viernes, 1 de abril de 2011

TEMA 32 EL DOLOR Y LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS (II)

EXPOSICIÓN: Párrafos extraídos de la Encíclica "Salvifici doloris" DE JUAN PABLO II continuación): cccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccc EL SUFRIMIENTO LLAMADA AL AMOR ccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccccc La parábola del buen Samaritano pertenece al Evangelio del sufrimiento. Indica, en efecto, cuál debe ser la relación de cada uno de nosotros con el prójimo que sufre. No nos está permitido "pasar de largo”, con indiferencia, sino que debemos "pararnos" a su lado. ccccccccccccccccccccccCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCccc Buen Samaritano es todo hombre, que se para junto al sufrimiento de otro hombre de cualquier género que éste sea. Buen Samaritano es todo hombre sensible al sufrimiento ajeno, el hombre que «se conmueve» ante la desgracia del prójimo. Por lo tanto, es en definitiva buen Samaritano el que ofrece ayuda en el sufrimiento, de cualquier clase que sea. xxxxxxxxxxxxxCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCCxxxxxxxxxx El hombre no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí mismo a los demás, Buen Samaritano es el hombre capaz precisamente de ese don de sí mismo. Se podría decir que el mundo del sufrimiento humano invoca sin pausa otro mundo: el del amor humano. Aquel amor desinteresado, que brota en su corazón y en sus obras, el hombre lo debe de algún modo al sufrimiento. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCCCCCCCCCCCCCxxxxxxxxxxxxxxxx La parábola del buen samaritano atestigua que la revelación por parte de Cristo del sentido salvífico del sufrimiento no se identifica de ningún modo con una actitud de pasividad. Es todo lo contrario. El Evangelio es la negación de la pasividad ante el sufrimiento. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxCCCxxxCCCXXXXXXXCCCCCx xxxxxxx En el programa mesiánico de Cristo, que es a la vez el programa del Reino de Dios, el sufrimiento está presente en el mundo para provocar amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo, para transformar toda la civilización humana en la «civilización del amor». XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
LLAMADOS A COMPLETAR LA PASIÓN DE CRISTO XXXXXXXXXXX Todos los que sufren han sido llamados de una vez para siempre a ser partícipes "de los sufrimientos de Cristo”. Así como todos son llamados a completar con el propio sufrimiento "lo que falta a los padecimientos de Cristo”. Cristo al mismo tiempo ha enseñado al hombre a hacer bien con el sufrimiento y a hacer bien a quien sufre. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXccXXX Es necesario pues que en la cruz del Calvario acudan idealmente todos los creyentes que sufren en Cristo, vayan también allí los hombres de buena voluntad, porque en la cruz está el «Redentor del hombre», el Hombre de dolores, que ha asumido en sí mismo los sufrimientos físicos y morales de los hombres de todos los tiempos, porque en el amor puedan encontrar el sentido salvífico de su dolor y las respuestas válidas a todas sus preguntas. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX Con María, Madre de Cristo, que estaba al lado de la Cruz, nos detenemos ante todas las cruces del hombre de hoy.
EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE ENFERMOS (Catecismo puntos de 1499 a 1532) XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX Con la sagrada Unción de enfermos y la oración de los presbíteros toda la Iglesia encomienda al Señor sufriente y glorificado a los que la enfermedad ha postrado, para que los alivie y los salve, más aún, les exhorta a asociarse libremente a la pasión y muerte de Cristo para que así contribuyan al bien del Pueblo de Dios. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX La enfermedad puede conducir a la angustia, a veces incluso a la desesperación o la rebelión contra Dios. También puede volver a la persona más madura, ayudarla a discernir en su vida lo que no es esencial para descubrir lo que sí lo es. A menudo la enfermedad provoca una búsqueda de Dios, un retorno a Él, se convierte en camino de conversión. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX El rito del sacramento es atestiguado por el apóstol Santiago: "Si alguien está enfermo, que los presbíteros le unjan con óleo en el nombre del Señor y oren por él. Y la oración con fe, le será saludable: el Señor hará que se levante y le perdonará los pecados que haya cometido "(St 5). La Iglesia administra este sacramento especialmente destinado a reconfortar a los que están probados con la enfermedad. Se da a los enfermos que están en un peligro serio, ungiendo en la frente y en las manos con aceite, debidamente bendecido, diciendo estas palabras: "Por esta santa Unción y por su gran misericordia, el Señor te ayude con la gracia del Espíritu Santo, para que libre de pecado, te conceda la salvación y alivie tus sufrimientos". XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX Este sacramento no es únicamente para los que están en peligro de muerte, también se administra a los que están debilitados por la vejez, o antes de una operación importante. Se puede recibir más de una vez. El ministro del sacramento es el obispo o el presbítero. La Unción de los enfermos es una celebración litúrgica y comunitaria, tanto si se administra en casa, en el hospital o en la Iglesia, como si se administra a un solo enfermo o a todo un grupo de enfermos. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX Es conveniente que se celebre dentro de la misa, si es posible, y puede ir precedida del sacramento de la Penitencia y seguida del de la Eucaristía. La liturgia de la Palabra, precedida de un acto de penitencia abre la celebración, en la que el sacerdote impone las manos sobre el enfermo, ruega por él y le unge con el aceite bendito.
EFECTOS DE RECIBIR EL SACRAMENTO DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS

Es un don particular del Espíritu Santo que da la gracia del consuelo, de la paz y del coraje para vencer las dificultades propias del estado de enfermedad grave o de fragilidad de la vejez.

Renueva la confianza y la fe en Dios y da fuerzas contra las tentaciones del maligno, tentaciones de desánimo y de angustia ante la muerte. La fuerza del Espíritu quiere conducir al enfermo a la curación del alma, pero también del cuerpo, si esta es la voluntad de Dios.

Es una unión a la pasión de Cristo. De alguna manera, el sufrimiento, secuela del pecado original, recibe un sentido nuevo: se convierte en participación en la obra salvadora de Jesús. Es una gracia eclesial, ya que los enfermos que lo reciben, asociándose libremente a la pasión y muerte de Cristo, contribuyen al bien del Pueblo de Dios y a la santificación de sus miembros.

Es una preparación para el último paso, fortalece el fin de nuestra vida terrena con una sólida defensa de cara a las últimas luchas antes de entrar en la casa del Padre.

PARA REFLEXIONAR:

¿Que tenemos de buen samaritano ?.......

el amor es todo lo contrario que la pasividad .....


Colaboradores en la obra de la redención desde el propio sufrimiento ..... ¿así lo creemos ?........

El sacramento de la unción, un sacramento para los vivos ......

Proponemos a los enfermos de nuestro entorno que reciban este sacramento ......


Os animo a participar con vuestros, pensamientos, vivencias o testimonios!