domingo, 21 de marzo de 2010

11. LA FE Y LAS PARÁBOLAS

EXPOSICIÓN:

Parábolas sobre el Reino (Mt 13, 31-46)

Les propuso otra parábola: "El Reino del cielo es como el grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. Aunque es la más pequeña de todas las semillas, cuando crece se hace más grande que las hortalizas y se convierte en un árbol, de tal suerte que los pájaros vienen y anidan en sus ramas. "




"El Reino del cielo viene a ser como aquel tesoro escondido en un campo, que encontrándolo un hombre, lo esconde, y lleno de alegría va y vende todo lo que tiene y compra aquel campo".

"También el Reino del cielo se parece a un comerciante que busca perlas finas, y cuando ha encontrado una de gran valor, se va, vende todo cuanto tiene y la compra".


La parábola del sembrador (Mc 4,1-20) (Mt 13,1-23 Lc 8,4-15)
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Escuchad: El sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, parte de la semilla cayó junto al camino, y vinieron los pájaros y se la comieron.
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Otra parte cayó en terreno pedregoso, donde apenas había tierra, y debido a la poca profundidad de la tierra brotó enseguida, pero al salir el sol la abrasó, y como no tenía raíces se secó.
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Otra parte cayó entre los cardos, y cuando los cardos crecieron la ahogaron; y no dio fruto.
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Otras semillas cayeron en tierra buena, y fueron subiendo y creciendo dando fruto lozano y crecido; unas llegaron a dar el treinta, otras el sesenta y otras hasta el ciento por uno.
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El que tenga oídos para oir, que oiga.
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Y les dijo: "¿No comprendéis esta parábola? Cómo comprenderéis, pues, todas las demás?
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El sembrador va sembrando la palabra. Los de junto al camino son aquellos en los que se siembra la palabra, pero que apenas la han oído, viene el Maligno y se lleva la palabra sembrada en ellos.
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De forma similar son los que han recibido la siembra en terreno pedregoso, al escuchar la palabra, la acogen en seguida con júbilo, pero, como no tienen raíces en ellos mismos, duran poco, y así que se presenta una dificultad o persecución por causa de la palabra, pronto sucumben.
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Otros son los que han recibido la siembra entre los cardos; éstos han escuchado la palabra, pero los afanes de la vida, la seducción de la riqueza y demás ambiciones los van invadiendo, hasta que ahogan la palabra y la dejan estéril.
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Hay quienes han recibido la siembra en buena tierra; estos escuchan la palabra, la aceptan y dan fruto: unos el treinta, otros el sesenta y otros el ciento por uno "

Carta a los Hebreos (capítulo 11)
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La fe es una garantía segura de lo que se espera, una prueba de realidades que no se ven, por la fe los antepasados obtuvieron la aprobación. Por la fe comprendemos que el universo fue creado por la palabra de Dios, de manera que esto que vemos no ha sido hecho por una causa visible.
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Por la fe, Abraham obedeció la llamada de partir hacia la tierra que debía poseer en herencia, y salió sin saber dónde iba....
Por la fe, Moisés, ya grande, rehusó el título de hijo de la hija del faraón...
Por la fe, Rahab, la mujer pública, no murió entre los incrédulos, porque había acogido amistosamente a los exploradores.
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Por lo tanto también nosotros, rodeados como estamos por una nube tan grande de testigos, deshagámonos de todo impedimento y del pecado que se nos agarra, y corramos con constancia de la competición que se nos propone, con la mirada fija en el autor y perfeccionador de la fe, Jesús, el cual, ante la alegría que se le proponía, aceptó la cruz, despreciando la ignominia, y está sentado a la derecha del trono de Dios.
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PARA REFLEXIONAR:
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¿Qué es una parábola?
Es una comparación, de dos cosas análogas, parecidas. Es más que una metáfora, porque la similitud que descubre una metáfora es muy exterior. El valor religioso, filosófico y místico de la parábola es que el parecido señala realmente lo que pasa en el Reino del Cielo y en el corazón de Dios.
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La clave interpretativa de las parábolas es Cristo, los que las escuchan sin la mirada interior de la fe, ven sin ver, ven la superficie y no entienden la realidad verdadera. (Mn. Rovira Belloso) .......
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Tiene que ver con el respeto de Dios a la libertad del hombre para acoger la fe.
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¿Qué es la fe?
Con su Revelación, Dios habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor, conversa con ellos y les invita a comunicarse y estar con él. La respuesta adecuada a esta invitación es la fe.
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Por la fe el hombre somete completamente la inteligencia y la voluntad a Dios. Con todo su ser, el hombre da su asentimiento al Dios Revelador. La sagrada Escritura llama "obediencia de la fe" a esta respuesta del hombre al Dios que revela. (Catecismo 142, 143)
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María: "bienaventurada la que ha creído"
La virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de la fe. En la fe, María acogió el anuncio y la promesa que le llevó el ángel Gabriel. Creyó que "a Dios nada le es imposible".
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La fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Dios en el corazón de todos los hombres. La gracia de Dios nos previene y nos ayuda para mover el corazón y convertirnos a Dios, para abrir los ojos de la inteligencia, respetando la libertad del hombre, que da la respuesta de la fe de forma voluntaria.
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Texto de San Agustín (nacido el año 357 en una provincia africana del Imperio Romano) (Confesiones 10, 26, 37)

¡Tarde te amé, belleza infinita, tarde te amé, tarde te amé belleza siempre antigua y siempre nueva!
Y supe, Señor que estabas en mi alma y yo estaba fuera,
así te buscaba mirando la belleza de lo creado.
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¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te amé, tarde te amé belleza siempre antigua y siempre nueva!.
Señor tu me llamaste, tu voz a mi llegó, curando mi sordera
con tu luz brillaste cambiando mi ceguera en un resplandor,

¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te amé ,tarde te amé belleza siempre antigua y siempre nueva!.
Tu estabas conmigo, más yo buscaba fuera y no te encontraba,
era un prisionero de tus criaturas, lejos de Ti.

¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te amé, tarde te amé belleza siempre antigua y siempre nueva!.
Hasta mí, ha llegado el aroma de tu gracia, por fin respiré,
Señor yo te he buscado, siento hambre y sed, ansío tu paz.

¡Tarde te amé belleza infinita, tarde te amé, tarde te amé, belleza siempre antigua y siempre nueva!.
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INVITACIÓN PARA HACER COMENTARIOS.

Para enriquecernos todos: ¿Tienes algún pensamento, vivencia o testimonio en relación al tema que quieras compartir?

5 comentarios:

  1. Eduardo Durán-Sindreu Freixa21 de marzo de 2010, 16:29

    A veces me da la sensación que los catolicos ( los otros ya no hablemos), nos estamos acostumbrando a convivir con el don de la fe, sin darle gracias al Señor continuamente por ello.

    Añoro aquel inicio de una intervención con la acción de gracias por el sagrado de la fe. Que la caridad sea la más importante de las tres virtudes teologales, no quiere decir que no tengamos que dar gracias por las otras dos, que son la fe y la esperanza.

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  2. Eduardo Durán-Sindreu Freixa21 de marzo de 2010, 16:34

    Lo comento, porque a veces en la vida nos encontramos con que ante determinadas circunstancias, que nos alteran la paz interior, el poner las cosas en manos del Señor por medio de Maria Santisima, nos aplana el camino, y normalmente el resultado nos es mucho más agradecido. Y esto se lo debemos a la fe que es superior al ser humano. Hay que agradecerlo

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  3. Una breve reflexión sobre la parábola del tesoro escondido:
    "Se necesita alguien que encuentre el tesoro. Porque si no, el campo lo tendrá escondido dentro de sí para siempre. Esto quiere decir que la larga historia de la humanidad está marcada por un punto diferenciador, por un antes y un después: antes el tesoro está, pero escondido; después está porque un hombre lo ha encontrado. San Pablo habló de este punto, definiéndolo "plenitud de los tiempos" (Gal 4,4), o sea el momento en que la historia preñada de sentido, lo da a luz. La plenitud del tiempo es el tiempo de la verdad: el misterio escondido sale a la luz. Ya estaba, y ahora además se ve. Estaba escondido, ahora ha sido encontrado. Porque había dicho un día Jesús: "No hay nada oculto que no sea descubierto, ni secreto que no sea conocido y puesto en claro" (Lc 8,17)" (Agostino Clerici, "El tesoro en el campo", Madrid: Paulinas 2009, pp. 16-17).
    El tesoro es la buena noticia que nos trae Jesús.

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  4. ¡Que admirable MAESTRO tenemos!
    Maravillosa manera de enseñar, que se dirije con todo respeto y amor al corazon del hombre.
    EL es la Puerta, el Buen Pastor, la Vid verdadera, el Pan de Vida...imagenes que se acercan un poco solamente a SU INFINITA PLENITUD

    Este precioso texto de San Agustin refleja con admirable belleza lo que enseña el Papa Benedicto en su ultima enciclica:
    "Dios ha puesto en el corazon y en la mente cada ser humano la vocacion al AMOR y la VERDAD"

    San Agustin describe su anhelo y sed de sentido, de Dios. Lo buscaba por fuera y resulta que Dios estaba dentro de el.
    Admirable testimonio de su drama existencial.
    Abrazo´ la fe con todo su ser y amo´ a Dios con todas sus fuerzas, poniendo todos sus talentos a SU servicio.

    Junto al don de la fe, Dios nos concede el infinito don de SU PRESENCIA.
    Por la eucaristia Jesus viene a nuestros corazones y con EL, el Espiritu Santo.
    Es EL quien hace posible que la buena tierra proporcione fruto abundante.

    Parece que hoy lo que mas se valora en un hombre, son las aportaciones cientificas, los avances tecnologicos que hace al mundo.
    Yo creo firmemente que nuestra mejor aportacion al mundo es vivir segun Dios, procurando ser fieles hijos de Dios y de la Iglesia.
    SER LUZ DEL MUNDO Y SAL DE LA TIERRA.

    Que Dios nos conceda la perseverancia final en su llamada y en su gracia, POR LA FE, LA ESPERANZA Y LA CARIDAD RECIBIDA EN EL BAUTISMO.

    Paz.

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  5. Cristo habla en parábolas para confundir a los soberbios, la fe es un don de Dios que nos ofrece, para que con libertad lo aceptemos, pero para aceptarlo hace falta ser humilde, darte cuenta de que te hace falta; al mismo tiempo las parábolas las comentaba Cristo para los humildes y confundir a los soberbios. Podemos aprender de las parábolas para vernos reflejados en ellas, y así de este modo poco a poco acrecenta nuestra fe. De todos modos la fe hay que alimentarla, con la oración, como cualquier don que Dios nos regala, como en la parabola de los talentos ¿verdad? El gran error del siervo haragán fue no cuidar el don que Dios le dio, eso y rechazarlo son la antesala del pecado, porque nos deja vacíos, y el ser humano tiene que llenar sus vacios, si no lo llena con los dones que Dios nos da, en este caso la fe, lo tendremos que llenar con otra cosa y por eso el hombre busca falsos dioses porque es natural de la raza humana llenar sus vacios. Si yo tengu un agujero en mi casa tendré que taparlo con algo para que no me entren animales, ni humedad ¿Con qué lo llenaré? ¿con un buen material de construcción o con cartones y plasticos? lo primero será más dura, más sacrificado pero me arreglará el agujero para siempre, lo otro es más rápido, pero cuando vengan las primeras dificultades sabemos que se iran despegando y no habremos arreglado nada. uy ¿me ha salido una parabola?. En definitiva esto lo digo porque creo que es importante que tengamos presente que aunque sea un don de Dios, depende de mi dos cosas fundamentales una aceptarlo, con humildad, y otra hacerlo madurar, con la misma humildad. Paz, encantado de seguir compartiendo con vosotros y un saludo a mis hermanos del foro y de Barcelona

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