domingo, 6 de junio de 2010

TEMA 16. LA RESURRECCIÓN

LA PASCUA

En la festividad de la pascua los judíos celebran la liberación de la esclavitud de Egipto, el paso de la esclavitud a la libertad del pueblo de Israel.

En la festividad de la pascua los cristianos celebramos la liberación del pecado y de la muerte, el paso de la muerte a la vida por la resurrección de Jesucristo.

EXPOSICIÓN:

El sepulcro vacío (Juan 20, 1-10)

El domingo, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena se fue al sepulcro y vió la losa retirada. Se fue corriendo a encontrar a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel que Jesús amaba, y les dice: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto." Pedro y el otro discípulo salieron, y cuando llegaban al sepulcro los dos corrían al mismo tiempo, pero el otro discípulo se avanzó porque corria más rápido y llegó el primero al sepulcro. Se agachó para mirar y vio las fajas extendidas, pero no entró. Seguidamente llegó también Simón Pedro y entró en el sepulcro, y vio las fajas extendidas y, además, el sudario que había estado sobre su cabeza, pero no estaba extendido junto con las fajas, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, lo vio y creyó. Porque hasta entonces no habían entendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos. Después, los discípulos se volvieron a casa.


Con los discípulos de Emaús (Lucas 24, 13-35)

Ese mismo día, dos de los discípulos iban de camino hacia un pueblo llamado Emaús, distante once kilómetros de Jerusalén. y hablaban entre ellos de todo lo que había pasado.

Mientras hablaban y discutían, el mismo Jesús se les acercó y se puso a caminar con ellos, pero sus ojos eran incapaces de reconocerlo. Y les preguntó: "¿Qué conversación lleváis en el camino?" Entonces se detuvieron entristecidos, y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le dijo: "¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que desconoce lo que ha pasado estos días?" Les dijo: "¿Qué?"

Ellos le contestaron: "El caso de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso de hechos y palabras ante Dios y ante todo el pueblo; como los principales sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y le crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, pero a todo esto, ya estamos en el tercer día desde que han ocurrido estos hechos.Por cierto, que algunas mujeres de nuestro grupo nos han dejado asombrados; han ido de madrugada al sepulcro, y, no encontrando en el su cuerpo, han vuelto diciendo que incluso habían visto una aparición de ángeles que decían que él está vivo. También algunos de los nuestros han ido al sepulcro y lo han encontrado todo tal y como las mujeres habían dicho, pero a él no lo han visto".

Él les dijo: "Oh, necios y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿Acaso no debía sufrir todo esto, Cristo, antes de entrar en su gloria?" Entonces, empezando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les fue interpretando lo que se refería a él en toda la Escritura.

Cuando ya estaban cerca del pueblo donde iban, él hizo ver que iba más lejos, pero ellos le insistieron diciéndole: "quédate con nosotros, que se hace tarde y el día ya ha comenzado a declinar." Y entró para quedarse con ellos.

Puesto en la mesa con ellos, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dió. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció de su lado. Y se decían el uno al otro: "¿No es verdad que nuestro corazón ardía mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba el sentido de las Escrituras?". En aquel mismo momento se levantaron y se volvieron a Jerusalén ...





Jesús se aparece a los discípulos (Lucas 24,36-49)

Mientras hablaban de esto, Jesús se plantó en medio de ellos y les dijo: "La paz esté con vosotros!". Se asustaron, y en su turbación creían ver un espíritu. Él les dijo: "¿Por qué os turbáis? ¿Por qué os vienen esas dudas en vuestros corazones?. Mirad mis manos y mis pies, que soy yo en persona; tocadme y ved que un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. " Diciendo esto les enseñaba las manos y los pies ...

Después les dijo: "Cuando todavía estaba con vosotros, ya os dije que era necesario que se cumpliese todo lo que hay escrito referente a mí en la Ley de Moisés, en los profetas y en los Salmos ."... y les dijo: "Así lo dice la Escritura, que Cristo tenia que sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se predique la penitencia y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén . Vosotros sois testigos de todo esto. Y yo haré venir sobre vosotros la promesa de mi Padre. Vosotros, pues, quedaos en la ciudad hasta que haya sido revestidos con la fuerza que viene de lo alto. "


La incredulidad de Tomás (Juan 20, 24-31)

Tomás, uno de los Doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús se presentó. Los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor!" Pero él les respondía: "Si no veo la señal de los clavos en sus manos, y no toco con mi dedo el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creeré."
Ocho días después los discípulos volvían a estar en casa, y Tomás estaba con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús se presentó, se plantó en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "mete tu dedo aquí y mira mis manos. Trae tu mano y métela en mi costado, y no seas más incrédulo, sé creyente." Tomás respondió: "Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto!"

Jesús se aparece de nuevo a orillas del Lago (Joan21, 1-14)

Después de esto, Jesús se manifestó a los discípulos en la orilla del lago de Tiberíades. Se encontraban juntos Simón Pedro, Tomás el llamado Dídimo, Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo: "Me voy a pescar." Le dijeron: "Nosotros también venimos contigo."

Salieron, pues, y subieron a la barca, pero aquella noche no pescar nada. Cuando ya era de madrugada, Jesús se detuvo en la orilla, pero los discípulos no se daban cuenta que era él. Jesús les dijo: "Muchachos, no tiene nada para comer?" Le contestaron: "No." Les dijo: "Echad la red a estribor y encontraréis." la echaron y no la podían levantar de tanto pescado como cogieron. Aquel discípulo que Jesús amaba, dijo a Pedro: "Es el Señor."

Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se cubrió con la túnica, porque estaba medio desnudo, y se lanzó al agua. Los otros discípulos llegaron con la barca, arrastrando la red con los peces ... Cuando saltaron a tierra, vieron unas brasas y un pescado encima, y un pan. Jesús les dijo: "Traed algunos peces que acabáis de pescar .... venid a desayunar."

A ninguno de los discípulos no se le ocurrió preguntarle: "¿Quién eres tú?", Porque ya sabían que era el Señor. Entonces Jesús tomó el pan y se lo dió, y con los peces hizo lo mismo. Esta ya era la tercera vez que Jesús se manifestaba a los discípulos, resucitado de entre los muertos.


La ascensión de Jesús (Lucas 24, 50-53)

Después los llevó hasta cerca de Betania, y alzando sus manos los bendijo. Y, mientras los bendecía, se alejaba de ellos e iba subiendo al cielo. Ellos se prosternaron para adorarle. Luego se volvieron a Jerusalén llenos de alegría. Y continuamente estaban en el templo alabando a Dios.

PARA REFLEXIONAR

PASCUA
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La fiesta de Pascua es cada año un estallido de vida nueva, un canto de alegría y un fortalecimiento de la esperanza. Lo es para la Iglesia entera que canta el Aleluya en todas las celebraciones pascuales. Lo es también para el pueblo fiel que se alegra con los cantos populares de estos días (caramellas).
El misterio central que celebramos es la resurrección de Jesús. Aquel que fue clavado en la cruz y murió condenado ha vuelto a la vida y ahora vive para siempre. Es el Resucitado. La resurrección culmina la encarnación y la vida mortal de Jesús.
Es el comienzo de la vida nueva y el inicio del mundo nuevo que esperamos, lo que Dios tiene preparado desde la creación. El triunfo de la vida sobre la muerte es causa de admiración y de alegría: la violencia y la muerte no son la última explicación de la historia de los hombres, porque Dios no deja abandonados a los que obran el bien. Jesús, el inocente, el justo por excelencia ha resucitado.
Esta es la alegría de quienes han puesto su confianza en Él. La Pascua nos recuerda el paso de Jesús de este mundo al Padre: fue muerto pero ahora vive. La vida gloriosa es el término feliz de la vida en este mundo. Contemplando Jesús resucitado, la esperanza de los creyentes se fortalece y se amplía.
Él es el primero que ha resucitado, pero después una multitud incontable sube con Él a la presencia de Dios. Esta certeza es el fundamento de nuestra esperanza y nuestra alegría. También nosotros pasaremos de este mundo al Padre, el día de nuestra Pascua, para no morir nunca más. Aleluya.
(Obispo de Solsona: Jaume Traserra a 8/4/2007)
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LA RESURRECCIÓN
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La resurrección de Cristo no es un hecho histórico evidente, porque la evidencia es clara por sí misma, para afirmar la Resurrección del Señor, su percepción ciertísima, es necesaria la mirada de la fe, se necesitan los signos indicadores que Jesús vive y hace falta la luz adecuada: "Nadie puede decir que Jesús es el Señor si no le mueve el Espíritu Santo".
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La resurrección de Cristo se hace evidente por la fe. La fe en la Resurrección de Jesús equivale a la afirmación que Cristo, crucificado con su corporalidad, ahora vive en el Padre, con una corporalidad gloriosa, aunque es la corporalidad que identifica al Señor. Su cuerpo glorioso conserva las señales de la crucifixión. El cuerpo de Cristo resucitado ahora tiene condición de cuerpo glorificado, ya que ha entrado en la gloria de Dios Padre, es decir, en su divinidad: se ha convertido en cuerpo celeste, incorruptible, glorificado y, en definitiva, cuerpo espiritual. No pertenece a la esfera física o química de este mundo, ni tampoco a su espacio y tiempo.
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¿CUÁLES SON LOS SIGNOS DE QUE CRISTO VIVE PARA LOS APÓSTOLES Y LOS PRIMEROS DISCIPULOS?
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EL SEPULCRO VACÍO
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El sepulcro vacío es simplemente un signo prodigioso (un milagro) que nos indica que el lugar de Jesús no está entre los muertos. La falta de su cuerpo en el sepulcro sólo puede atribuirse al robo de personas interesadas, o a una intervención de arriba, un signo verdadero, que hace pasar al discípulo del "ver" al "creer".

LAS APARICIONES
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Los signos o señales por excelencia de la Resurrección del Señor son las apariciones. Las apariciones, que indican una presencia real y comunicativa de Cristo con los suyos, no es necesario que sean las evidencias sensibles de un cuerpo físico. En algunas apariciones "sus ojos eran incapaces de reconocerlo" (Lc 14,16).

Las apariciones no son ni espejismos ni alucinaciones. Que Cristo "se deja ver", quiere decir que la luz del Espíritu que abre los ojos de la fe permite ver y creer la nueva corporalidad de Cristo glorioso en signos elegidos de este mundo y a través de éste.
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¿CUÁLES SON LOS SIGNOS ACTUALES SEGÚN LOS CUALES CRISTO ESTÁ VIVO?:

* El anuncio de la comunidad apostólica. El impulso del Espíritu Santo hace anunciar la buena noticia. La palabra predicada es el signo que promueve la visión con los ojos de la fe y el germen del que brotan nuevas comunidades.
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* Las Escrituras. Es la palabra que procede de la fe apostólica y trata de despertar la fe de los oyentes.
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* La comunidad reunida en la oración, especialmente cuando celebra la eucaristía. Comunidad formada por creyentes visibles que siguen la fe pascual y rezan a Dios a través de Cristo.
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* Los signos que proceden de la vida cotidiana. Signos de vida que nos predisponen a admitir un sentido positivo de la existencia, signos de amor que señalan que Jesús está vivo. Hay que captarlos desde los ojos de la fe.
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* El testimonio interior. La gloria y el amor que han sido comunicados a nuestros corazones, son signos que organiza, ilumina y vivifica el Espíritu Santo, que nos hace comprender a Cristo y nos ayuda a seguirlo, camino del Padre y de su Reino.

(Los párrafos anteriores son un extracto del Libro "¿Quién es Jesús de Nazaret" de Mn.Rovira Belloso)
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Del catecismo de la Iglesia Católica (655):
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La Resurrección de Cristo es principio y fuente de nuestra resurrección futura. En la espera de este cumplimiento, Cristo resucitado vive en el corazón de los fieles. En él, los cristianos "prueban los prodigios del mundo futuro" y su vida es arrastrada por la de Cristo en el seno de la vida divina, "porque ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que ha muerto y resucitado para ellos”.
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CONSECUENCIAS DE LA RESURRECCIÓN
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La comunidad de los discípulos de Cristo, desorientada y atemorizada por la crucifixión de Jesús, intentaba comprender el sentido de los acontecimientos. La presencia de Jesús resucitado entre ellos, les da una inmensa alegría, les desvela el sentido de todo lo que habían escuchado del maestro, y les impulsa a proclamar la buena noticia a los no creyentes. La fuerza del Espíritu Santo les impulsará a dar testimonio de Jesús, incluso a dar la vida por la fe.
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¿Y yo ..... creo en la resurrección?
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¿Qué vida nos tiene preparada el Señor después de la muerte ?....
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¿Tiene alguna repercusión en mi vida el creer en la resurrección? ....
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¿Me lleva a vivir una vida gozosa y esperanzada ?....
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¿Me impulsa a proclamar la buena noticia ?.....


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