tema 221. Introducción. Capítulo 1. Las sombras de un mundo cerrado (1)

Introducción (1-2)

Sin fronteres (3-8)

Capítulo 1. Las sobres de un mundo cerrado (9)

Sueños que se rompen en pedaços (10-12)

El fin de la conciencia històrica (12-14)

 

20/octubre/2020

Tema 222. Capítulo 1. Las sombras de un mundo cerrado (2)

Sin un proyecto para todos (15-17)

El descarte mundial (18-21)

Derechos humanos no suficientemente universales (22-25)

Conflicto y miedo (26-28)

Globalización y progreso sin un rumbo común (29.31)

  

3/noviembre/2020

Tema 223. Capítulo 1. Las sombras de un mundo cerrado (2)

Las pandemias y otros flagelos de la historia (32-36)

Sin dignidad humana en las fronteres (37-41)

La ilusión de la comunicación (42-43)

Agresividad sin pudor (44-46)

 

17/noviembre/2020.

Tema 224. Capítulo 1. Las sombras de un mundo cerrado (3). Capítulo 2. Un extraño camino (1)

Información sin sabiduría (47-50)

Sometimientos y autodesprecios (51-53)

Esperanza (54-55)

Capítulo 2. Un extaño camino (56)

El trasfondo (57-62)

 

1/diciembre/2020.

Tema 225. Capítulo 2. Un extraño camino (2)

El abandonado (63-68)

Una historia que se repite (69-71)

Los personajes (72-76)

Recomenzar (77-79)

 

15/diciembre/2020.

Tema 226. Capítulo 2. Un extraño camino (3). Capítulo 3. Pensar y gestar un mundo abierto (1)

El prójimo sin fronteres (80-83)

La interpelación del forastero (84-86)

Capítulo 3. Pensar y gestar un mundo abierto (87)

Más allà (88-90)

El valor único del amor (91-94)

La creciente apertura del amor (95-96)


 12/enero/2021.

Tema 227. Capítulo 3. Pensar y gestar un mundo abierto (2)

Sociedades abiertas que integran a todos (97-98)

Comprensiones inadecuadas de un amor universal (99-100)

Trascender un mundo de socios (101-102)

Libertad, igualdad y fraternidad (103-105)

Amor universal que promueve a las persones (106-111)

Promover el bien moral (112-113)

 

26/enero/2021.

Tema 228. Capítulo 3. Pensar y gestar un mundo abierto (3)

El valor de la solidaridad (114-117)

Reproponer la función social de la propiedad (118-120)

Derechos sin fronteres (121-123)

Derechos de los pueblos (124-127)

 

9/febrero/2021.

Tema 229. Capítulo 4. Un corazón abierto al mundo entero (1)

 Introducción (128)

El límite de las fronteres (129-132)

Las ofrendas recíprocas (133-136)

El fecundo intercambio (137-138)

Gratuidad que acoge (139-141)

Local y universal (142)

El sabor local (143-145)

  

23/febero/2021.

Tema 230. Capítulo 4. Un corazón abierto al mundo entero (2). Capítulo 5. La major política (1)

El horizonte universal (146-150)

Desde la propia región (151-153)

Capítulo 5. Un corazón abierto (154)

Populismos y liberalismes (155)

Popular o populista (156-162)

 

9/marzo/2021

Tema 231. Capítulo 5. La major política (2)

Valores y límites de las visiones liberales (163-169)

El poder internacional (170-175)

Una caridad social y política (176)

La política que se necessita (177-179)

 

23/marzo/2021.

Tema 232. Capítulo 5. La major política (3)

El amor político (180-182)

Amor efectivo (183-185)

La actividad del amor político (186)

Los desvelos del amor (187-189)

Amor que integra y reúne (190-192)

Más fecundidad que éxitos (193-197)

 

6/abril/2021.

Tema 233. Capítulo 6. Diálogo y amistad social (1)

Introducción (198)

El diálogo social hacia una nueva cultura (199-202)

Construir en común (203-205)

El fundamento de los consensos (206-210)

El consenso y la verdad (211-214)


20/abril/2021.

Tema 234. Capítulo 6. Diálogo y amistad social (2). Capítulo 7. Caminos de reencuentro (1)

Una nueva cultura (215)

El encuentro hecho cultura (216-217)

El gusto de reconocer al otro (218-221)

Recuperar la amabilidad (222-224)

Capítulo 7. Caminos de reencuentro (225)

Recomenzar desde la verdad (226-227)

La arquitectura y la artesanía de la paz (228-232)

 

4/mayo/2021.

Tema 235. Capítulo 7. Caminos de reencuentro (2)

Sobre todo con los últimos (233-235)

El valor y el sentido del perdón (236)

El conflicto inevitable (237-240)

Las luchas legítimas y el perdón (241-243)

La verdadera superación (244-245)

La memòria (246-249)

 

18/mayo/2021.


Tema 236. Capítulo 7. Caminos de reencuentro (2)

Perdón sin olvidos (250-254)

La guerra y la pena de muerte (255)

La injusticia de la guerra (256-262)

La pena de muerte (263-270)

 

1/junio/2021.

Tema 237. Capítulo 8. Las religiones al servicio de la fraternidad en el mundo

Introducción (271)

El fundamento último (272-276)

La identidad cristiana (277-280)

Religión y violència (281-284)

Llamamiento (285-287)

Oración al Creador

Oración Cristiana ecuménica